Marta y Sole López, dos heroínas de plata (29-30)

Resultado y crónica España-Holanda de la final del mundial balonmano

Las malagueñas, con nueve goles en la final, se quedan a las puertas del oro en el Mundial de Japón

Una decisión arbitral controvertida permite a Holanda decidir el partido a segundos del final

Las jugadoras posan con la medalla de plata.
Las jugadoras posan con la medalla de plata. / Rfebm
Jesús María Noguera

15 de diciembre 2019 - 14:51

Dicen que para ganar una final hay que perder alguna por el camino. Ya conoce ese amargo sabor, la extraña sensación del subcampeón, esa amalgama entre la sonrisa y el llanto, España tras un durísimo y cruel final. Con una expulsión de Ainhoa Hernández que no es después de ver la repetición de la jugada y que sirvió en bandeja el estoque a Abbingh, que proclamó campeona del mundo a Holanda (29-30). Histórica plata para las de Carlos Viver, que sabrá dulce desde mañana, que hicieron un Mundial brillante y que tuvieron en el brazo de Shandy Barbosa la corona mundial. Salió cruz en el momento más importante del balonmano femenino español. Quién dice que las Guerreras no tendrán otra, quién se atreve a dudar... este deporte se lo debe.

Hay sangre malagueña en este grupo de jugadoras para el recuerdo. Las alas echaron los dientes en la Costa del Sol y emergieron cuando había marea y el viento venía en contra. Ahí aparecieron estas boqueronas de plata, las López, para empujar y empujar. Marta, que suma ya varias preseas, percutió con finura desde el extremo derecho con siete goles y una sutileza especial para definir cuando más quemaba el balón. No le faltó arrojo a Sole, competitiva por naturaleza. Nueve goles entre las dos que dieron mucho aire, que pusieron en el trampolín a la gloria. Málaga tiene su porción en esta tarta gourmet, más si cabe con Jennifer Gutiérrez, puesta en la élite por el Rincón Fertilidad.

Salió España fulgurante, con un hambre voraz por comerse el 40x20. Concentración máxima, una defensa pétrea y autovías para correr. Aparecían Ainhoa Hernández, Shandy Barbosa y Mireya González para poner un esperanzador 7-3. Lo paraba el técnico tulipán, que cambiaba el partido. Ahí comenzó el ciclón oranje. Mientras las de Viver metieron dos tantos Holanda hizo ocho para poner el 11-11. Más de 10 minutos negros sin ver portería, que terminaron por ser decisivos en la suerte del duelo. Hay que poner en contexto al rival, con tres oros en los últimos siete Mundiales. De las competiciones internacionales sólo se quedó sin medalla en Río'16. Habla bien de la grandeza de España, que las tuvo en la lona.

Había fisuras en la portería de Silvia Navarro y los caminos hacia el gol estaban cerrados. Eran momentos de abrasión de Holanda, que se marchaba con 13-16 al descanso. Ahí Carlos Viver, como buen estratega, ya había motivo fichas en el tablero. Y revolucionó el gallinero. Darly Zoqbi fue poniendo ladrillo a ladrillo y construyó un muro en su portería. La carioca de nacimiento se multiplicaba para detener los misiles de Abbingh y Polman, dos francotiradores. Se creció a partir de ahí España, que se echó a los hombros de Shandy Barbosa, eléctrica y valiente. Dos goles suyos acercaban (15-17) y ahí aparecieron las malagueñas para dar varios picotazos. Marta López se liberaba para poner el 16-19, aunque las holandesas estaban en la frontera del triunfo (16-21).

Entonces levantó la mano Sole López, que jugó toda la segunda mitad, para hacer dos goles de grandiosa valía. Cogía el testigo Marta con otro par para mantener a España en pie, que provocaba el tiempo muerto rival con (21-23). Faltaba un último mordisco para el combinado nacional, que venía lanzado. Ese carácter guerrero floreció en el momento cumbre. Las Guerreras más que un nombre es una forma de vida y quedó patente en Kumamoto. Ali Fernández abrió varias grietas y seguía escalando, mientras las citadas Abbingh y Polman achicaban agua como podían. Parecía el destino mandar alguna señal. Un parada de Zoqbi le rebotaba en su cuerpo y entraba, cuando a Wester, portera holandesa, le ocurría lo contrario. Faltaba ese punto de fortuna. Sole se encontraba ahora con el poste.

No se rendía Marta López, que corría la pista para poner el 27-28 con gran delicadeza y acierto. Repelía la incasable Polman, pero España ya sí tenía respuestas. Fallaba un uno contra uno clave Shandy, aunque Marta tiraba de experiencia y hacía su quinto gol, primordial. 29-29 y un minuto y medio por delante. Un oro en 90 segundos. Las Bonaventura, ya siempre en el recuerdo, le pitaban pasivo a Holanda. España tenía 21 segundos para ganar. Carlos Viver pedía tiempo muerto y la prórroga parecía el botín menor. Se la jugó Shandy Barbosa en acción personal. Si hace unos días le había salido cara, ahora conocía el otro reverso de la moneda. Paró Wester, gigante durante todo el partido. Cuando la portero oranje se disponía a lanzar la contra le taponó Ainhoa Hernández, con los pies claramente fuera del área. Una de las árbitros no lo vio así y expulsó a la vasca, que a la conclusión se le podía leer en los labios decir claramente: "Qué vergüenza". En su boca, el sentir de todo un país. No le falló el pulso a Abbingh, en un instante que distingue a las grandes jugadores de las enormes.

Se queda con una plata histórica pero amarga España. Tendrá que pasar tiempo para que sepa mejor, aunque siempre quedará la duda de qué habría pasado si... Acarició el oro el equipo español, que hizo un Mundial de cum laude y méritos de sobra para reinar el mundo. Nunca se quedó tan cerca de la gloria y ahí estuvieron dos malagueñas. Que si no ocurre nada raro estarán luchando dentro de unos meses por otro objetivo mayúsculo, estar en los Juegos Olímpicos de Tokio. Marta ya trazó ese camino y en su casa tiene un bronce de Londres'12. Sole sigue descubriendo nuevas aventuras. El subcampeonato da alguna facilidad, aunque habrá que sellarlo en la pista. Queda mucho para eso, mientras tanto hay que poner en valor una plata mundial que hace no tanto era inimaginable. Honor a estas Guerreras.

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