El mejor día del año

Los objetivos se saborean mejor cuanto más cuesta conseguirlos. Se comprobó días atrás en La Rosaleda, cuando la afición malaguista festejó la salvación como si de un título se tratara. Tocar el éxito en el último suspiro, cuando ya no hay red que detenga la caída, proporciona una dosis de adrenalina superior. Volvió a vivirse ayer en el Carpena, con una afición enloquecida que empujó al Unicaja hasta las semifinales de la Liga ACB, el objetivo marcado por la entidad a principios de temporada.

Las penurias padecidas por el equipo malagueño a lo largo de la campaña, su reacción en la segunda vuelta, el hecho de hacerse con la quinta plaza en la última jornada de la fase regular y estar ante la posibilidad de superar los cuartos desembocó en un ambiente mágico. El Palacio tenía hambre de alegría y el equipo, muchas ganas de ofrecérsela. La comunión fue perfecta y todos pudieron celebrar el que, sin duda, fue el mejor día del año baloncestístico en curso. El ¡A por el Barça! entonado por la afición al final del choque demuestra que, pese a todo, la ilusión está intacta.

EL TESÓN DE GUILLE

Para llegar hasta aquí ha resultado clave la recuperación de jugadores que parecían perdidos para la causa y la fe en las propias posibilidades, virtudes que quedan perfectamente reflejadas en la figura de Guille Rubio. Le costó adaptarse y estuvo fuera de las rotaciones pero su tesón y el trabajo, tanto en la pista como fuera (recibe asesoramiento psicológico desde hace tiempo) le han permitido volver a sentirse jugador.

Su papel en la serie ha sido clave. Sin Archibald, el catalán ha aportado la dosis de intensidad y agresividad de la que quizá adolecen Printezis y Freeland. No tiene números brillantes pero su peso en la victoria es tremenda. "Últimamente las cosas me están saliendo mejor, tengo más confianza y puedo aportar más cosas. He intentado imponer mis virtudes, ser más rápido que ellos, anticipándome, con mucha fe y mucha dureza. Soy mejor jugador de lo que venía siendo hasta ahora. He ido creciendo en la serie, sobre todo a nivel de confianza. Sabía que iba a tener minutos y que mi oportunidad iba a llegar y lo he intentado aprovechar", comentaba minutos después del partido. Aíto García Reneses le puso como ejemplo en la rueda de prensa posterior al choque e, instantes antes, le felicitaba en el vestuario delante de toda la plantilla, pero Guille huye del protagonismo. "Lo importante no es lo que haya hecho yo sino lo que ha logrado el equipo. A pesar de las dificultades del segundo cuarto hemos conseguido rehacernos y ganar un partido muy complicado", aseguraba.

Muestra de su nuevo rol en el equipo es que Aíto recurriese a él en el último cuarto. Con Archibald fuera, el técnico tiró del catalán para poner más testiculina en la pista. Prescindió de Printezis, el jugador más caro de la plantilla y que no jugó ni un sólo minuto en el periodo clave, y alternó a Guille con Freeland y Jiménez para ahogar el ataque taronja en el bloque directo. Hace un par de meses no se habría quitado el chándal.

SU LUGAR NATURAL

El triunfo sobre el Power Electronics deja al Unicaja en el grupo de los cuatro mejores de la ACB, su lugar natural en la competición. Debe serlo por presupuesto y potencial, pero no siempre se cumplen los objetivos con la rotundidad con la que el equipo malagueño se ha empleado en la última década. Y es que el equipo cajista firmó ayer su novena presencia en la última década en las semifinales de la ACB. Sólo la eliminación en cuartos en 2007 a manos del Tau emborrona una trayectoria inmaculada.

La de ayer supuso además la quinta eliminatoria de play off que el club malagueño gana con el factor cancha en contra, la tercera en la lucha por el título. La anterior fue el 0-2 de 2008 que dejó fuera en cuartos de final al Real Madrid de Joan Plaza.