Fernando Faces
Perspectivas económicas: España 2025
El valor de las exportaciones de material aeronáutico malagueño se ha triplicado en lo que va de año. "La aeronave se está convirtiendo en un sistema complejo en el que participan tecnologías digitales de empresas que no necesariamente trabajan en la industria", explica Antonio Gómez-Guillamón, CEO de Aertec, una de las pioneras de esta actividad en Málaga.
El ingeniero aeronáutico, también al frente del Clúster Andalucía Aerospace, observa en la complejidad digital de la nueva generación de aparatos una oportunidad para crecer. De momento sólo el valor de las exportaciones aeronáuticas malagueñas roza los 6 millones de euros en lo que va de año. Números lejos de los 1.000 de Sevilla, pero que trazan una densa estela: la aeronáutica en Málaga va que vuela.
La realidad es que tanto la capital andaluza como Cádiz, que concentran el 87% de las empresas andaluzas del sector, han copado históricamente la manufactura y el ensamblaje de aparatos, mientras que la Costa del Sol se ha concentrado en el software y la ingeniería. Aunque en Málaga TechPark se piensa, pero también se fabrica.
Lo hace Atyges, que comenzó a fabricar drones personalizados en 2011. "Trabajamos en nuestra oficina en Málaga tanto la ingeniería, como el diseño y la fase de integración de los componentes", asegura Federico Alva, cofundador de esta firma que comenzó en soluciones enfocadas al sector de la construcción y ya exporta para múltiples actividades localizaciones de Latinoamérica y Asia.
Uno de sus aviones no tripulados trabaja en la Antártida para el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en un proyecto en el que también colabora personal del Ejército de Tierra. "Son aparatos que integran mecanismos multisensores para medir gases, tomar muestras de agua o rastrear fuentes de calor en los volcanes extinguídos", explica Alva.
La particularidad de esta máquina radica en dos innovaciones: el aumento de la autonomía de vuelo y el aterrizaje y despegue vertical. "Estas plataformas están revolucionando el concepto de la aeronáutica sobre todo para uso en logística, emergencias y aerotaxis", señala Gómez-Guillamón, fundador de la firma especializada en diseño de sistemas para el sector aeronáutico.
En eso y en la aeronáutica militar. "Hablamos de cazas tripulados y drones de diferente tipología que se coordinan como enjambres para cubrir su misión", explica para Málaga Hoy el fundador de Aertec, cuyos drones Tarsis acaban de ser adquiridos por el Ministerio de Defensa de España.
El aparato es capaz de alcanzar los 100 kilómetros por hora en un techo de vuelo de 5.000 metros sobre el nivel del mar y una autonomía de 12 horas. La compañía, que ha trabajado con alrededor de 160 aeropuertos y en más de 40 países, plantea para esta innovación dos modelos: uno armado y otro de vigilancia.
Otra de las empresas involucradas en el armamento es la malagueña Mades, recientemente incorporado a Latécoère, el grupo cotizado en la bolsa francesa especializado en la subcontraración de equipos aeronáticos. Mades componentes electrónicos para cazas militares como el Eurofighter o paratos como el helicóptero Tigre.
Aunque la verdadera revolución está en las nuevas tecnologías. "A diferencia de otras provincias con mucho peso como Sevilla, en Málaga hay un elenco de empresas y grupos de investigación trabajando en microprocesosadores, electrónica programable, big data e inteligencia artificial ue van a ir ganando importancia en el avión", radiografía el presidente del Clúster Andalucía Aerospace.
Una situación que generará nuevos campos especializados a priori más permeables para startups y empresas que no hayan tenido un contacto histórico con el sector. "En Málaga tenemos ecosistema para jugar un papel relevante en la aeronáutica de nueva generación", insiste Antonio Gómez-Guillamón, premiado en 2022 como Ingeniero del Año por el Colegio Oficial de Ingenieros Aeronáuticos de España.
En ello está Iboardings, una startup malagueña que se lanzó al sector a principios de 2016. "Estamos creciendo con el 100% de nuestro negocio fuera de España", comenta a este periódico su fundador, José Luis Cámara. Italia, México, Estados Unidos, Arabia Saudí o Emiratos Árabes Unidos son los principales países a los que exporta un catálogo de hasta 14 productos.
El principal es una máquina –"kiosko en el argot", puntualiza– que facilita el proceso del checking del pasajero. "La propia máquina pesa tu equipaje, escanea la tarjeta de embarque e imprime la etiqueta con toda la información", explica Cámara, quien insiste en el ahorro de tiempo que supone para el usuario en el mostrador de la aerolínea correspondiente.
En concreto, en México trabajan hasta en 10 aeropuertos con las compañías lowcost Volaris y Viva Aerobus y en Oriente Medio mantienen contratos con Emirates, Dnata o Saudi Ground Services (SGS). En España, están comenzando a trabajar con Iberia en una solución móvil para imprimir las etiquetas de embarque tras ganar un concurso publicado por la misma compañía.
La particular de su modelo de negocio es que no venden sus servicios –"cada vez nos demandan más sólo el sotfware personalizado– y productos, sino que lo alquilan. "En la pandemia casi morimos", admite en relación a esta estrategia el cofundador de Iboardings, que también fabrica en Málaga. Con todo es la única firma que ha recibido tres premios de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (AITA) por soluciones innovadoras.
El colmo de la innovación es un taxi volador. Una iniciativa que será realidad para 2030 y que aspira a trasladar personas entre Marbella y la capital en un trayecto de 15 minutos. "Hemos firmado un acuerdo de pre-compra en el que adquirimos 10 de estas aeronaves", confirma a Málaga Hoy Javer Barriga, CEO de iJet Aviation.
Se trata de una empresa malagueña con base en distintos puntos de España que se dedica a la gestión integral de aeronaves. "Desde la compra-venta hasta la comercialización del avión para que el propietario de las aeronaves no tenga que preocuparse de nada", afirma Barriga. La nave Integrity, del fabricante Crisalion Mobility, cuenta con 130 kilómetros de autonomía y una velocidad máxima de 180 kilómetros por hora.
La misma velocidad, como mínimo, a la que va el sector de la aronáutica malagueña. "El principal desafío ahora es la reducción de emisiones de carbono hasta ser neutro", concluye Antonio Gómez-Guillamón. El ecosistema tecnológico malagueño recoge el guante. Ese y el de ser un papel relevante en la aeronáutica de nueva generación.
De momento, en materia de microelectrónica, la ciudad contará con la sede del IMEC, centro de referencia mundial de microchips, y en materia de inteligencia artificial y nuevas tecnologías no cesan de aterrizar multinacionales que apoyan al ya consolidado ecosistema local. El vuelo genera de Málaga es alto.
El sector de la formación no es ajeno al crecimiento de la aeronáutica en Málaga y empresas como Aerodynamic se han fijado en la provincia para ubicar aquí sus centros. "La ciudad no sólo cuenta con una infraestructura aeroportuaria avanzada, sino que también dispone de un ecosistema favorable para la innovación y el desarrollo tecnológico", argumenta Carlos Cobos, director de este centro de formación ubicado en Vélez-Málaga, donde aspira a formar a 1.500 pilotos en os próximos cinco años. La inteligencia artificial y las nuevas tecnologías, asegura Cobos, es del día a día de esta empresa que dispone de algunos simuladores de vuelo más punteros de Europa.
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