De la Torre 6.0 o el asalto de la izquierda a La Casona en Málaga
Este domingo las urnas deciden si en la capital gobernará el PP durante 32 años o si se produce un cambio de ciclo
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Málaga/Francisco de la Torre 6.0 o reconquista de la Casona del Parque. Son las dos caras de la moneda que se lanza al aire y que recogerán los malagueños este domingo en las urnas. Nadie duda que el Partido Popular parte con ventaja en estos comicios, en los que busca recuperar la mayoría absoluta en el Salón de Plenos –o la mayoría amplia o suficiente, los eufemismos que usan los populares para no asustar ni relajar al votante–; pero en las izquierdas –capitaneadas por el PSOE– mantienen la esperanza de poder recuperar el sitio que dejó Pedro Aparicio allá por 1995.
En estas dos realidades paralelas que se dibujan en Málaga a partir del lunes influyen múltiples factores. La participación –que lleva una tendencia a la baja en los últimos comicios municipales– es la primera de las claves. Los candidatos llevan intentando movilizar el voto las últimas dos semanas (el suyo preferentemente, pero la llamada a las urnas en general se ve como positivo en todas las formaciones, seguras del programa que presentan), pero según qué voto se movilice la consecuencia parece que será una u otra. En la izquierda llevan desde que el inicio de la campaña intentando que los más jóvenes –los que no han conocido a otro alcalde que De la Torre después de 23 años con la vara de mando– acudan al colegio electoral, convencidos de que su voto será mayoritariamente a papeletas que cambien el signo político.
Pero no es la única de las incógnitas. Dónde irá el voto que se espera pierda Ciudadanos y si este consigue llegar al 5% que marca el mínimo para volver a entrar en el Ayuntamiento también está en el aire. En el PP están convencidos que los votantes que les ha venido restando la formación liberal en los dos últimos comicios municipales volverán a coger su papeleta. Tanto es así que incluso De la Torre lo ha dado por hecho en declaraciones públicas, en una maniobra más desincentivar al votante de la formación naranja. Incluso desde su "moderación" –acoge este término que ya viene usando Juanma Moreno para alejarse del término vacío de contenido centro– ha pedido votantes de Vox y PSOE que para estos comicios opten por su papeleta, obviando a Ciudadanos.
Los naranjas, por su parte, se escudan en la moderación, no dejan claro si tienen socio preferente e intentar jugar la baza de control del gobierno. En Vox atacan con toda la caballería al PP –que no a De la Torre-, la mayoría de las veces en clave nacional, terreno en el que juegan, dejando al candidato en un segundísimo plano que no manche la marca. El PSOE, por su parte, ya ha pedido el voto "prestado" –que es con el que dicen se ganan las elecciones– en el intento de volver a sumar 16 concejales con otras fuerzas y poder desbancar el gobierno del PP. La última vez que las izquierdas sumaron más que el PP o estos y sus socios fue en 1995, pero no se pusieron de acuerdo y acabó votando sin mayoría Celia Villalobos.
No parece ser que vayan a tardar mucho PSOE y Con Málaga (la confluencia que encabezan Izquierda Unida y Podemos) en caso de sumar 16 esta vez. El objetivo de ambos dos es destronar a De la Torre y arrebatarle el bastón de mando. La importancia que se da desde Ferraz a esta plaza es mayúscula, de ahí que en la precampaña Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, haya acudido hasta en dos ocasiones y haya cerrado la campaña su número 2, Nadia Calviño, sin contar con las visitas de casi todo el ramo de ministros con el que cuentan.
Los números, parece, que pueden salirle, al menos en eso confían por los últimos trackings internos que manejan. En el PP, sin embargo, sólo hablan de mayoría amplía o suficiente, que es la nueva manera que tienen de no asustar ni que ningún votante lo dé por hecho y se acomode el domingo y acabe por no ir a las urnas.
Lo cierto es que las urnas son impredecibles por mucho tracking que se haga. No parece que en Málaga vaya a afectar el absentismo del rociero que ha hecho que aumente hasta un 188% la demanda del voto por correo en Huelva; pero hasta que no cierran las urnas qué puede espolear o desmovilizar la participación suele ser una incógnita.
Modelos de ciudad
Desde los partidos al asalto del gobierno de La Casona del Parque han vendido esta cita electoral como un plebiscito sobre los modelos de ciudad. El PP, claro, lleva un discurso continuista en el que saca pecho por la gestión de los últimos 28 años e intenta refrendar todos los proyectos que ha vendido durante el mandato, incluido un último sprint frenético en el que se agolparon los anuncios.
Torre del puerto, Bosque Urbano o torres y parque en Repsol, Plan Litoral, Guadalmedina o construir sobre la parcela de los cines Astoria y Victoria son algunos de los proyectos que pueden polarizar a la ciudad; pero también la plusvalía mortis causa, qué pedir a la Junta que haga con el Metro y hacia dónde extenderlo, cuántos kilómetros de carriles bici construir y cómo, dónde y cuántas viviendas protegidas construir están entre las propuestas electorales que presentan las fuerzas de uno y otro lado.
Uno u otro modelo, además, estarán marcados por una decisión en la que poco pueden influir: si sólo cuatro días después de la constitución del nuevo Pleno Málaga se lleva la Exposición Internacional de 2027 a la que opta y se impone a las otras cuatro candidaturas o si, por el contrario, es un nuevo intento fallido de albergar un evento internacional. El 21 de junio va a condicionar el mandato, entre otras cosas porque viene regado de unos 1.400 millones de euros de inversiones en la ciudad para construir el recinto, mejorar transportes urbanos e interurbanos, ampliar el Palacio de Ferias y Congresos o construir el ansiado Auditorio. La diferencia, claro, es abismal.
Para que el Partido Popular pueda imponer su modelo en solitario, calculan los expertos, deberá pasar los 100.000 apoyos este domingo si la participación es similar a la de 2019. Entonces recogieron 94.000 y se quedaron a dos concejales de la mayoría absoluta. Sólo uno les faltó a las izquierdas para arrebatarle el bastón de mando, sumando entre las dos formaciones con representación 102.000 sufragios. Para estos comicios esperan unos resultados que lo mejoren y que no se parezcan a la última vez que los malagueños fueron a las urnas: las andaluzas de 2022. Hace solo 11 meses la izquierda recogió uno de los peores resultados de su historia en la capital. Si todo sucede con normalidad, antes de la medianoche de este domingo se deberá conocer qué han decidido los malagueños en los colegios electorales.
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