Se vendieron todas las entradas pero el estadio no estuvo lleno
Ayer ocurrió algo sorprendente en La Rosaleda. Una vez más, la quinta esta temporada, se consiguieron vender todas las entradas sacadas a la venta. Sin embargo, no se pudo hablar de lleno porque el estadio no lo estaba. ¿Qué pasó? Que un grupo reseñable de abonados decidieron no ir al estadio, de ahí los claros que se apreciaron en las cuatro gradas. Eso sí, sin llegar a los 30.000, se rozó esa cantidad, lo cual volvió a poblar los asientos de Martiricos.
Hacía más de dos años, 34 partidos después, que el Málaga no jugaba en casa a las 17:00 del domingo. Se esperaba que fuese motivo de sobra para llenar todo el estadio, aunque no ocurrió. Se anunció la posibilidad de que hubiera lluvia durante la jornada (razón que llevó a suspender los actos lúdicos que se llevan a cabo en las inmediaciones del estadio antes del partido), aunque no de manera importante, de hecho no cayó una gota, por lo que tampoco las condiciones ambientales parecieron ser excusa.
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