Muere la leyenda del atletismo español Mariano Haro

Referente del atletismo español y dos veces diploma olímpico en Múnich 1972 y Montreal 1976, ha fallecido a los 84 años.

Los JJOO de París 2024, en directo

Adiós al legendario atleta español Mariano Haro / Vídeo: Europa Press
Carlos de Torres (EFE)

27 de julio 2024 - 10:20

El ex atleta español Mariano Haro, cuatro veces subcampeón del mundo en la modalidad de campo a través, ha fallecido a los 84 años de edad, según ha informado a través de su cuenta oficial en la red social X la Real Federación Española de Atletismo (RFEA).

La muerte de Haro, referente del atletismo español y dos veces diploma olímpico en Múnich 1972 y Montreal 1976, se ha conocido tan solo un día después de la inauguración de la presente edición de los Juegos Olímicos de París 2024.

Aquel atletismo minoritario, casi marginal, practicado por "locos", en blanco y negro, tuvo el color y el nombre propio de un hombre enjuto, curtido en los campos de Castilla similares a los que cantó Machado con sus versos, de piel arrugada: Mariano Haro, el fondista que recordó al mundo en los años 70 que el atletismo también existía.

Haro ya corre por las pistas del cielo, por los senderos del eterno recuerdo. La meta de la vida lo esperó nada más iniciarse los Juegos Olímpicos de París. Él fue olímpico en Munich'72 y Montreal'76. Tal vez la llama que flamea en la capital francesa fue un homenaje anticipado a al atleta del blanco y negro, al cuatro veces subcampeón del Mundo de campo a través, al primer atleta que bajó de los 30 minutos en los 10.000 metros.

Imposible concebir la historia del atletismo español sin la figura del atleta palentino, pionero con las zapatillas de clavos, como lo fue Ángel Nieto con la moto o Manolo Santana con la raqueta, todos representantes de una España que aún atravesaba las fronteras con la timidez de épocas complicadas.

Por aquella época, años 70, Haro compartió filas y éxitos con Carmen Valero, otra mujer que rompió moldes con 2 mundial de campo a través. La catalana falleció el pasado mes de enero. Las leyendas a veces se juntan para hacer camino en la otra vida.

Es inevitable trasladar alguna de las hazañas de Mariano Haro a la actualidad olímpica. En la pista del Estadio Olímpico de Munich, año 72, logró la cuarta plaza en los 10.000 metros. Solo le ganó el fenómeno finlandés Lasse Viren. "Yo era rápido, pero siempre había alguien más rápido que yo", decía Mariano, nacido en Valladolid, pero "de Becerril de Campos", precisaba.

Mariano Haro.
Mariano Haro. / Europa Press

Un Forrest Gump adelantado a su época

Su calidad y sus victorias le permitieron vivir del atletismo. Eso si, iba a todas competiciones donde se le llamaba. Incluso cuentan las leyendas que iba por los pueblos retando a los chicos más rápidos y apostando dinero para poder sacar algún dinero. Hizo carreras de lo más singulares, incluso durante muchos años tuvo el récord de los 10 kilómetros dando vueltas a una plaza de toros.

Haro podría haber dado la vuelta al mundo corriendo dos veces. Nunca se pasó al maratón, no tenía tiempo para entrenarlo. Él corría donde había compensación. Esto no ayudaba a preparar una prueba tan exigente de manera específica, pero es que, como él mismo decía, "necesitaba comer".

Nuestro héroe de los 70 no solo aceptaba dinero por correr, también recibía electrodomésticos que luego vendía por la mitad de su precio real. Incluso recibía como trofeo animales vivos. En las grandes citas de cross llegó a ganar un reloj de oro. El premio más curioso fue una escopeta de caza que ganó en Bélgica. Tuvo que desmontarla y esconderla para poder pasarla por la frontera de Irún.

Mariano Haro representó a la España de la posguerra, rayando el fin del franquismo. Nació en 1940, con las armas de la Guerra Civil recién silenciadas. Para ir a la escuela, en Becerril de Campos, tenía que ir andando o corriendo a Palencia, a 8 kilómetros de su casa. O si tenía suerte, en bici.

El calor del verano y el frío de Castilla le dieron carácter y resistencia, que, sin duda, le ayudaron a forjar su carácter y resistencia para usarlas luego en el atletismo. Un castellano de pura cepa, "echao p'alante". Después comenzó a trabajar en una azucarera y de nuevo recorría los 15 kilómetros que distaban de su casa a pie o en bicicleta.

Aquel Frente de Juventudes de la época organizó una prueba a la que Mariano Haro se apuntó. Vio a sus rivales con chándal y zapatillas de deporte, mientras que él no tenía más que una camiseta y unos pantalones arreglados por su madre, y unas alpargatas. Después tuvo la suerte de encontrar un trabajo de conserje y pudo entrenar.

Su club de Palencia logró durante dos años consecutivos el título de campeón de Europa de cross por clubes gracias sobre todo a Mariano Haro. De ahí empezó a aparecer en el NO-DO y en la prensa de la época, hasta poder montar un bar en su pueblo y poder dedicarse a entrenar de forma más tranquila.

De todas formas, es reflejo de la época en España. Por ejemplo, la primera vez que corrió en una pista de tartán fue sólo un mes antes de participar en los Juegos Olímpicos de Munich. O cuando le comentaban las acusaciones de doping declaraba que ni siquiera sabían lo que era eso en Palencia, que allí se dopaban "con un cocido".

Después de retirarse ha seguido siendo una celebridad en su pueblo y en Castilla. Tiene un polideportivo en su honor y durante más de veinte años fue alcalde de su pueblo, presentándose como independiente. Además, montó una fábrica de chándales que después convirtió en tienda de deportes.

También fue profesor de atletismo del príncipe Felipe durante un verano en Palma de Mallorca. Cuando dejó de correr se dedicó a pasear y cazar. Mariano Haro, medalla de oro de la vida, de la historia del deporte español.

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