Fernando Faces
Perspectivas económicas: España 2025
La Junta de Andalucía ha anunciado esta semana un acuerdo con la multinacional del Hygreen para la apertura de una fábrica de tecnología de hidrógeno verde en Málaga. El anuncio –"creará 1.000 empleos", según Juanma Moreno– se enmarca dentro del viaje oficial del presidente regional al país asiático. Un enclave que ha cobrado máxima importancia en Málaga en los últimos meses: el gobierno de Xi Jinping plantea subir los aranceles a la carne de cerdo. Y Málaga exporta a China cerca de 60 millones de euros anuales de este producto.
De momento, se trata de una una amenaza en fase de estudio, pero las cárnicas malagueñas muestran su preocupación. "Salvo que Europa cambie su política, creo que nos subirán los impuestos", se muestra pesimista Manuel Aceituno, director comercial de Prolongo, que exporta a China en torno al 17% de las toneladas totales que comercializa.
Cita a la Unión Europea porque todos apuntan a la misma causa. "Es más una represalia por la imposición de aranceles a los coches eléctricos que por prácticas desleales", recuerda a este periódico el director general de la Asociación De Industrias De La Carne De España (ANICE), Giuseppe Aloisio. Sector asiático –el del automóvil electrificado– que ahora busca refugio en Europa después de que sus vehículos se hayan encarecido por los impuestos de entrada a Europa.
Y en esas está Andalucía. El periplo asiático de Juanma Moreno ha contado con parada en la Asociación China de Fabricantes de Automóviles (CAAM). Que Andalucía es una de las principales fuentes de litio –material "indispensable" en la industria de las baterías de coches eléctricos–, que la región goza de "estabilidad política" o que se halla en una "posición" geográfica "única" han sido los argumentos para que algunas de las fábricas trasladen parte de su producción a la región.
Jaén tiene todas las papeletas de ser la afortunada –el fabricante chino Coronet negocia con la jienense Santana Motor para fabricar componentes para coches eléctricos–. La cara de una moneda que puede ser cruz en Málaga. Las dos principales exportadoras de carne andaluzas a China están pendientes de la decisión del país asiático, que se demorará, como máximo, 18 meses. En cualquier caso, las exportadoras malagueñas descartan que afecte en el volumen, no así en la rentabilidad.
"Seguiremos exportando porque el mercado lo demanda, pero el resultado va a ser inferior", confirma Aceituno. Las exportaciones a este país asiático representan el 11% del valor comercial de Prolongo, es decir, uno de cada diez euros de la facturación total anual. Un valor que se sitúa en la órbita del 30% en el caso de la otra cárnica malagueña, Famadesa. Ubicada en Campanillas muestra prudencia y confianza en que la sangre no llegue al río.
En su caso, según confirma a Málaga Hoy, las exportaciones a países asiáticos rondan un valor de 40 millones de euros. Y entre la dos, según confirma la estadística de ANICE, representan el 92% del total del valor de las exportaciones andaluzas de carne de porcino, elaborados y despojos comestibles. Estos últimos son productos como orejas, riñones o hígados, cuyo valor –debido a su demanda– en los países asiáticos puede llegar a triplicar al de España o los países europeos. En toneladas anuales, Málaga envía a China más de 26.000 al año.
La investigación del gobierno chino se encuentra en la actualidad en la segunda fase y se demora como máximo algo más de un año. La primera consistió en un inventario de las empresas exportadoras de este producto a su país, mientras que la que se está llevando a cabo se centra en la recopilación de información comercial de empresas elegidas –"de forma más o menos aleatoria" y ninguna malagueña, describen desde ANICE– para dictaminar o no si existe dumping en el precio de este producto.
Este se da, por ejemplo, cuando una determinada política–como una subvención– favorece la competencia nacional frente a otras. "Estamos tranquilos porque no es así. De hecho, el porcino blanco está fuera de la PAC. Van a tener difícil argumentar una hipotética subida de aranceles", dice Aloisio a este periódico. Entre tanto, Moreno se erige como puente de las relaciones diplomáticas: "Europa necesita a China y China necesita Europa".
Ese es el camino que mejor vislumbran desde otra de las empresas que podría verse afectada con la medida europea. "Lo sensato es aprovechar esa tendencia de economía a escala de vehículos eléctricos chinos y en vez de hacernos la guerra comercial, llegar a acuerdos", comenta a este periódico Álvaro Sedano, gerente de CarMEI.
El concesionario malagueño comercializa vehículos eléctricos de fabricación china entre su catálogo y aboga por "sentar unas bases de competencia perfecta y no desleal" entre Europa y el país asiático. "Son empresas serias que están haciendo un producto sumamente competitivo en precio y de muy buena calidad", asegura Sedano.
En la capacidad de producción del país asiático está el epicentro de la cuestión. "Su precio se mantiene artificialmente bajo gracias a enormes subvenciones estatales y eso está distorsionando nuestro mercado", argumentó Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, para impulsar esta medida sobre el coche eléctrico importado desde China.
Ahora, se enfrenta a una todavía hipotética respuesta china sobre los coches de alta gama alemanes, el brandy español o el coñac francés, productos con los que el país asiático ha amenazado con subir los impuestos de importación si la medida europea se confirma y consolida. "Es una guerra innecesaria", evalúa el gerente de CarMEI.
"Lo ideal es no incrementar los impuestos ni para importar ni para exportar porque es un conflicto en el que perderíamos todos", sentencia, mientras repite lo que considera un movimiento inevitable en el comercio internacional: "El futuro es llegar a acuerdos con empresas asiáticos porque es la realidad del mercado actual y son la fábrica del mundo".
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