El temor se instala en los despachos
Si antes de que cristalizara el cambio de manos del club en los despachos existía mucha incertidumbre, ahora que tan sólo falta el anuncio legal se ha convertido en miedo. Ayer fue un día que apagó a los más preocupados. Tras el primer contacto en persona con el secretario del jeque y el despido de Muñiz, el temor es ya una realidad. Ayer hubo hasta quien no pudo contener las lágrimas en la planta noble de Martiricos.
Por la mañana apareció Fernando Sanz con el apoderado de Abdullah Bin Nasser Al-Thani, con el que comparte el nombre de pila pero es más joven (tiene 29 años). Sólo hubo presentación formal para unos privilegiados; el resto apenas cruzó una mirada cuando el madrileño le fue enseñando las distintas secciones de las oficinas. Algunos notaron una actitud distante por parte del susodicho, otros intentaron esforzarse en pronunciar bien su inglés macarrónico ante el árabe, unos pocos ni se atrevieron a acercarse a él. Quien casi ni se separó de su vera fue el director de Marketing, José María Arrabal, traductor entre el secretario y Sanz en su ajetreada mañana en Martiricos. Los que estaban hartos de morderse las uñas sí que aprovecharon cuando pudieron para acercarse al despacho de la presidencia e intentar resolver las incógnitas sobre su futuro. "Es algo que ya no está en mis manos", vino a ser grosso modo la respuesta. Y más silencio. Eso es lo que más se oye estos días por el club, un silencio palpable en el propio gabinete de comunicación: ayer ni siquiera se hizo oficial a través de la web la salida de Muñiz.
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