El Gobierno planea ayudas a la aceituna para mantener el empleo
Aceituna negra
La ministra Maroto anuncia un plan de choque para paliar el daño de los aranceles de EEUU
Últimatum de la UE y España por carta: o se revierten los aranceles o hay recurso a la OMC
Sevilla/En su intensa agenda de ayer en Sevilla, la ministra de Industria, Turismo y Comercio, Reyes Maroto, tenía marcada en rojo su reunión con la patronal aceitunera Asemesa. Pese a que los aranceles del 34,75% son ya definitivos, Maroto quiso dejar claro al sector que el Gobierno no ceja en su empeño, y con esperanzas, de que la situación se revierta.
En una entrevista sobre este asunto para este diario, clarificó en qué momento se encuentra el proceso. “La semana pasada –afirma– la UE y el Gobierno mandamos una carta al secretario de Estado de Comercio, Wilbur Ross, firmada por mí y la comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, en la que le dábamos un últimatum para queEEUU adopte una medida distinta a la que hay. Si de esa carta no se deduce una solución definitiva, el siguiente paso será llevar este tema a la Organización Mundial del Comercio (OMC)”.
Es decir, que si la respuesta no es satisfactoria para la Comisión y España el recurso –que, según admite Maroto y el ministro de Agricultura, Luis Planas, está “listo”– se presentaría en un plazo muy breve, “días o semanas”, según la titular de Comercio.
Aunque a simple vista no parece previsible una respuesta que dé un giro de 180 grados a la postura de EEUU, Maroto aún confía en que no sea necesario presentar el recurso. “Yo misma tuve una reunión con el secretario de Estado. Le pedí que se revisase el tema, puesto que entendíamos que no se había llevado un procedimiento adecuado, por falta de tiempo, por improvisación. Y él manifestó preocupación y dijo que si teníamos inquietud y dudas estaba abierto a una revisión”. El problema es que, según los protocolos norteamericanos, este nuevo examen se haría dentro de un año. “Yo le dije que corría mucha prisa por el impacto que ya había tenido en el sector, que necesitábamos una revisión de urgencia”, dice Maroto. La única respuesta que aceptaría la UE sería ésta. Si EEUU abre un procedimiento ordinario, y por tanto, más lento, habrá recurso ante la OMC. Si hay revisión de urgencia, se esperará el resultado interno en EEUU.
“No quiero avanzar qué responderá el secretario de Estado, porque es sensible. Hemos insistido en que este tema no es menor, es de urgencia, y esperamos que con esta carta logremos evitar llegar a un órgano que nos puede llevar a dilatar los tiempos. Además, no queremos enfrentarnos, no queremos una guerra”, asegura Maroto. “No pedimos una revisión sin más sino una reversión porque entendemos que no se han desarrollado los procedimientos de forma adecuada. No respondía a la realidad, porque las ayudas que recibe el sector están homologadas y ratificadas y no suponen ninguna amenaza para los comercializadores de EEUU”, añade.
Mientras se resuelve el asunto y no, el Gobierno ya trabaja en un plan de choque –en el que la UE pueda ser corresponsable– “para darle una solución transitoria al sector”. Ese fue, precisamente, uno de los contenidos de la reunión con Asemesa. “Ellos nos van a pasar algunas medidas para aliviar las pérdidas en el que para ellos es el principal mercado exterior. Nos hemos comprometido a definir el plan de choque y tenemos que valorar algunas ayudas, tenemos que ver si hay algún fondo de la UE en el que se pueda sustanciar el problema”. Entre las posibles medidas, Maroto cita una, muy importante: ayudas económicas para que no se pierda el empleo vinculado a las exportaciones de aceituna negra. Recordemos que algunas empresas, como Agrosevilla, anunciaron reducciones de plantilla cuando todavía los aranceles eran preliminares.
“También estamos asesorando a las empresas a través del plan sectorial del Instituto de Comercio Exterior (ICEX) con la apertura de nuevos mercados, pero es un apoyo que lleva tiempo, con Asía como mercado al que debemos aspirar”, afirma. Y además, Industria ha otorgado 360.000 euros en subvenciones a Asemesa como soporte de su batalla jurídica en EEUU, en la que la patronal lleva gastados al menos cuatro millones de euros.
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