Una mala primera mitad condena al CAB Estepona (68-73)
Baloncesto
El equipo malagueño no consiguió remontar en la que es la primera victoria del Adareva Tenerife a domicilio en este curso
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El CAB Estepona Jardín de la Costa del Sol comenzaba el partido dominando, logrando una primera renta (8-2, min. 4) pero con la sensación de no haber aprovechado bien el mal arranque del cuadro tinerfeño, que tardó más de tres minutos en sumar sus primeros puntos en el encuentro. Eso sí, el equipo entrenador por Antonio Cañamero había salido con una idea muy clara: ayudas continuas a Ana Pocek, que en todo momento tenía hasta tres defensores intentando que no produjera en ataque. Llegó entonces un parcial de 0-13 que ponía a Vega Lagunera Toyota Adareva Tenerife con siete puntos de ventaja y obligaba a Pablo Bernabé a solicitar el primer tiempo muerto del partido (8-15, min. 8), si bien la diferencia seguiría subiendo, hasta finalizar el cuarto con 9-19 en el luminoso, solo habiendo anotado por las locales Jone Azkue, Noelia Masià, ambas desde más allá del arco, Ana Pocek y Macarena D’Urso, en el caso de la argentina un tiro libre.
En el inicio del segundo cuarto, la segunda personal de Julie Dacosta y los cambios en el juego interior permitieron que Pocek se sintiera un poco más liberada y comenzó a producir en ataque, pero una inspirada Alba Peña, con dos triples y una asistencia para Celia Fiorotto no solo mantenía a las visitantes, sino que permitía que lograran la máxima renta del partido (15-27, min. 15), obligando al técnico maleno a solicitar un nuevo tiempo muerto.
Hubo entonces un amago de reacción, una un tiro de media distancia con marca registrada Verónica Matoso y un triple de Snezana Aleksic, que en los últimos partidos está mostrando una clara mejoría en ataque, aunque Noelia Ibáñez y Maimouna Haidara, principal referente del equipo lagunero en el partido, respondían (20-31, min. 18). Las locales lo intentaron, sumaban en ataque, pero el problema es que no eran capaces de evitar que las visitantes también lo hicieran. Así, se llegaba al descanso con 27-39 en el luminoso del Pineda.
El paso por vestuarios, como ocurriera en Melilla, fue un punto de inflexión. La puesta en escena en el tercer cuarto fue excelente, tanto que si se echaba la vista atrás no se comprendía lo ocurrido antes del entretiempo. 6-0 de salida en minutos y medio con puntos de Masià, D’Urso y Pocek que obligaban a Antonio Cañamero a parar el partido para evitar un mayor parcial, aunque no lo logró, pues un nuevo triple de Aleksic ponía el 36-39 en el marcador cuando apenas habían transcurrido dos minutos de cuarto. Respondía María Luque, que sumaría dos veces desde más allá del arco en dos ataques seguidos en los que fueron sus únicos puntos del partido, aunque la maquinaría ofensiva local estaba en marcha y aguantaban el envite: 42-45. El parcial era de 15-6 en apenas cuatro minutos y medio y las sensaciones muy positivas. Eso sí, las remontadas no se culminan hasta ponerse por delante y eso no ocurrió.
Los ocho siguientes puntos de Adareva llegarían desde la línea de tiro libre, abriendo la diferencia en el luminoso hasta 46-53 (min. 28) tras varias pérdidas y errores en el tiro por parte de las jugadoras del CAB Estepona Jardín de la Costa del Sol. Un triple de D’Urso sobre la bocina permitía al cuadro local entrar solo seis abajo en el último cuarto: 51-57.
Volvían a arrancar bien las jugadoras dirigidas por Pablo Bernabé, que además de sumar de la mano de Matoso y con un triple de Pocek estaban provocando pérdidas del rival por una buena defensa y obligando a tiros forzados. Con uno abajo, después de muchos minutos, el CAB Estepona Jardín de la Costa del Sol tuvo posesión para ponerse por delante, pero entonces se pasó de una pérdida de Pocek a un triple de Alba Peña que era una bocanada de aire fresco para las suyas (56-60, min. 33), que sumadas a dos canastas de Haidara obligaban a Pablo Bernabé a parar el partido cuando restaban 6’18” para el final. Fiorotto volvía a poner el +10 para las insulares, pero coincidiendo con el ecuador del último cuarto un triple de Sara Castro permitía seguir creyendo.
Apareció entonces Jone Azkue, que se disfrazó de Carla Viegas para sumar dos triples y, ya en el último minuto, dejar el partido completamente abierto: 68-70. Lograba anotar Ibáñez desde cuatro metros y complicaba las cosas para las locales, que erraron la ofensiva, se vieron obligadas a hacer falta y terminaron cediendo por 68-73.
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