La selección hace patria en Glasgow y en los Sanfermines

Sevilla/Que esta actual selección sea capaz de aunar a individuos de muy variada índole es algo que ya no sorprende viendo lo que ha logrado el jovial combinado al que ha dirigido Luis de la Fuente durante esta Eurocopa celebrada en tierras germanas.  Sin embargo, sí es más extraño que entre los que animen a un país que buscaba anoche despegarse de la anfitriona en esta edición como la más laureada en la lista de participantes históricos del torneo continental, se encuentre, por ejemplo, a más de 1.700 kilómetros de nuestro país.

Escocia, sorprendentemente ha sido la última en subirse a un carro que parece quedarse corto con los casi 50 millones de habitantes que rellenan nuestros confines.

The National, un medio que apoya y reivindica una Escocia independiente, animó a la selección española en su portada de este sábado. “Tiempo de revancha” era el titular en rojo junto a una imagen de Rodrigo Hernández, uno de los mejores jugadores de la Premier League inglesa. Fue el inicio de un movimiento que derivó en que algunos pubs de Glasgow, capital escocesa, amanecieran con banderas españolas a su entrada para posicionarse –a su modo– sobre las diferencias de su país y el del rey Carlos III. 

La España más plural

La selección española de fútbol ha contemplado, especialmente en estas dos últimas semanas de julio, como le han subido los seguidores. El juego y los resultados de nuestra selección han propiciado que veamos a aficionados madridistas de la capital ensimismados con el descaro en los regates y bailes de Lamine Yamal o a seguidores culés levantándose del sofá con la jerarquía imperial que atesoran Dani Carvajal o Nacho Fernández en la retaguardia. 

Aquí, en Andalucía, concretamente en la provincia de Sevilla, no han sido pocos los fervientes seguidores sevillistas que han alucinado con un Fabián Ruiz que se ha destapado para todos aquellos que no lo conocían. Muchos, por extraño que parezca. 

De igual modo, ha habido béticos que han apoyado a Jesús Navas. El último servicio del de Los Palacios se dio en la semifinal ante la Francia de Kylian Mbappé. El duende obtuvo el reconocimiento más difícil de conseguir en este pasional mundillo, el de ser admirado y alabado por tu máximo oponente.

Pantallas gigantes instaladas a lo largo de nuestro territorio aguantaron las tensas miradas de millones de aficionados más o menos afines al deporte rey que no esquivaron –de ningún modo y en ningún lugar de la geografía española– la oportunidad de disfrutar de un domingo festivo al que el calor dio su tregua. Sobre todo, en una Andalucía habitualmente castigada por estas fechas.

Los andaluces campeones: Fermín, Álex Baena, Fabián y Jesús Navas

Disfrute y goce máximo el que se vivió en las abarrotadas playas de Cádiz y Huelva. Punta Umbría, Matalascañas, Cádiz capital, Chipiona, Zahara, Conil, Chiclana y Sanlúcar de Barrameda congregaron un gran público para, en el caso de la provincia onubense, presenciar de una manera señalada el hito de Fermín López, convirtiéndose el joven futbolista de El Campillo en el primer onubense en levantar un título con la Selección Absoluta.

De la misma forma Roquetas de Mar (Almería) aplaudió a Álex Baena, su estrella. Tuvo que esperar la cantante Aitana para comenzar su concierto en el Estadio Antonio Peroles de localidad almeriense, aplazado por la presencia de España en la final de la Eurocopa.

Córdoba, Granada, Jaén o Málaga a pesar de no tener representación entre los 26 convocados por el seleccionador, se divirtieron y sufrieron a partes iguales durante la disputa de los noventa minutos que despidieron de la mejor forma posible para nuestro país el gran torneo que precede a los Juegos Olímpicos, presumiblemente esperados como el próximo gran aliciente deportivo estival. 

Esta España ha sido capaz de unir a todos en un día que será ya recordado por siempre gracias a los goles de Nico Williams y Mikel Oyarzabal. Los protagonistas en las crónicas y portadas de estos días, que muestran la pluralidad de esta nueva España solidaria que ha contagiado a todo un país.

 Dicen que la vida es eso que pasa entre una Copa del Mundo y otra. A los españoles más jóvenes, los que navegan sin descanso por las redes sociales cuando su rutina hace no demasiado estaba en las calles alejada de las garras de la tecnología, la vida empieza a sentirse entre los espacios que dejan los triunfos de nuestro combinado patrio.