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Laura Gallego: "La Jurado fue la primera en cantar una letra de sexo"

La cantante se define como la "última folclórica" y defiende la vigencia del género

El 21 de diciembre ofrecerá un concierto en Fibes por sus 15 años de trayectoria profesional

"El PP creó unas expectativas que han provocado frustración"

La cantante Laura Gallego.
La cantante Laura Gallego. / Antonio Pizarro
Diego J. Geniz

26 de noviembre 2024 - 14:11

Una entrevista con Laura Gallego es un soplo de naturalidad en un mundo leno de imposturas. Nacida en Jerez de la Frontera y criada en Algar (municipio de la sierra gaditana), lleva años viviendo en Sevilla.

En el Auditorio de Fibes de la capital andaluza prepara un concierto el próximo 21 de diciembre por sus 15 años de trayectoria artística. Previamente, el sábado 30 de noviembre, a las 20:00, en el Casino de Cazalla de la Sierra, ofrecerá un concierto a beneficio de la parroquia del municipio sevillano.

La folclórica, sobre altísimos tacones y un ajustado pantalón que simula la piel del leopardo, ofrece por cada respuesta un golpe de autenticidad que se convierte en titular. Una delicia para entrevistarla. No se guarda nada.

Pregunta.De las de peina y volantes, que pocas vamos quedando...

Respuesta.Entre pocas y ninguna. La folclórica es un ser en peligro de extinción. De hecho, me siento la última folclórica de mi generación. Las puras, que no hacemos fusiones, vamos desapareciendo. Las que quedan en activo son mayores que yo. Veo poca cantera en este género. 

P.¿Qué queda de esa adolescente que hace 15 años se ponía por primera vez frente a las cámaras de televisión?

R.–Sigo siendo casi igual de inconsciente, porque sigo sin ponerme nerviosa. Sigo riéndome entre canción y canción. Sigo teniendo el mismo concepto de equipo, porque si un músico se resfría, creo que no vamos a poder dar el concierto, al no podernos permitir una baja. Continúo realizando la llamada a mi madre y sigo necesitando de la aprobación de mi mejor amigo para el vestuario. En definitiva, sigo siendo casi la misma, pero con más gastos (risas).

P.¿En esta década y media ha habido más rosas que espinas o al revés?

R.He tenido mucha suerte porque, aunque se suele decir que hay de todo en la viña del Señor, normalmente lo que me he encontrado han sido flores por el camino. Por supuesto, siempre me he cruzado con algún indeseable, porque cabemos a unos cuantos por persona. Pero la verdad es que me he sentido muy mimada estos 15 años. 

P.¿Qué se va a encontrar el público que vaya el 21 de diciembre a Fibes?

R.Una auténtica revolución. Desde el detalle más mínimo hasta el concepto más generalizado de la copla. Llega una explosión en la que he decidido ir cambiando el estilismo. Recupero la bata de cola, pero con un formato muy especial. Hasta recupero los caracoles de Estrellita Castro, reivindicando que no ha sido Rosalía, sino ella la que los inventó con laca pegada a la frente. Recupero la peina y el clavel, como símbolos de un género que nos cantaban nuestras abuelas y madres cuando éramos pequeños. Lo único que pretendo es eso: enseñarle a la gente que la copla sigue viva mientras siga viva yo.

P.Algunas van de rompedoras, pero ya en los clásicos estuvo todo...

R.La copla ha sido pionera en tantas cosas... Eso es lo que quiero demostrarle al público. El mantón de manila se lo puso una folclórica, no una flamenca. El pericón, igual. Los bailes con castañuelas, también. Era lo moderno hace un siglo. 

P.Incluso el empoderamiento femenino, cuando se cantaban amores prohibidos...

R.¡Todo! Hasta el destape o cuando Rocío Jurado fue la primera mujer que se atrevió a cantar en público una letra de sexo, como la del Clavel. Eso no lo ha inventado el reggaeton ni ninguna de esas personas que se convierten en multimillonarias porque se creen que han descubierto América.

P.Usted también tiene mucho de flamenca...

R.Yo me enamoré del flamenco antes que de la copla y he bebido bastante del flamenco. Este año he ido a la Bienal de Flamenco y muchas de las letras que se cantan son de coplas, metidas por algún palo del flamenco. A través de la copla se surcan los mares del flamenco.

P.¿Cuándo decidió prescindir de la bata de cola?

R.Mi problema fue que yo empecé muy pequeña. Era muy inconsciente. Con 16 años lo único que quería era divertirme. No quería estar en un escenario cantando, por muy bien que me lo pasara. Quería estar en el instituto con mis amigas. Lo único que entendía en ese momento era lo incómodo de la bata de cola. De ahí que la abandonara y me decantara por el traje de fiesta, como habían hecho antes otras folclóricas. Pero, ahora, la quiero recuperar, adaptada al siglo XXI. Quienes vayan a Fibes me podrán verme hasta de folclórica electrónica.  

P.¿Lo de que la comparen con Rocío Jurado es un honor, un reto o un condicionante?

R.Es un orgullo y una exageración. También he descubierto con los años que es una responsabilidad, la de mantener vivo el legado de Rocío Jurado. Revivo con la gente los clásicos de ella. 

P.¿Qué tal la experiencia en la tele?

R.Estoy como en mi casa, en mi hábitat.

P.¿Le gustaría aparecer en alguna película o serie?

R.Le digo que sí a todo porque soy folclórica. Las folclóricas, de toda la vida, han cantado, han protagonizado películas, han bailado, han presentado programas... Han hecho de todo, incluso de modelo. En definitiva, mocatriz, ése ha sido nuestro cometido. 

P.¿Alguna llamada de atención por su ceceo?

R.Me han querido refinar, pero eso siempre lo he tenido claro. Toda mi familia tiene mi acento, pero se nos entiende a la perfección porque vocalizamos estupendamente. Cuando me han intentado corregir el ceceo les he respondido que lo que tienen ellos que hacer es corregirse el oído. 

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