"Fue el mejor de mi vida"

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Pichichi Villa opina que, "por los condicionantes", el partido del martes ha sido el más destacado de su carrera Reto Muchos jugadores rechazaron el 7 por respeto a Raúl... pero Villa lo agarró: es su número

David Villa sonríe ante un comentario de su compañero Xavi en la sesión de ayer en Neustift.
Pablo San Román (Afp) / Neustift

12 de junio 2008 - 05:02

El asturiano David Villa, líder de la tabla de goleadores de la Eurocopa tras sus tres tantos a Rusia, es el hijo de un minero asturiano que puede hacer olvidar al madridista Raúl, que no fue convocado por Luis Aragonés, y del que heredó el número 7 en la selección. Poco después del Mundial 2006, Aragonés dejó de contar con Raúl, pese a la presión de aficionados y prensa para que el madridista siguiera en el equipo nacional. El técnico comenzó a confiar en Torres y Villa como delanteros, completando la lista de atacantes con Tamudo, que no está en la Eurocopa, o Dani Güiza.

Los tres goles de David Villa ante Rusia parecen dar la razón a Luis Aragonés, en el mejor partido de la carrera del asturiano, según el interesado, contradiciendo a su padre, José Manuel, que cree que ha hecho mejores. "No sé si es el más completo, pero hay muchas circunstancias que lo hacen el mejor, ya que estamos en una Eurocopa, con la selección española, en el debut. Por los condicionantes creo que es el mejor de mi vida", indicó ayer David Villa.

Pese a que muchos internacionales españoles no querían llevar el 7 por respeto a Raúl, Villa lo eligió en su momento sin problemas, lo que le costó alguna polémica. "Respeto muchísimo a Raúl y sé lo que significa en la historia y en el presente del fútbol español, pero a mí no me da miedo llevar el 7. Siempre he jugado con ese dorsal", dijo Villa, que tiene el desparpajo del hijo de un minero asturiano. Su padre, José Manuel, fue minero hasta que David Villa cumplió los doce años y el jugador del Valencia nunca quiso seguir los pasos de su progenitor.

"Nunca pensé en ser minero, por lo mal que lo pasan a veces, los accidentes, las horas de hospital que mi padre pasaba. Nunca hubiera sido minero, a menos que me muriera de hambre", dijo en una ocasión.

Villa es apodado El Guaje, que significa niño o muchacho en bable, el dialecto que se habla en Asturias, y como a tantos hijos de mineros se les llamaba en Tulilla, donde nació el jugador en diciembre de 1981. Siempre antepuso el fútbol a los libros. "La profesora siempre nos pedía que lo castigáramos quitándole el fútbol, pero yo siempre le decía lo mismo, yo le quito la bicicleta, los videojuegos, o lo que quiera, pero el fútbol no", contó una vez su padre José Manuel.

Su papá fue uno de los grandes impulsores de la carrera de David Villa. Cuando el asturiano tenía cuatro años se le rompió el fémur al caérsele encima un niño más grande cuando jugaban al fútbol.

Con la pierna derecha escayolada, el padre le enseñó a chutar también con la izquierda. "Cuando salía de trabajar en la mina nos pasábamos dos horas dándole a la pelota con la zurda. Creo que por esa razón ahora le da bien con las dos piernas", según José Manuel Villa.

Con nueve años fue a hacer una prueba al Oviedo, del que era socio su padre, pero era de baja estatura y no fue seleccionado. Además era el único chaval de la cuenca minera, y había que llevarlo y traerlo todos los días, por lo que el club prefería a chicos que no tuvieran problemas de transporte.

El pequeño David se pasó llorando horas tras aquel fracaso, aunque un día después lo fichó el Langreo. Después pasaría al Sporting, al Zaragoza y al Valencia. Antes de la Eurocopa, Chelsea y Real Madrid, entre otros, estaban tras sus pasos. Tras el torneo continental, pueden salirle más pretendientes.

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