El 'banco malo' tendrá hasta febrero para captar inversores extranjeros
Nacerá con una aportación inicial de 5.000 millones, 1.000 de capital y 4.000 en deuda subordinada · El Frob espera que 500 millones vengan de fuera · De Guindos ve "signos positivos" en la economía
El banco malo, que empezará a operar en diciembre, se da hasta febrero del próximo año para sumar a su accionariado a inversores extranjeros y aspira a lograr el objetivo de que aporten unos 500 millones de euros.
En un encuentro organizado por la asociación hispano-francesa Diálogo, el director general del FROB, Antonio Carrascosa,explicó que en un primer momento el "banco malo" necesitará unos 5.000 millones de aportación inicial, de los cuales 1.000 serán capital y 4.000 deuda subordinada. Carrascosa añadió que sería una "magnífica noticia" que los inversores extranjeros aporten el 10% de esa cantidad.
Los 5.000 millones serán suficientes, porque el FROB prevé que el tamaño del banco malo no supere los 65.000 millones en activos, incluyendo los que las nacionalizadas transferirán en diciembre y los de los bancos con ayudas, que se traspasarán en febrero.
Carrascosa considera que hasta entonces hay plazo para "convencer" a los inversores extranjeros y, si ese objetivo no se consigue, aboga porque aumente la participación de los inversores españoles en la sociedad que evite que el Estado tenga una participación de control.
A escasos días de que el Gobierno apruebe la creación del "banco malo", el plan de negocio de la sociedad, denominada Sareb, se ha presentado ya a potenciales inversores y Carrascosa asegura que existe "mucho interés" por parte de los extranjeros.
Pero a estos inversores les interesaría más participar en el futuro, en la fase en la que los activos inmobiliarios tóxicos empiecen a salir a la venta, y no tanto en la creación inicial de la sociedad.
Estos inversores ya están pidiendo algunas "ventajas", que se podrían considerar, entre ellas la posibilidad de obtener condiciones ventajosas de financiación por parte de las entidades accionistas de la sociedad.
Mientras, en el Parlamento Europeo, el ministro español de Economía, Luis de Guindos, defendió las reformas emprendidas por el Gobierno para atajar el déficit y sanear el sistema financiero. Respecto a este último punto, aseguró, tajante, que Bankia no se liquidará sino que tras su reestructuración y la inyección de capital europeo se convertirá en una entidad "sana" que jugará un papel "muy importante" en el sistema financiero español.
Al margen de esta cuestión, aseguró que ya hay "signos positivos" para la economía española. De Guindos se mostró muy confiado en el buen rumbo de España, pese a las duras previsiones económicas anunciadas por la Comisión Europeas. "Somos conscientes de que las previsiones económicas para España por parte de organismos internacionales se sitúan por debajo de nuestras expectativas, pero las previsiones no están escritas en bronce", afirmó.
Según el ministro, en España "se observan ya signos positivos que indican que los esfuerzos de corrección de los desequilibrios pueden a medio plazo empezar a producir sus efectos". El principal ejemplo de esa tendencia económica positiva que dio fue el buen rumbo de las exportaciones.
Por su lado, el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, aseguró que España está "a punto de hacer la digestión de los excesos del sector inmobiliario", e insistió en que "hay mucho avanzado" en el camino de la recuperación económica. Montoro insistió en que "no se le puede pedir más a un país que está haciendo lo que está haciendo".
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