Análisis
Santiago Carbó
Tras un buen año en lo macroeconómico, en 2025 hará falta mucho más
La economía andaluza seguirá creciendo este año a un ritmo cercano al 3% -del 2,9% para ser exactos- gracias a la buena evolución de la demanda interna y del turismo, según vaticinó ayer BBVA, que eleva así una décima la previsión que hizo en marzo pasado. Sin embargo, respecto al año próximo, el crecimiento será más moderado, pues lo cifra en el 2,4% del PIB, cuatro décimas menos de lo que tenía previsto (2,8%). Lo mismo ocurre con las perspectivas de creación de empleo: hasta marzo, el cálculo era que en el bienio 2016-2017 se crearan 230.000 empleos y que la tasa de paro se quedase en el 25%, pero ayer redujo esas previsiones a 212.000 puestos de trabajo creados en el mismo bienio y una reducción de la tasa de desempleo que se quedaría en el 26%.
El informe Situación Andalucía de BBVA Research -el servicio de estudios de la entidad financiera-, referido al segundo semestre de 2016, atribuye este empeoramiento de las previsiones al impacto negativo que para la región tendrá el Brexit, el menor impacto positivo de las políticas fiscales y monetarias y la evolución del precio del petróleo. El estudio fue presentado ayer en Sevilla por José Ballester, director territorial Sur del banco y por Rafael Doménech, economista jefe de Economías Desarrolladas de BBVA Research, quienes confirmaron la evolución favorable de la economía en 2016, aunque con una contracción del crecimiento respecto a 2015, cuando la región avanzó un 3,2%.
Doménech aclaró que aunque la evolución es buena "porque se crece y se crea empleo", el ritmo del crecimiento se resiente ante una menor inversión, unas exportaciones de bienes de equipo, semimanufacturas y materias primas que no se recuperan, el impacto del Brexit y el escaso margen que deja ya la aplicación de la política fiscal. Estos efectos negativos serán más visibles en 2017, porque para el cierre del presente año confían en un mantenimiento del crecimiento en tasas cercanas al 3%.
BBVA Research sigue identificando la creación de empleo como el gran problema estructural de la economía andaluza. "El principal reto es mejorar el mercado laboral, especialmente para parados de larga duración y jóvenes", aclaró el experto en la presentación.
La previsión de crear en el bienio 212.000 empleos es positiva, pero empeora las previsiones de primavera y dejaría la ocupación un 8% por debajo de la existente al inicio de la crisis, al comienzo de 2008. Esa creación neta de empleo, explicó Rafael Doménech, permitirá reducir el paro al final de estos dos años al 26%, un punto más de lo que se vaticinaban en marzo y todavía 12 puntos por encima de la tasa de desempleo que Andalucía tenía en los momentos previos a la gran recesión.
Una apuesta por la mejora del nivel educativo de la población es, a juicio del informe de BBVA, clave para mejorar en el empleo. Aunque Doménech matizó que las políticas educativas tienen efectos "a largo plazo".
Entre los desafíos que la comunidad deberá afrontar en este último trimestre de 2016 y sobre todo en 2017 será el Brexit, máxime, como recordó Doménech, después de que el Reino Unido haya aclarado que activará el artículo 50 del Tratado de Roma para dejar la Unión Europea antes de que termine el primer trimestre del año próximo.
El informe Situación Andalucía estima que el impacto del Brexit en la economía andaluza para todo 2017 es un retroceso de cuatro décimas. Esto es, sin la salida del Reino Unido, el crecimiento para el año próximo seguiría siendo del 2,8% que se preveía en marzo y que ayer dejó en el 2,4% del PIB. El efecto negativo de la salida de la Unión de los británico está en línea del que tendrá para toda España, que también se ha cifrado en un -0,4%. No es la única incertidumbre que sortear en el medio plazo.
Como en el resto de España, la inestabilidad política también contribuye a que se crezca menos y, en ese sentido, cuando antes se resuelva, menos incertidumbre seguirá creando, a la que se sumarían la revisión al alza de los precios del petróleos -de por sí ya bajos-, un impacto decreciente de la política monetaria, que sigue siendo muy positivo y es la base del aumento del consumo interno, por los bajos tipos de interés y la creación de empleo que está permitiendo. De hecho, el aumento del consumo regionalizado demuestra que en Andalucía (3,5%) es una décima mayor que en el conjunto de España (3,4). También hay que descontar que la política fiscal no podrá ser tan expansiva como hasta ahora.
Por todo ello, BBVA confirma que Andalucía, aun creciendo, vivirá en un entorno de mayor incertidumbre. Los análisis que hace BBVA, como recordó José Ballester, les permiten conocer tanto lo global como lo local, gracias a la red de 380 oficinas que el banco tiene en Andalucía. Esta ventaja les permite realizar una Encuesta de Actividad Económica que confirman que la incertidumbre se mantiene elevada.
Una mejora de la exportación sería para BBVA Research una buena estrategia de crecimiento. El porcentaje de empresas andaluzas que exportan "es muy reducido". "Se cumple que a mayor tamaño es más frecuente exportar", explicó Doménech.
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