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Jaime Sicilia
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Abengoa comunicó ayer que se acogerá al preconcurso de acreedores después de que Gonvarri Steel, filial de Corporación Gestamp, retirara el pasado martes su oferta de inyectar 350 millones para convertirse en su primer accionista. La petición del preconcurso no afecta a la actividad ordinaria de la empresa y los administradores de la compañía mantienen todas sus facultades. Esta figura, recogida en el artículo 5 bis de la Ley Concursal, permite a las empresas en dificultades negociar un convenio con sus deudores antes de declararse en suspensión de pagos. Tras la comunicación del preconcurso al Juzgado Mercantil, las ejecuciones de la deuda quedan en suspenso. Además, se abre un periodo de tres meses para que Abengoa negocie una reestructuración de su deuda. En el caso de que este plazo expire sin acuerdo, la firma tiene otro mes para solicitar al Juzgado que la declare en concurso de acreedores.
La multinacional andaluza -que emplea a más de 27.000 trabajadores en el mundo, de los que unos 6.700 se encuentran en España- tiene de plazo hasta finales de marzo para presionar a la banca y lograr un convenio que evite el que sería el mayor concurso de la historia de España, por delante del de Martinsa-Fadesa. Su deuda bruta consolidada asciende a 8.791 millones de euros, mientras que su deuda neta supera los 6.300 millones, y los pagos pendientes a proveedores suman 5.470 millones.
La petición del preconcurso se precipitó por el paso atrás de la filial de Corporación Gestamp, que desistió de inyectar 350 millones de euros en la ampliación de capital que Abengoa ultimaba para el próximo mes de diciembre por valor de 650 millones de euros. Su aportación, que la habría convertido en el primer accionista, era crucial para el éxito de la ampliación, aunque estaba vinculada a que la banca suscribiera un importante paquete de apoyo financiero para Abengoa que Gestamp cifraba en 1.500 millones de euros. Pese a contar con la aprobación de los bancos españoles capitaneados por el Santander, las entidades extranjeras se han cerrado en banda a aportar liquidez extra.
El presidente y consejero delegado de Gestamp, Francisco Riberas, afirmó ayer que la decisión es "definitiva". "Necesitábamos tiempo para ver de qué manera éramos capaces de hablar de un plan a largo plazo, hemos pedido a los bancos implicados que dieran un paquete suficiente para ganar tiempo y articular ese plan y, por desgracia, eso no ha podido ser así", señaló a los medios tras un acto organizado por El Economista. "Hemos pretendido ser parte de una solución a un problema muy complejo que no se solucionaba sólo con voluntarismo", subrayó Riberas. El presidente de Gestamp destacó que Abengoa era para Gonvarri una operación "muy estratégica". "Éramos conscientes de que dentro de Abengoa hay activos y profesionales muy buenos", señaló Riberas, que admitió que durante la negociación sólo manejó "información pública".
La solicitud del preconcurso ha desplomado la cotización en bolsa de Abengoa. Sus títulos fueron suspendidos al arranque de la sesión, y no volvieron al mercado hasta pasado el mediodía, con un derrumbe inicial del 70%, después de que en la subasta inicial no lograra conseguir casar las operaciones de oferta de títulos con las de demanda. Las acciones B cerraron la jornada con una caída del 54% hasta situarse en 0,43 euros. Su capitalización bursátil se desplomó hasta los 354 millones de euros, y el comité asesor del Íbex anunció tras el cierre de la sesión que la compañía será excluida del principal selectivo de la bolsa de Madrid a partir de mañana.
Al no ejecutarse la ampliación de capital, el primer accionista de Abengoa -con el 57% de los derechos políticos-sigue siendo Inversión Corporativa, la sociedad de la familia Benjumea y los descendientes de los fundadores. El presidente de Abengoa, José Domínguez Abascal, remitió ayer un correo electrónico a la plantilla informando de la petición del preconcurso, que permitirá "durante un periodo de cuatro meses renegociar la deuda y poder garantizar la viabilidad de la compañía". En la misiva, Domínguez Abascal reconoció la "inquietud" de la plantilla e incidió en que "durante este tiempo un equipo de personas muy cualificado trabajará con la mayor energía" para poner en marcha "una solución viable que permita un correcto funcionamiento de Abengoa".
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