Fernando Faces
Perspectivas económicas: España 2025
MADRID/La prima de riesgo española registró su mayor caída en una jornada desde la creación del euro al pasar de los 370 puntos básicos del viernes a 289,4 puntos al cierre, gracias al alivio que supuso la compra de deuda soberana de España e Italia por parte del Banco Central Europeo (BCE).
En ese drástico descenso fue crucial el desplome de la rentabilidad del bono español a 10 años, que terminó la semana pasada en el 6,053 por ciento y que ha bajado hasta el 5,156 por ciento, un nivel desconocido desde el pasado 21 de marzo. En cambio, el rendimiento de los títulos alemanes con vencimiento en 2021 -con los que se compara a los bonos españoles para obtener la prima de riesgo o diferencial- avanzó hasta el 2,262 por ciento, frente al 2,345 por ciento del viernes.
El anuncio que hizo el domingo el BCE de que iba a comprar "activamente" deuda soberana de España e Italia para evitar que se contagie de la crisis también se tradujo en una importante relajación de la prima de riesgo italiana, que se colocó en 301,5 puntos básicos, todavía por encima de la española. La prima de riesgo de España, que se situó al cierre de la sesión en su nivel más bajo desde el 21 de julio, inició su caída en picado a primera hora de la mañana, hasta el mínimo de 274,07 puntos básicos, animada por las compras del BCE, que según entidades como Royal Bank of Scotland podrían haber totalizado 2.500 millones de euros.
Los analistas aplaudieron la intervención del organismo encabezado por Jean-Claude Trichet porque a corto plazo supone una inyección de optimismo en el mercado. No obstante, desde entidades como Saxo Bank insistieron en que la acción del BCE es inútil a largo plazo por el tamaño de la deuda conjunta de España e Italia, que supera con mucho incluso las magnitudes del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), que tiene que dar el relevo al supervisor de la zona euro.
La analista de Ahorro Corporación Nuria García valoró que el BCE haya actuado como una "herramienta de emergencia", con intervenciones que "deben continuar unas semanas" hasta que el FEEF esté operativo. El economista jefe de Intermoney, José Carlos Díez, coincidió en que la acción del BCE "debe prolongarse para evitar un retroceso a las situaciones de tensión".
Ante el optimismo generalizado, el experto de CM Capital Markets Jorge Lage avisó de que "los mercados siguen demandando acciones más unitarias por parte de la Unión Europea (UE), además de un nuevo plan de estímulo en Estados Unidos, que aleje los temores de una nueva recesión". Precisamente, la jornada se ensombreció después de que la agencia de medición de riesgos S&P diera un nuevo varapalo al afirmar que existe un 33 por ciento de probabilidades de que entre los próximos 6 y 26 meses vuelva a rebajar la calificación de la deuda de EEUU.
La noticia pasó desapercibida en el mercado de deuda, presa de la euforia por la intervención del BCE, aunque sumergió en números rojos a todas las bolsas mundiales. Respecto al resto de países periféricos de la zona euro, las acciones de los últimos días del organismo encabezado por Trichet siguieron contribuyendo a relajar la situación. Así, la rentabilidad de los bonos irlandeses a 10 años bajó casi una décima, hasta el 9,73 por ciento, con lo que su prima de riesgo se situó en 747,6 puntos básicos, mientras que el rendimiento de los títulos portugueses cayó casi tres décimas, hasta el 10,319 por ciento, de modo que su riesgo país se colocó en 805,7 puntos básicos.
La prima de riesgo es el sobrecoste que exigen en el mercado secundario los inversores por comprar bonos de cada país europeo en vez de los alemanes, los más seguros de Europa. Ese diferencial influye en las emisiones de deuda que realiza cada Estado para financiarse, ya que impacta en el interés que tienen que ofrecer para colocar sus títulos.
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