El UMA Antequera es de Primera (4-3)

Resultado y crónica del UMA Antequera-Elche de ascenso a Primera División

Los malagueños se imponen al Elche y regresan a la élite del fútbol sala español

Los jugadores del UMA Antequera celebran un gol. / Uma Antequera
Jesús María Noguera

29 de junio 2020 - 19:34

El BeSoccer CD UMA Antequera es equipo de Primera División, otra vez. Málaga vuelve a estar en el mapa de la élite del fútbol sala nacional sólo meses después. Una provincia que ha sido fundamental en la reanudación tras la crisis del coronavirus, que nuevamente alza la mano. Un ascenso en casa, lo soñado por cualquiera. Un reto mayúsculo, con la experiencia de aventuras pasadas malogradas. Pero el deporte le da una nueva bala a los antequeranos, que le pusieron la guinda a un año excepcional. Un nuevo premio para Moli, el alma máter de este club. Todos los éxitos han llevado su sello y aunque su victoria más grande ha estado fuera de las pistas, este es otro motivo para sonreír.

Salieron los malagueños conscientes del plan de partido que querían, sabedores de sus virtudes. Avisó Nando Torres, que creaba peligro en el pivote. Pronto encontrarían premio por medio de Álvaro Quevedo. Álex Fuentes robaba un balón en campo contrario y montaba la transición para dársela al madrileño, que definía por encima de Espíndola y ponía la primera piedra del ascenso. Los antequeranos estaban sólidos en la pista del Carpena. El viento venía a favor y las piernas iban al mismo ritmo de la cabeza. Estaba echado el cerrojo atrás y aprovechaban para salir rápido. Se sucedía una doble ocasión de Amorós y Raúl Canto, que no acertaban a abrir más brecha. Pero los ilicitanos venían hacia arriba. Aparecía entonces Cone para detener con el Pecho un potente disparo de Pele en un uno contra uno. El portero mostraba otra vez contundencia en una falta sacada por Juanito.

Aunque no había muchos acercamientos, los guardametas alzaban la voz. Era ahora Espíndola el que desbarataba un intento de Óscar Muñoz y minutos después otra de Álex Fuentes, el pichichi verde.

El paso por vestuarios invertía la cuesta, en un camino que ya venía andando el Elche. Salieron sin complejos los alicantinos. Si ya no había red por ser una final, el empate (al ser segundos en la liga regular hasta el parón por la crisis del coronavirus) le valía a los dos Moli. Empujaban los de Juan Carlos Guillamón, que no tardaron en encontrar gasolina para seguir. Ramón definía bien por debajo de las piernas de Cone para poner las tablas en el Carpena.

Quedaban 15 minutos, muchos para un deporte como el fútbol sala, y el suculento premio del ascenso. El partido era otro, con el Elche lanzado desde abajo. Se jugaba a lo que querían los visitantes, que necesitaban de otro tanto. Cuando peor le venían al UMA apareció la estrategia para dar mucho oxígeno. Miguel Conde sacaba una falta, que golpeaba en Kiwi, y Álex Fuentes ponía el 2-1 en el segundo palo. Se había marchado a la espalda de Reda. Sonreía y se abrazaba Moli con Tete, su mano derecha, en el banquillo, sabedores del significado de ese gol.

No levantaba la bandera el Elche, que tenía que escalar de nuevo. El UMA recuperaba el balón y la tranquilidad, aunque Cone aparecía de nuevo para apagar un fuego. No obstante, había alguna mala noticia para los de Moli, como la lesión de Raúl Canto. El cierre se lanzaba al suelo y le decía a los fisios que se había roto. Habrá que esperar, pero no pintaba bien. Se dirigía cojeando y con ayuda hacia el banquillo, donde tenía un gesto preocupante. Segundos después era Álvaro Quevedo el que se tiraba al suelo con calambres. Todo con más de cinco minutos por delante y muchísimo en juego.

Guillamón lo tenía claro, tiempo muerto y portero-jugador. Ganó metros el conjunto ilicitano y Cone volvió a emerger. Tuvo Álvaro Quevedo la sentencia, pero no acertó con la volea con la pierna izquierda. Se había calentado el partido y había algunas acciones desafortunadas. Intentaba aguantar el UMA Antequera, con el portero coíno como baluarte. Un nueva parada a un disparo potente y su lanzamiento, con portería vacía, se iba alto. No fallaría Javi Amorós, que corrió en un balón que se iba por la banda y su disparo besó las redes. Óscar Muñoz hacía lo propio y desataba la fiesta en el Carpena. Juanito, de penalti, y Rubi recortaban distancias. El UMA Antequera vuelve a la élite meses después, un ascenso merecido. El fútbol sala malagueño vuelve a estar en lo más alto.

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