Mañana electoral en Málaga capital: entre el derecho y la obligación de acudir a la urna

La jornada se vive con normalidad en un domingo en el que las previsiones de lluvia se alejaron y el sol ha invitado a tomar la calle

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Una votante con su mascota deposita el voto en una urna de Málaga capital este domingo.
Una votante con su mascota deposita el voto en una urna de Málaga capital este domingo. / Javier Albiñana

Pasadas las once de la mañana no son muchos los que pasean por la gran avenida Navarro Ledesma, en el distrito de Teatinos. Se escuchan los peloteos de los jugadores de pádel, alguna familia pedalea junta en bici, un padre pasea a su bebé en el carro, un matrimonio mayor discute de política en un banco a la sombra y un grupo de vecinos, que ha quedado para echar el día, se saluda con cariño. Los Tejeringos está a tope a esa hora, con grupos de chavales en la puerta, con un balón en la mano, quizás dispuestos a reponer fuerzas tras un partido. Aunque el mayor movimiento de la zona lo concentra, sin duda, el colegio Pintor Félix Revello de Toro, una de las 600 sedes electorales de Málaga.

Aquí las mesas se han abierto con puntualidad y sus primeras horas las viven sin incidencias destacadas. La mesa B de la sección 59 se ha conformado con todos los titulares, que se han presentado fielmente a cumplir con su obligación. "Afortunadamente todo se está desarrollando con normalidad, esperamos tener una buena jornada", comenta el presidente poco antes de que llegue una votante, comprueben que está en el lugar correcto, apunten sus datos y pueda depositar su papeleta. Un sobre tapa la abertura de la urna para que nadie se precipite y no tengan que lamentar un fallo que les dificulte la labor.

Dos horas y media después de inaugurar estas elecciones municipales de 2023 han recibido unos 83 votos de los 710 que componen su censo, poco más del 10%. Aunque el primer votante llegó a las 9:05, la cosa empezó a animarse a las 11:30 aproximadamente, según cuentan. Un buen porcentaje del tiempo se pasan comprobando apellidos y números de identidad en una lista y derivando a la urna apropiada a cada votante.

Un café para llevar, reglas, bolígrafos y subrayadores conforman sus herramientas en una jornada de trabajo que va a ser larga e intensa. "Podemos turnarnos para salir, no hay problema siempre que estemos dos personas por mesa", apuntan y señalan que para los tres es su primera experiencia en esta labor. En la mesa vecina las cifras son muy parecidas, 86 votantes de 720 censados. "Son todos vecinos y nos conocemos muchos, nos preguntan, nos desean un buen día, pero nadie nos ha traído pasteles todavía", comentan las tres mujeres responsables de la urna.

El flujo de votantes no cesa. María y David esperan en cola mientras charlan con sus antiguos vecinos. Acaban de mudarse y ya han solicitado la empadronamiento en su nueva residencia. A la espera del trámite burocrático han considerado que el censo electoral los tendría todavía inscritos en su sede habitual y a ella han acudido. "Votamos siempre, venimos a ejercer nuestro derecho, es la manera que tenemos de hablar, de participar", estiman. También apuntan que tenían muy claro su voto y que suele ser coincidente en la pareja. "Estamos muy compenetrados, coincidimos aunque no nos digamos nada", dicen y bromean sobre si alguno se habrá equivocado echando otra papeleta distinta en el sobre.

Llegando al colegio, Herminia se sorprende de toda la gente que ve entrar y salir. Ella siempre vota porque lo considera una obligación. “Siempre voto, unas veces con más convencimiento, otras con menos, algunas en las que me he arrepentido de mi elección después, pero siempre participo. No entiendo a la gente que dice que su voto no sirve para nada", afirma.

A medio día el sol aprieta con fuerza y las nubes, dispersas, han dejado de ser amenazantes. La jornada se presenta con poco riesgo de lluvia y el día invita a salir a la calle. Pero eso no garantiza la participación masiva, habrá que esperar al cierre de los colegios para comprobar la implicación de los malagueños en estos comicios.

Si la imagen fija fuera la del colegio Luis Buñuel, en el Atabal, a media mañana podría pensarse que el éxito estaba asegurado. Colas en las cuatro mesas y mucho ambiente. Cinco minutos antes de las 8:00 llegó Jesús porque estaba convocado como segundo suplente de presidente. No tuvo que quedarse porque la mesa se conformó con los titulares, así que regresó a depositar su papeleta un poco más tarde. "A las nueve menos cinco ya entró un votante al que le tuvimos que decir que todavía no estábamos abiertos", dicen en una mesa de la sección 18. "Desde primera hora no ha parado de entrar gente, la cosa está muy animada", agregan sonrientes y sin ninguna incidencia destacada que contar.

Carmen es presidenta de una mesa en la que ha votado en menos de cuatro horas casi un 25% de su censo, más o menos la misma proporción que en sus urnas vecinas. A las 20:00 darán por concluida la jornada, que no estará exenta de anécdotas, pero que esperan vivir con cierta normalidad. Entonces empezará el recuento y papeleta a papeleta se irá dibujando la imagen del alcalde o alcaldesa de cada municipio de la provincia. Los números entonces, serán los que hablen.

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