Media Maratón de Málaga: Récords de calidad y cantidad

La lluvia dio tregua, una temperatura ideal en este inicio convulso de primavera. Un cambio de circuito para limar las mínimas dificultades orográficas, con el tope de cuatro metros sobre el nivel del mar en los 21.095 metros de la carrera, más el embellecimiento, a costa de alguna incomodidad transitoria para el ciudadano, de una ruta más céntrica y menos monótona. De la coctelera salió la Total Energies Media Maratón de Málaga más populosa y también la más rápida de la historia, un importante imán publicitario para elevar en siguientes ediciones el nivel medio de la competición. Era la 34ª edición de una prueba que hunde sus raíces en los primeros años 90, en una ruta Málaga-Campanillas que completaron poco más de 200 corredores, muchos locales con una nutrida aparición de portugueses que dominaron, que ponían las bases de lo que hoy es una robusta carrera, todavía con hueco para mejorar cantidad y calidad. 8.100 atletas, tanto los elegidos que bajan de una hora como los que suben de dos, con más de la mitad del resto de España o del extranjero. Sostienen las instituciones que tanto la Media como la Maratón son las mejores inversiones coste-retorno para la ciudad. La previsión para el año próximo de la organización es llegar a 10.000. Este año ya hubo una lista de espera larga, se quedaron fuera un millar de competidores.

Sobre el asfalto de Málaga, como es frecuente, dominio de Kenia. Salen atletas de otros países africanos, pero es el gran vivero del fondo mundial, la densidad de atletas que florecen a alto nivel desde Eldoret, la planicie a más de 2.000 metros de altitud de donde procede el grueso de ellos, nutre estas pruebas, no sólo en España. La revolución de las zapatillas más las mejoras en numerosos campos (la tara es que ha habido numerosos casos de dopaje de atletas del país) permiten que marcas que parecían cósmicas poco más de una década atrás sean hoy cotidianas. Correr 21 kilómetros a un ritmo de dos minutos y 46 segundos, bajando de la hora, es una barbaridad. Pero es lo que hacía Gilbert Kipkosgei Kiprotich para llegar a la meta y alzar los brazos con un registro de 58:27. El récord masculino de la prueba era desde 2023 de 59:13. Un buen bocado que también le dio su compatriota Patrick Kabirech Mosin, que hizo 58:44. Ya por encima de la hora completaba el podio Richard Yator Kimunyan (01.01:21).

Kiprotich es un atleta de 25 años, con marcas respetables en el 5.000 y el 10.000, algo por encima de la barrera de los 13 y los 27 minutos, que prepara el salto para correr su primera maratón. Con una sonrisa en la boca pese a la paliza, decía tras la prueba que "me siento muy bien. Disfruté el circuito mucho, me gusta mucho correr en Málaga, la temperatura y el circuito me encantan, son ideales. La ciudad también es bonita".

En la categoría femenina, otro registro enorme para Loice Chemnnung. Keniana de 28 años con amplia experiencia en carreras de asfalto, también bajando de la media hora en pista en los 10.000. Batió su mejor marca personal y el récord de la prueba, con un registro de 1.05:46 para ser la quinta competidora absoluta en la meta, algo tremendo aunque se quedó sin liebre pronto y acabó apurando para bajar el registro. Hizo buena parte de la carrera con el triatleta olímpico malagueño (octavo en los Juegos de París) Alberto González, que acabaría séptimo como el mejor competidor nacional (1.05:58). Aún está en fase de carga para el inicio de las Series Mundiales de su deporte, ya en mayo en Yokohama. Pero el evento fue un gran test en su preparación, en ese ritmo ligeramente superior a los tres minutos que intenta pulir para dar un salto más en la élite de su especialidad, en la que el segmento de carrera a pie es la que define. Completaron el podio femenino las kenianas Miriam Chebet (01.07:31) y Joy Cheptoyek (1.08:00), con Lorea Irigaray, octava en meta, como la primera atleta española (1.18.43).

La sensación de los corredores tras la prueba era excelente, desde la organización con salida en dos tramos (marcas acreditadas por debajo de 1:45 primero y el resto, minutos más tarde) en una avenida llana, amplia y recta, que evita algunos embudos que sí se producían en el exterior del Ciudad de Málaga, hasta el recorrido en sí. El tramo más incómodo, como el que había desde Sacaba al estadio, ahora se realizan en el tramo inicial y no en el final, con la merma de fuerzas. Los registros lo atestiguan y el siguiente paso es también atraer a más cantidad de corredores que se muevan entre la hora y 10 y la hora y 20 en la categoría masculina y por debajo de la hora y media en la femenina para ejercer de efecto llamada de Málaga como lugar en el que el circuito y el clima son ideales para batir marcas personales. La presencia de embajadores como el campeón olímpico Fermín Cacho y o el campeón mundial Martín Fiz también ayudan a la difusión y a la identificación de una Media Maratón que batió récords de calidad y cantidad.