"A los mejores entrenadores también les pitan cuando no se gana"
Weligton Robson Pena de Oliveira
Weligton, uno de los capitanes del Málaga, lanza un capote a Bernd Schuster: "Hemos perdido muchos puntos por tonterías, por despistes" Aún le molesta la clavícula: "La placa me avisa de cuándo va a llover"
Llegó como un completo desconocido al Málaga. De luchar por salir del fango de Segunda División a acariciar la gloria en la Champions League. En los cinco años que separan ambos acontecimientos Weligton las ha vivido de todos los colores y se ha convertido en uno de los futbolistas más queridos por el malaguismo. Un central de época que siempre ha sido imprescindible para todos los entrenadores, se llame Muñiz, Tapia o Pellegrini. Lo iba a ser con Schuster pero una inoportuna lesión de clavícula lo mandó a la camilla de operaciones antes de arrancar la temporada. Volvió y nuevamente un percance muscular detuvo su evolución. Para colmo, una sanción perdida en el tiempo lo dejó sin jugar ante Osasuna pese a venir de atrapar un punto milagroso en El Madrigal. Volverá ante el Getafe, el sábado. Voz autorizada y capitán, defiende al cuestionado Schuster durante el rato que comparte con este periódico.
-Ya es mala pata marcar un gol y perderse el siguiente partido ante Osasuna por una sanción de hace muchos meses.
-Verdad, fue una sorpresa, ya ni me acordaba [risas]. Durante la semana me avisaron, me quedé muy triste. Quiero estar jugando, estar ayudando al equipo. Estamos en un momento complicado y tenemos que estar todos disponibles para ayudar al equipo.
-¿Cómo vio al equipo?
-Lo vimos todos. Hicimos una primera parte buenísima. Con un amigo en la grada comentaba que para perder o empatar el partido tenía que pasar un desastre total. Al final el fútbol es bonito por eso. De pronto, de tenerlo en nuestras manos, lo dejamos escapar. Aún queda un partido fuera y todo puede pasar, pero habría sido un gran paso hacer tres goles y no encajar ninguno.
-¿Y cómo está el vestuario?
-Este año ya nos hemos llevado muchos palos. Es momento de sacar esto. El equipo está trabajando, sufriendo muchísimo. Con el trabajo y la dedicación de todas las semanas tienen que llegar los frutos. Ojalá que podamos contar con la suerte, que podamos dar lo mejor de sí, y podamos hacer un fútbol bonito y lograr los triunfos.
-¿Por qué se cae el equipo? Ya pasó algo similar con el Athletic.
-Los que jugamos a esto sabemos que cuando te metes en una mala racha todo se pone en contra, todo pesa mucho más, el balón parece que es cuadrado, las cosas no salen... Pero somos conscientes de que un par de triunfos seguidos da un giro a la tortilla. Sabemos que tenemos capacidad para ello.
-Uno de los capitanes, Willy, dijo que el Málaga merecía estar en descenso. ¿Está de acuerdo?
-Ha pasado de todo. Si analizas fríamente, si ganamos uno o dos partidos en casa que perdimos con rivales de nuestra Liga o incluso inferiores, estaríamos hablando de otra cosa. Con cuatro puntos más estaríamos cerca de Europa. Es un momento clave de la Liga. Vamos a terminar el año con dos partidos importantes, tenemos grandes rivales para terminar la primera vuelta. Es momento clave de dar un salto y salir de esa zona tan incómoda.
-¿Qué debe mejorar el equipo para no perder esos puntos?
-Trabajar más la parte mental, que los partidos son 90 minutos, que en cinco, un minuto y en descuentos todo puede pasar. Estar concentrados. Ganar como sea: con la racha, con el corazón, con la puntera de la bota...
-A comienzos de temporada soñaba con Europa.
-Hombre, si recuerdas las primeras cinco o seis jornadas, vimos otro equipo y teníamos los mismos jugadores. Pero, como decía, la confianza y la seguridad cuando estás abajo ha cambiado. Hay que pensar en salir de esa zona incómoda. Queda una vuelta entera, ojalá. Que podamos pelear por arriba es buena señal.
-¿Esperaba más de la plantilla?
-Es normal, hemos tenido muchos cambios, de jugadores, de entrenador. Es bueno renovar, tener jugadores jóvenes. Pero, si te fijas, a veces delante hemos jugado con jugadores de menos de 23, 24 años. Hay momentos complicados en los que hace falta experiencia. Atrás también hemos fallado algunas veces. Tenemos que ser consciente todos de que hay que estar unidos, tener más fuerza que nunca, que hay que currar más que todos, dar más de lo que estamos dando, dar el 200% y cambiar la dinámica.
-¿Esperaba más de Schuster?
-Cuando los resultados no vienen siempre se busca un culpable. Primero los jugadores, luego entrenador, luego responsables del club. No me corresponde a mí analizarlo. A los mejores entrenadores cuando no se gana también les piten. Esperamos que no pase esto. Esperamos contestar dentro del campo y podamos conseguir los resultados. Al final lo que interesa es la institución.
-¿No cree que los más veteranos como usted, Willy, Sergio Sánchez, Roque, Morales, Antunes o Camacho pueden dar algo más para cambiar la situación?
-Por supuesto. Somos conscientes de que entre todos hay que tirar del barco, pero los veteranos, como bien dices, tenemos más experiencia por haber pasado y sufrido mucho. Tenemos que intentar traer a los chavales, coger fuerza. Saber que está en nuestras manos, dependemos única y exclusivamente de nosotros. Hay equipos peores que nosotros. No hay que desesperar, sí ser conscientes de que hay que mejorar.
