Rafa Nadal pasea su aura por el Carpena
Primeras sensaciones del mallorquín en la pista central, donde quiere escribir la última página de su dorada carrera
La última misión de Rafa Nadal
Málaga/Máxima expectación por ver a Rafa Nadal en el Martín Carpena, escenario que adquiere dimensión en la legendaria carrera del manacorí. La leyenda tuvo su primera toma de contacto con la pista central, aún rezumando olor a barniz, impecable el estado de un cemento que estrenó España, bajo la supervisión de otro gigante como David Ferrer, capitán y compañero de batallas del manacorí, observando cada movimiento preciso de su colega. Se solapó el horario con la eliminatoria entre España y Polonia de Billie Jean King Cup, los dos grandes acontecimientos del día en el Palacio, hasta Paula Badosa asomó la cabeza en algún momento antes de su partido. Impactante ver de nuevo a Nadal en el Carpena, 17 años después de su último paso por Málaga. Sus primeras horas en la ciudad, a la altura de su legado, directo a entrenar tras pisar tierra. Es la semana de Rafa Nadal, por encima de infinidad de alicientes que arrastran a las casi dos semanas de tenis, donde se vislumbra un final dorado. España debutará el martes ante Países Bajos, la cuenta atrás de la última semana en activo del balear. "¿Preparado? Si no no estaría aquí", una declaración de intenciones en su llegada.
Nadal saltaba a la pista justo al mediodía, la puntualidad alemana que acompaña a su temperamento controlado en pista, hasta el último día dando ejemplo. Personifica mejor que nadie el término rutina. Con Carlos Moyá, parte importante en el camino de Rafa, su técnico desde 2018 y el espejo de aquel niño que empezó a dar bolazos en Manacor; y el doctor Ángel Cotorro, otra pata en ese círculo de confianza reducido. Departían Nadal y Moyá en balear. "Es más rápida y da menos botes malos", hacía la comparación Rafa a las pistas anexas, donde entrenó este jueves. Encontrando ese feeling junto a Pedro Martínez Portero, parte del equipo español, número 42 del mundo. Entrenamiento que fue creciendo en intensidad, bajo la mirada de una veintena de fotógrafos y una decena de medios escritos, irá cogiendo volumen ese fondo mientras el martes 19 se vaya acercando. Peloteo desde la línea de fondo, impresiona la velocidad de pelota del manacorí, y unos rugidos más vivos que nunca. Midiendo los cielos del Carpena en una ronda de remates antes de dar un gran espacio a los restos de saque, como hizo previamente Roberto Bautista, tercer espada de lujo, tras Nadal y Alcaraz, quien recoge el testigo; otra imagen potente que espera en Málaga. El murciano volará a Málaga en las próximas horas tras quedar eliminado de las ATP Finals de Turín. Contempló la sesión Feliciano López, director de las Finales, trajeado, también Borja Vivas en el palco, el concejal de Deportes se relame ante el efecto Nadal en Málaga y su impacto
A los veinte minutos de entrenamiento, el traje de superhéroe blanco, el centro de la escena. Diálogos interesantes desde la distancia con Pedro Martínez, que dio el susto con una caída lateral tras un buen ángulo del balear, solo quedó en una herida en el codo. Probando diferentes elementos y con la mentalidad de competición. No conoce otro modo Nadal, parte de su grandeza recae en su ética de trabajo. La última parte, más velocidad en los intercambios, rallies de partido oficial, avisaba Nadal para quitar algún flash travieso mientras exhibe ese tren inferior poderoso, piernas que hipnotizan, que moldean ese cuerpo escultural y modélico, reinado por los brazos más famosos de España. Seguro que unos días diferentes para el astro, que llega a Málaga mentalizado, la mirada de un león hambriento pese a ese sentimiento general de nostalgia. Y directo a por su sexta Ensaladera, aunque será un camino complejo. Antes, una dosis de aura en el Carpena, cerca de hora y media, otra pista que quiere conquistar Rafael Nadal Parera, el mejor deportista español de la historia.
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