El mundo de ayer
Rafael Castaño
Tener un alma
La provincia de Málaga encierra municipios que respiran su Historia de una manera distinta. Sus trazados, sus paisajes y sus habitantes muestran su pasado de una manera natural que salta a la vista de los visitantes. Un ejemplo de libro se encuentra en Teba, situado al oeste de la comarca de Antequera, cruzado por el río Guadalteba y con una población de unos 4.500 habitantes. El casco urbano corresponde al encanto típico andaluz, salpicado de palacetes y casas señoriales coquetamente conservadas para delicia de quienes gustan de enfrascarse en los detalles de rejas y portones. Pero a lo largo del valle, el recorrido en el tiempo va mucho más allá hasta alcanzar lo milenario. No pocos historiadores, de hecho, señalan Teba como el límite natural de la antigua Tarsis, y de hecho los fenicios atravesaron sus lindes en busca de la plata de Tartessos. Posteriormente, la Attegua romana se convirtió en enclave estratégico digno de mención por el propio Julio César, quien, en sus libros sobre la guerra civil en los que relató las batallas contra Pompeyo, contó con detalle la rendición del municipio en el 45 a.C., a pesar de la reconocida defensa de Numancio Flaco. Otros clásicos como Hircio y Suetonio también se detienen en Teba en sus escritos para la Historia.
En este sentido, el estandarte de Teba es su Castillo de la Estrella, que corona el perfil del pueblo de forma majestuosa a 600 metros de altitud sobre el nivel del mar. Construido por los romanos aunque reformado masivamente por los árabes hasta alcanzar su estructura actual, fue en su día una fortaleza inexpugnable con una superficie total de 20.000 metros cuadrados, dos recintos amurallados y dieciocho torres amenazantes. Actualmente se conservan de esta la Torre del Homenaje y grandes tramos de los baluartes con un espectacular Patio de Armas. Declarado Monumento Nacional de Interés Histórico-Artístico, acoge en su interior un museo municipal donde pueden verse restos romanos, fenicios e ibéricos encontrados en el pueblo. Todavía, sin embargo, está pendiente de la reforma que convertirá todas sus dependencias en áreas visitables.
Otros testigos monumentales del pasado histórico de Teba son el convento de San Francisco y su admirable pórtico, la Ermita de Nuestra Señora del Carmen, la ermita de Nuestro Padre Jesús Nazareno, la iglesia de la Santa Cruz Real, el palacete del Marqués de Greñina, la casa condal de la Emperatriz Eugenia de Montijo. Especialmente significativo es el monumento a sir James Douglas, caballero del rey Roberto I de Escocia que luchó junto a las tropas cristianas del rey Alfonso XI, que culminaron la conquista de la villa el 20 de enero de 1389. Este hecho militar se relata en una lápida que puede contemplarse en el pueblo y que fue regalo del municipio escocés de Melrose, con el que Teba está hermanado, traída por los descendientes de aquel caballero británico, que perdió su vida en la conquista del pueblo malagueño. En el imaginario histórico, Douglas comparte protagonismo con Omar ibn Hafsún, el líder que se alzó contra el poderío musulmán y que resistió en la cercana Bobastro tras convertirse al cristianismo. Ambas figuras se alzan como testimonios vivos de la Reconquista, que en el valle del Guadalteba alcanzó algunas de sus cotas más destacables tanto en lo histórico como en lo militar.
Además, conviene no regresar de Teba sin visitar el Museo Parroquial y la Sala Arqueológica, situada en la Plaza de la Constitución y abierta en 1982. Entre el material recogido en este inmueble destacan los hallazgos de tres yacimientos arqueológicos de la zona: los fondos neolíticos aparecidos en la Cueva de las Palomas, con restos líticos datados entre el 3.000 y 2.000 a. C.; los restos cerámicos hallados en el yacimiento de Los Castillejos, con restos de cerámica algárica (c. 2.000 a. C.). púnica (del Siglo VII al III á. C.) e ibérica (del siglo VI al IV a. C.); y los materiales romanos que han aparecido principalmente en el asentamiento urbano romano de El Tajo. Junto a estos importantes yacimientos, se encuentra, ya con materiales modernos, la necrópolis y restos constructivos del Castillo de la Estrella. Todo un paseo por la Historia para satisfacción de los amantes de la arqueología.
También te puede interesar
Lo último
No hay comentarios