Daniel Bilbao: "Gerardo Delgado fue una persona muy abierta de mente y, al mismo tiempo, muy sensible"
Daniel Bilbao | Artista plástico
Hace ahora tres años, aún en pandemia, el pintor Daniel Bilbao reunía parte de su obra en Arquitecturas. La mirada nómada, una exposición que supuso un homenaje a los principales referentes de la arquitectura racionalista. Aquella muestra estuvo comisariada por el también pintor, y arquitecto, Gerardo Delgado, fallecido el pasado mes de marzo. Tres años después, el camino de estos dos creadores –de estos dos amigos- vuelve a coincidir, en esta ocasión con motivo de la exposición Gerardo Delgado. Estando ya mi casa sosegada, la cual consiste en una cuidada selección, a modo de tributo, organizado de manera conjunta por el Área de Cultura de la Diputación de Sevilla y el Ayuntamiento de Olivares. Es ahora a Bilbao a quien le toca ejercer la labor de comisario, y con él conversamos acerca de la dimensión y del legado de un excepcional pintor de la vanguardia andaluza.
Pregunta.-Para Daniel Bilbao, ¿quién fue Gerardo Delgado?
Respuesta.-Para mí ante todo fue un amigo. También una persona humanista. Una persona con un espíritu renacentista. Alguien con una sensibilidad especial. Le interesaba muchísimo, además de la pintura, la literatura y el cine. Tuvo siempre una inquietud por descubrir, por saber más. Y por supuesto fue una persona que aportó muchísimo al arte contemporáneo.
P.-En esta exposición, de la que usted es comisario, contemplamos una serie de bocetos en los que se intuye lo cuidadoso que Gerardo Delgado fue en su proceso creativo.
R.-Gerardo Delgado fue un pintor muy metódico en lo conceptual. También a la hora de ordenar la producción.
P.-Y pasó por diferentes fases. De la abstracción se aproxima a la figuración expresionista, aunque finalmente decidió continuar por el camino de lo abstracto. ¿A qué se deben estas oscilaciones en la trayectoria?
R.-Creo que se debió a su inquietud, a su curiosidad. Gerardo Delgado fue una persona muy abierta de mente y, al mismo tiempo, muy sensible. Él veía cosas donde otra persona quizá no las veía. Le sacaba partido a cualquier ángulo, a cualquier resquicio. La propia estructura de su estudio, que era un lagar antiguo, le dio pie a varias series. Y jamás se acomodó a un estilo. Fue inquieto hasta el final. Incluso con sus limitaciones físicas.
P.-Gerardo Delgado destaca en el ámbito de la abstracción geométrica. ¿Cómo podríamos definir esa corriente?
R.-La abstracción maneja el concepto puro, respecto de la forma y respecto del color. Se dice que Kandinsky fue el impulsor de la abstracción, aunque luego se ha demostrado que hubo una pintora que previamente –unos dos años antes que el pintor ruso- ya estaba planteando abstracciones. La abstracción casi desliga el código gráfico –tanto del color como de la forma- de lo que es significado visual. La abstracción va a la pureza y maneja códigos muy cercanos a la música. La música puede ser realista y figurativa, por ejemplo, la ópera de Carmen, que te cuenta una historia, pero si hablamos de una sinfonía de Mozart estamos ante una pura abstracción. No te está contando nada, pues son vibraciones. La abstracción geométrica se mueve en esos códigos puros con elementos de líneas muy puras, de geometrías.
P.-A Gerardo Delgado no le interesaba contar una historia en su pintura.
R.-Él se basa mucho en el instinto visual. En la percepción del que se pone delante del cuadro y juega con sus formas. Gerardo Delgado tiene una serie de pinturas, pinturas o incluso esculturas, en las que se juega con módulos intercambiables. De modo que la obra es una especie de juego para niños. Según coloquemos estas piezas, hay uno u otro resultado. En concreto, hay una obra con unas doscientas y pico de combinaciones.
P.-El color es otro elemento crucial en la obra de Delgado.
R.-Fundamental.
P.-¿Tenía preferencia por alguna combinación, por alguna gama?
R.-Él descubre paletas para determinadas series. Son combinaciones que quizá encontraba en el papel de un caramelo o en unas bayetas de microfibra. Me sorprende cómo se inspira en estas cosas, y juega con ellas. En los últimos años sí mantiene un patrón a la hora del proceso de pintar, con pinturas más líquidas al fondo, lo que da vibración al cuadro, lo hace más expresionista, más informalista. Una vez que el cuadro está seco se tensa el material sobre la mesa, y se empiezan a proponer las diferentes variantes geométricas. Con lo cual ya te está creando una lucha de texturas y de conceptos.
P.-¿La dicotomía es otra nota característica de Gerardo Delgado?
R.-Sí. Lo orgánico y lo inorgánico. Él cargaba el lienzo siempre sobre algodón, sobre loneta de algodón, en un formato grande, lo que supone una vibración orgánica. Esto lo va calmando con los planos geométricos. Se establece una armonía y una lucha entre un lenguaje y otro.
P.-¿Han traído a la exposición la mesa de trabajo del pintor?
R.-Sí, hemos traído su mesa de trabajo junto con el último cuadro en el que estaba trabajando. La mesa por sí tiene su interés, pues podemos observar cómo trabajaba Gerardo. Vemos las incisiones que hay a la hora de cortar, o de pegar. En realidad eran dos mesas, pero nos pareció demasiado. Conceptualmente con una nos resultó suficiente. Encima de la mesa lo que contemplamos es ese cuadro que se quedó inacabado –el último del pintor-. Aunque por otra parte está bastante avanzado, y pensamos que tenía dignidad para exponerse. Con esta mesa y su último cuadro hacemos un juego conceptual, aludiendo a esa última acometida del artista.
P.-El hecho de que Gerardo Delgado fuese arquitecto de formación, ¿le influyó en su faceta como pintor?
R.-Creo que sí. Sobre todo a la hora de concebir los espacios.
P.-¿Ha sido Andalucía un lugar relevante para esta vanguardia de la segunda mitad del siglo XX? Pienso en nombres como el de Manuel Barbadillo o Pepa Caballero.
R.-Sin duda. Y muchos otros nombres: Pepe Soto, Juan Suárez. En otra generación: Ricardo Cadenas, Patricia Cabrera, Federico Guzmán. Pienso también en Miki Leal, Ana Barriga, Fernando Clemente o Rubén Guerrero.
P.-Gerardo Delgado mostró siempre interés por el cine y la literatura. ¿Esas disciplinas se manifiestan en su obra?
R.-Por supuesto. De hecho, en estos meses en los que dura la exposición –que se clausura el 12 de marzo en la Casa de la Provincia de Sevilla-, José Joaquín Parra se encargará de coordinar tres mesas en las que se hablará sobre Gerardo y su relación con la pintura, con la literatura y con el cine. Una curiosidad: en la charla sobre la obra del pintor y el cine se van a proyectar filmaciones del propio Gerardo Delgado.
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