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Los bancos franceses y alemanes, dispuestos a ayudar a salvar a Grecia

La Eurozona desea que la banca contribuya a la resolución de la crisis, aportando unos 25.000 millones de euros al segundo plan de asistencia financiera al país heleno.

Efe

27 de junio 2011 - 20:40

Bruselas/Los bancos más expuestos a la deuda helena, los franceses y alemanes, están dispuestos a contribuir al segundo rescate de Grecia a partir de una propuesta dada a conocer por el presidente galo, Nicolas Sarkozy, que fue recibida favorablemente por los mercados.

La Eurozona desea que la banca contribuya a la resolución de la crisis, aportando unos 25.000 millones de euros al segundo plan de asistencia financiera a Grecia, que podría ascender a 110.000 millones, según adelantó la pasada semana el primer ministro griego, Yorgos Papandréu.

Los banqueros franceses, según dijo Sarkozy, está dispuestos a participar en el plan para esquivar la declaración de un impago parcial de la deuda helena, situación que se pretende evitar a toda costa por considerar que tendría un impacto superior a la caída de Lehman Brothers en 2008.

La iniciativa francesa consiste en reinvertir en Grecia únicamente el 70 % de los títulos de deuda que venzan en los próximos tres años: un 50 % serviría para adquirir nueva deuda helena con un plazo de 30 años, mientras que el 20 % restante alimentaría un fondo de inversión en activos de gran calidad, dedicado a avalar los nuevos préstamos griegos.

La modalidad elegida supondría que sólo se volvería a prestar a Grecia el 50 % de las cantidades devueltas por el Tesoro heleno, pero permitiría consolidar el carácter voluntario de esta contribución, alejando el riesgo de declaración de "incumplimiento crediticio" por parte de las agencias de calificación de riesgos.

El Banco Central Europeo ha amenazado con dejar de aceptar deuda griega como aval en la refinanciación de los bancos griegos, en caso de que la solución acordada provoque una declaración de impago, porque considera que tendría nefastas consecuencias, también para los países más susceptibles al contagio.

En este sentido, el fondo para avalar la deuda consolidaría el carácter "voluntario" para los bancos, que hasta ahora habían demandado garantías para mantener su exposición en un país de solvencia dudosa, extremo rechazado por Alemania por estimar que supondría una carga adicional para los contribuyentes.

En la propuesta francesa se incluye un tipo de interés similar al aplicado en el rescate de las organizaciones internacionales, aunque se añadiría una variable en función de la evolución del PIB griego.

La banca privada alemana examina con interés la propuesta francesa y ha asegurado que esta dispuesta a asumir su parte.

El director general de la Asociación de Bancos Privados Alemanes, Michael Kemmer, que cifró en entre 10.000 y 20.000 millones de euros la exposición de los bancos de su país en Grecia, insistió hoy en la idea de que deben recibir garantías.

Commerzbank es el mayor acreedor privado alemán de Grecia, con obligaciones por valor de 2.900 millones de euros, seguido de Deutsche Bank (1.600) y la aseguradora Allianz (1.300 millones).

Los bancos franceses también están entre los principales acreedores de Grecia, con BNP Paribas como uno de los grandes tenedores, con 5.000 millones a finales de 2010.

La propuesta francesa se discutió hoy en Roma, en una reunión de delegados de las instituciones europeas con el Instituto de Finanzas Internacionales, que reúne a más de 400 entidades crediticias.

Estas conversaciones se producen en una semana crucial, en la que el Parlamento heleno debe votar el impopular plan de ajustes demandado por las instituciones internacionales como condición para seguir ayudando al país.

Las próximas dos semanas también serán determinantes para el segundo plan de rescate y el desbloqueo de los 12.000 millones del quinto tramo de ayuda, necesarios para evitar la suspensión de pagos de Grecia este verano.

Los ministros de Finanzas de la zona euro tienen previsto aprobar ese desembolso durante la reunión extraordinaria que se celebrará en Bruselas el próximo domingo y cerrar los flecos pendientes del segundo plan el 11 de julio.

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