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Foro Joly | José Carlos García de Quevedo. Presidente delInstituto de Crédito Oficial
Sevilla/El Instituto de Crédito Oficial (ICO) se demostró como un instrumento clave para sostener la economía española en un momento de crisis sobrevenida como la declaración de la pandemia del Covid y la obligatoriedad de un confinamiento estricto que suponía paralizar buena parte de la actividad productiva. Entonces el ICO y su línea de avales permitió mantener la liquidez y garantizar la supervivencia de las empresas.
El propio presidente del ICO, José Carlos García de Quevedo, lo reconocía desde el inicio de su intervención en el Foro Joly Andalucía, celebrado ayer en Sevilla con el patrocinio de Unicaja Banco. “Hemos salido de una crisis sanitaria manteniendo el tejido empresarial”, dijo García de Quevedo, que se mostró modesto en otro momento de su intervención, cuando dijo que el éxito de los avales Covid no “era sólo del ICO”, sino que había que compartirlo “con las entidades del sistema financiero”, que ayudaron la capilaridad de su red a que las ayudas y la liquidez llegaran a todas las empresas y autónomos que lo necesitaran.
Y es que el presidente del ICO insistió mucho en la importancia de la colaboración público-privada que fomenta en su función como banco nacional de promoción.
Esa colaboración con el tejido productivo privado se da, como quedó dicho, con el sector financiero, pero también directamente con empresas, autónomos, empleados y asociaciones.
Entre los principios de actuación del ICO, García de Quevedo resaltó también una actitud flexible y que se adapte a las necesidades de todas las empresas, también las pymes y autónomos, de todos los sectores.
Actuar como complemento y generando valor a largo plazo para “contribuir a la recuperación y el crecimiento de la economía y la empresa española”, es otro de esos principios esbozados por el presidente del ICO.
Lo resumió García de Quevedo en “una triple A: anticipación adaptación y alcance”, para ser útil en el desarrollo económico del país.
El ICO, explicó, desempeña tres funciones principales para conseguir sus objetivos.
Por un lado es el banco nacional de promoción, y como tal facilita financiación a las grandes empresas, pymes y autónomos tanto en España como para su actuación en el ámbito internacional.
Para hacerlo se vale, según explicó García de Quevedo al auditorio, de distintos instrumentos: Líneas ICO de Mediación, financiación directa, financiación complementaria y aportación de capital privado o capital riesgo.
Además de banco nacional de promoción, el ICO es la Agencia Financiera del Estado, y en esa función administra fondos públicos y los canaliza hacia la sociedad. En esa función se enmarca el exitoso despliegue de las líneas de avales Covid, o las más recientes para hacer frente a la consecuencias económicas derivadas de la guerra en Ucrania. Canaliza también fondos que ayuden a la internacionalización, a la cooperación y desarrollo, así como territorial, mediante fondos territoriales destinados a las autonomías y a las corporaciones locales.
En medio de esas dos funciones, García de Quevedo situó la tercer: “El ICO es un instrumento financiero para desarrollo de la política Económica” estatal, dijo. Así, precisó que juega su papel en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, facilita la implementación de programas en cooperación tanto con los ministerios del Gobierno como con las comunidades autónomas y las corporaciones locales. También participa en la implementación de los fondos europeos, tanto en el Marco Plurianual 2021-2027 como en el programa específico para la recuperación el shock pandémico: los fondos Next Generation EU.
Tras presentar todas estas líneas de actuación, el presidente del ICO ofreció algunos datos de lo que ha supuesto, por ejemplo, toda la financiación extraordinaria que el ICO avaló con motivo del Covid: en España hubo 1.192 operaciones por importe de 140.737 millones de euros de los que avaló 107.187 millones.
De ese montante, en Andalucía se firmaron 188.114 operaciones por importe global de 17.237 millones, de los que avaló 13.428 millones.
José Carlos García de Quevedo precisó tanto en su intervención como en el posterior coloquio, moderado por José Antonio Carrizosa, director de Publicaciones de Grupo Joly, que sólo un 34% de las operaciones (algo más de 400.000) y el 41% de las empresas (algo más de 280.000) han necesitado extender esas medidas, mediante prórrogas de los plazos de vencimiento como de las garantías asociadas a la financiación.
El presidente del ICO respondió en el coloquio que la tasa de mora está en simetría con la que existe en el mercado financiero privado. “El ICO no se va convertir en un problema financiero porque no se devuelvan esos préstamos”, le respondió tajante a Carrizosa.
Tampoco aunque estemos en un momento completo en el que los tipos de interés están subiendo con brío, por mor de una nueva política monetaria forzada por la escalada de la inflación. García de Quevedo recordó que “entre el 75% y el 80% de los avales ICO tiene tipos de interés fijo, por lo que no ser verán afectados por esa coyuntura.
Respecto a la financiación directa que facilita a las empresas, el presidente del organismo dijo que el ICO ha dado un “fuerte impulso”, especialmente a las que buscan hacer inversiones de carácter sostenible desde el punto de vista medioambiental o social, así como para la digitalización de las empresas.
Esta política está completamente alineada, según dijo, no sólo con los ejes que ha marcado el Gobierno de España, sino también la Comisión Europea en sus programas de recuperación.
José Carlos García de Quevedo también trasladó al auditorio del Foro Joly que entre sus líneas estratégicas en el lustro 2022-2027 está lograr el crecimiento empresarial, tanto en número como en tamaño, una de las debilidades de la economía española y, singularmente, de la andaluza.
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