La zarina dorada se va sin récord

Isinbayeva se proclama campeona en la mejor de las despedidas LaShawn Merrit, insuperable en los 400

La rusa Isinbayeva rebasa el listón en uno de los saltos que le dio la victoria en pértiga en el Mundial moscovita.
José Antonio Diego (Efe) Moscú

14 de agosto 2013 - 05:02

Yelena Isinbayeva puso el broche de oro a su gloriosa carrera deportiva con su tercer título mundial de pértiga, aunque no pudo regalar un nuevo récord a sus paisanos, que por primera vez en cuatro jornadas de los Mundiales casi llenaron el estadio Luzhniki.

La zarina quiso brindar al público un registro que habría sido el número 29 de su carrera, pero no pudo con los 5,07 metros cuando, sola en competición y tras haber celebrado su triunfo dando saltos de alegría, intentó agradecer los aplausos con una nueva plusmarca.

Un salto de 4,89, ejecutado al primer intento, fue el registro ganador que permanecerá para la historia del adiós de Isinbayeva, aun cuando haya dejado la puerta entreabierta a un posible regreso.

La estadounidense Jennifer Suhr, campeona olímpica en Londres, y la cubana Yarisley Silva, subcampeona, escoltaron en el podio a la rusa, bronce el año pasado. Ambas tuvieron que rendir pleitesía a la vencedora y las dos saltaron 4,82, pero la norteamericana hizo un mejor concurso.

La final de los 400 metros devolvió la primacía al estadounidense LaShawn Merrit, campeón olímpico en 2008, que superó al campeón mundial y actual titular olímpico, el granadense Kirani James, para conquistar su primer título mundial con 43,74, en tanto que el dominicano Luguelín Santos volvió a subir al podio, ahora como tercero, tras su medalla de plata en Londres 2012.

Mientras Merrit interpretaba un solo sin respuesta, la carrera por detrás derivó en un caos del que Santos salió airoso gracias al bronce. Por dos centésimas quedó por detrás de otro estadounidense, Tony McQuay (44,40). James, dominador de la prueba desde Daegu 2011, se hundió en la recta y acabó séptimo.

El alemán Robert Harting, campeón olímpico, mundial y europeo de disco, conquistó su tercer título universal consecutivo con un lanzamiento de 69,11 y casi un metro de ventaja sobre el polaco Piotr Malachowski, líder del ránking del año.

Harting llevaba este año 35 victorias seguidas. Hasta que el 8 de junio, en Hengelo (Holanda), Malachowski lo derrotó con la marca mundial del año (71,84), el séptimo mejor registro de la historia.

En la final de 800, Mohamed Aman, de 19 años, aprovechó la ausencia por lesión del keniano David Rudisha, campeón mundial y olímpico, para dar a Etiopía el primer título mundial al batir en el último suspiro al estadounidense Nick Symmonds con una marca de 1.43,31. El bronce fue para Ayanleh Souleiman, de Djibuti (1.43,76).

Kenia también estuvo de estreno en los 3.000 metros obstáculos. En una prueba que domina abrumadoramente en la categoría masculina, la joven Milcah Cheywa logró el primer oro en la historia de las féminas, después de contar en su haber con tres bronces consecutivos. La fondista superó en el esprint a otras cinco africanas gracias a su tiempo de 9.11,65.

Su compatriota Lydia Chepkurui, primera del ranking mundial en 2013, completó el doblete keniano con su mejor registro (9.12,55), relegando al tercer puesto a Sofia Assefa, que con un tiempo de 9.12,84 dio a Etiopía su primera medalla en esta prueba.

El heptatlón coronó a una semidesconocida, Ganna Melnychenko, que no tenía medallas ni en Mundiales ni en Juegos Olímpicos. La ucraniana aprovechó sonadas ausencias por lesión -la campeona británica Jessica Ennis-Hill y la rusa Tatyana Chernova, campeona mundial- y resistió el último acoso de la canadiense Brianne Theisen Eaton, esposa del plusmarquista y campeón mundial de decatlon.

Melnychenko venció con 6.586 puntos, seguida de Theisen Eaton (6.530) y de la holandesa Dafne Shippers (6.477), que empezó la jornada siendo segunda.

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