La bombona de butano sube un 5% tras un año de caídas

El precio de venta al público de la bombona de butano subirá a partir de mañana, martes, un 5%, es decir, el máximo previsto por la normativa, hasta los 15,14 euros, unos 0,7 céntimos de euro más que hasta ahora, con lo que rompe con seis bimestres (un año) de bajadas.

Tal incremento se debe, principalmente, al aumento de la cotización de las materias primas en un 8,3%, al fuerte encarecimiento de los fletes, que se han disparado un 26,6%, y a la depreciación del euro frente al dólar, fenómenos que se han registrado durante este bimestre.

El precio máximo de venta de los gases licuados del petróleo (GLP) en envases de 8 a 20 kilos (la tradicional bombona de butano) no es libre, y se revisa bimestralmente el tercer martes del mes por resolución de la Dirección General de Política Energética y Minas, que publica el Boletín Oficial del Estado (BOE).

Ya sea al alza o a la baja, la revisión se encuentra limitada al 5%, acumulándose el exceso o defecto de precio para su aplicación en posteriores revisiones.

El real decreto-ley de junio de 2022 por el que se adoptaron determinadas medidas para responder a las consecuencias económicas y sociales de la guerra en Ucrania limitó el precio máximo de la bombona de butano entre 8 y 20 kilogramos a 19,55 euros, decisión que un año después se prorrogó hasta el próximo 31 de diciembre.

Este precio máximo se alcanzó por última vez en la revisión del 19 de septiembre de 2022.

Desde entonces, dicho valor ha acumulado seis descensos consecutivos, el último en la revisión del pasado septiembre, cuando la bombona se situó en los 14,43 euros, el importe más bajo del último año.

El GLP envasado es una mezcla de hidrocarburos, generalmente compuesta de butano, que sirve como alternativa al gas natural para su consumo energético en envases a presión, especialmente en poblaciones o núcleos urbanos sin conexión a la red de gas natural.

En la actualidad, anualmente se consumen 64,5 millones de envases de GLP de distintas capacidades.

Se trata de un combustible en retroceso, como muestra que desde 2010 hasta 2021 el consumo total de GLP envasado haya descendido más de un 25 %