-Hubo cena de Navidad. ¿Qué tal la reunión?
-Bien, la tenemos todo los años. Para estar juntos, estar con los empleados. No hablamos mucho de fútbol. Somos conscientes de lo que hay y lo que hay qué hacer.
-¿Schuster le dijo algo a la plantilla?
-No, en la cena el míster estuvo con la directiva del club. Charló con algunos de nosotros pero no hablamos de nada deportivo.
-¿Falta de unión en la plantilla y unión con Schuster?
-Es algo que sale de fuera. Hombre, estamos ahí. El míster es el máximo responsable de la plantilla. Está intentando hacer de todo para cambiar la dinámica, nosotros también. Es un poco complicado cuando estás ahí abajo.
-¿Qué opina de que La Rosaleda pida su cabeza?
-Es normal. Si fuera de otra manera, nada nos reprocharían. Pero sabemos que hemos perdido muchos puntos por tonterías, por cosas digamos de despistes. Cosas que no se pueden dejar pasar. Y es normal que pidan la cabeza del entrenador. Pero tanto él como nosotros queremos seguir adelante y mejorar.
-Como jugador de la misma, ¿qué piensa de que Schuster diga de la plantilla frases como "Esto es lo que hay"?
-Bueno, es una opinión suya. Hay que respetarla. Nosotros también tenemos las nuestras. Cada uno tiene que intentar su trabajo y respetar las opiniones de otro para que las cosas vayan bien.
-¿Qué tal esta temporada la relación con la propiedad?
-Sigue igual, novedad ninguna. Lo que ha cambiado es que han intentado pagar las deudas que tenían. Pero sigue sin venir la gente, seguimos sin tener una referencia. Shatat es quien está más con nosotros. Cuando tenemos que hablar lo hacemos con Vicente Casado y Manolo [Novo].
-Se negocia la vuelta de Mario Husillos para ser director deportivo. ¿Lo ve como una solución?
-El club tiene que buscar una persona que pueda manejar jugadores, estar con el entrenador, con la plantilla. Un director, que sea Mario u otro, pero que venga con ambición, con ganas de trabajar y cambiar las cosas.
-El sábado, el Getafe. Buena oportunidad para cerrar 2013 en casa con buen sabor de boca.
-Es una buena oportunidad para todo. Para ganar en casa, para dar una alegría a la afición. Buena oportunidad para nosotros, para reivindicarnos. Para ganar bien, jugar bien, volver a tener confianza. Una buena oportunidad de salir de una zona incómoda y darle la vuelta a esto.
-¿Personalmente cómo se encuentra?
-Soy consciente de que no estoy a mi mejor nivel, no estoy al 100%. Espero cuanto antes coger la forma.
-Curiosamente, durante la cena de Navidad, Pellegrini y Demichelis ganaban en Champions. ¿Sigue recordando aquello?
-Siempre se recuerda, pero eso no cuenta para el futuro. Tenemos recuerdos para hablar con la familia, amigos, hijos. No se borrará de la mente. Pero sabemos que Demichelis, Toulalan, Joaquín, Isco o Pellegrini no van a arreglar nuestro problema, sino los que están aquí. Los que están aquí tenemos que unirnos.
-Hablando de los que están aquí, ¿qué tal con su nueva pareja, Sergio Sánchez?
-De Sergio todos opinamos lo mismo, que lo está haciendo muy bien de central. Mi opinión es que es mucho mejor central que lateral. Lo veo muy bien, motivado y en gran forma.
-¿No molesta un poco cuando hace tanto reproche y aspavientos a los compañeros?
-Es un momento del partido, propio del calentón. Luego fríamente después del partido pide perdón a los compañeros y la gente y dice que va a intentar mejorar. Todos conocemos el perfil de cada uno y sabemos cuando lo hace por modales o calentamiento.
-Se pregunta el malaguismo: ¿qué pasa con El Hamdaoui?
-Para eso toca hablar con el míster o los responsables. Dice que está tocado, tiene molestias. Nosotros no estamos capacitados para contestar estas preguntas. Hemos visto un grandísimo jugador cuando llegó. No sé exactamente lo que tiene. Si está bien, es necesario para nosotros, porque nos puede aportar muchísimo.
-Se va acabando un año inolvidable para el Málaga. ¿Cuál es su balance de 2013?
-Ha sido un año muy bueno, sólo me faltó un título. Lo demás ha sido muy bueno. Deportivamente, familiarmente, estoy a punto de ser papá. Es un año para guardar con mucho cariño.
-¿Cuál ha sido su mejor momento del año?
-Lo mejor los momentos que vivimos en Champions, la ilusión de la gente... Jamás lo olvidaré.
-¿El peor?
-Lo peor, mi lesión de clavícula, lo pasé y lo estoy pasando mal. Aún me molesta, tengo una placa con siete tornillos. Algunos días no se nota y otros días me da el coñazo. Ya sé cuándo va a llover, me avisa con antelación [bromea]. A ver si con el paso del tiempo puedo estar normal.
-¿Qué mensaje le mandaría al aficionado que va a La Rosaleda este sábado al último partido de un 2013 para el recuerdo?
-No hace falta pedirles nada, siempre han estado ahí. Es normal que algunos se enfaden durante los partidos. Seguramente llenarán el campo y apoyarán. Sólo les digo que intentaremos hacerlo mejor y que sigan confiando en nosotros que seguramente saldremos de ahí.
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