Fernando Faces
Perspectivas económicas: España 2025
Berlín/La canciller alemana, Angela Merkel, anunció el más drástico plan de ahorro en la historia de Alemania desde la Segunda Guerra Mundial por valor de 80.000 millones de euros hasta el año 2014. "Tenemos que asegurar el futuro de nuestro país", dijo Merkel en rueda de prensa al término de las dos jornadas de reunión extraordinaria de su consejo de ministros para detallar las medidas de ahorro.
El plan, que incluye un ahorro presupuestario de más 11.000 millones para el próximo año, contempla recortes relevantes para las carteras de Trabajo y Asuntos Sociales, Infraestructuras y Construcción, así como Defensa, pero no conlleva un aumento del IRPF u otras cargas impositivas para el ciudadano como el IVA.
La canciller alemana subrayó que, como se había anunciado anteriormente, no se tocarán los presupuestos destinados a la educación y la investigación, y recordó que estos aumentarán en 12.000 millones de euros en la presente legislatura. "Estamos en tiempos duros y difíciles. No nos podemos permitir ya todo aquello que deseamos si queremos diseñar el futuro", señaló la canciller, quien, pese a la "difícil situación de nuestro país", subrayó sentirse "optimista" y convencida de que "lo vamos a conseguir si aplicamos las cosas de esta manera".
El vicecanciller alemán y titular de Exteriores, Guido Westerwelle, comentó en la misma rueda de prensa que "hemos vivido en los últimos años por encima de nuestras posibilidades" y calificó el paquete de ahorro de "ambicioso, amplio y sólido". El gabinete ministerial a las órdenes de Merkel acordó también reducir hasta 2014 en 10.000 el número de funcionarios ministeriales y de otras instituciones federales y suspender el previsto aumento en 2011 de la paga de Navidad.
Merkel y Westerwelle subrayaron que el paquete aprobado tiene como fin cerrar los huecos del sistema financiero alemán con medidas que afectan al área social, pero también a las empresas e industrias. Así, la canciller reveló que entre las medidas acordadas figuran la reducción de las subvenciones a la economía, la creación de una tasa ecológica para el tráfico aéreo, un impuesto sobre el combustible nuclear para los consorcios energéticos y nuevas cargas fiscales para los mercados financieros. El amplio paquete contempla igualmente la congelación de grandes proyectos como la reconstrucción del Palacio Imperial en el corazón de Berlín, cuyas obras, previstas para este mismo año, no comenzarán ya antes de 2014.
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