Luis Fernando Gómez-Stern: "Se ha hecho mucha arquitectura moderna repetitiva y especulativa"
Luis Fernando Gómez-Stern | Arquitecto
El arquitecto Luis Fernando Gómez-Estern (Sevilla, 1942), expresidente del reconocido estudio OTAISA, acaba de recibir el Premio Andalucía de Arquitectura en la categoría de «Trayectoria Profesional Consolidada»
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Luis Fernando Gómez-Stern (Sevilla, 1942), arquitecto y parte consustancial del reconocido estudio OTAISA, ha recibido el Premio Andalucía de Arquitectura –en la modalidad de Trayectoria Profesional Consolidada-. Una distinción que llega tras décadas de trabajo y de destacadas contribuciones a la arquitectura de los últimos cincuenta años. El discurso de Gómez-Stern construye sus bases –sus cimientos- a partir de los principios del Movimiento Moderno; es decir, de una arquitectura que prefiere el trabajo colectivo, en equipo, y que no olvida su pretensión de servir a una sociedad.
Pregunta.Entiendo que usted descubrió su vocación a una edad temprana. Supongo que el interés por la arquitectura fue algo que le inculcó su padre.
Respuesta.Sí, y no sólo por mi padre. Mi bisabuelo era arquitecto. Tres hermanos de mi abuelo eran también arquitectos. Y una hermana de mi abuelo estaba casada con Aníbal González. Es decir, es una vocación que viene de largo en mi familia. Mi padre, eso sí, tuvo una trayectoria un poco diferente, pues fundó un grupo de arquitectos ligado a la arquitectura moderna. En concreto, al Movimiento Moderno de arquitectura, que está penetrando en España de manera incipiente en los años en los que mi padre terminó la carrera. Yo decidí estudiar arquitectura, pero en el último momento, pues para mí era importante esclarecer si tomaba la decisión por vocación o por el peso de la tradición familiar. Aquel año en el que empiezo la carrera coincide con el año en el que abrió la Escuela de Arquitectura de Sevilla. Me siento orgulloso de aquello: junto con mis compañeros de promoción, abrimos un camino en Sevilla. La escuela estaba ligada a la arquitectura moderna. Mi formación viene de ahí: del movimiento moderno, de una arquitectura rebelde y rupturista respecto del pasado.
P.Año 1967. Termina la carrera. Aunque ya está trabajando en el reconocido estudio de arquitectura OTAISA. No es la situación habitual que he visto en amigos arquitectos de mi generación, para quienes las primeras oportunidades –y segundas y terceras- siempre fueron precarias. ¿Se ha deteriorado la profesión en estas últimas décadas?
R.No diría que se ha deteriorado. No diría esa palabra. Sí es cierto que ha cambiado mucho. Ahora mismo, la arquitectura es muy distinta en cuanto a la forma de actuación y la tecnología que se aplica. Hoy día, la arquitectura está demasiado influida por el espectáculo. Algo que considero un error. Actualmente hay una tendencia a creer que el arquitecto es una estrella. El arquitecto estrella no tiene por qué ser negativo, pero la arquitectura es un arte colectivo. Hoy con más motivo, pues depende de la ingeniería y demás disciplinas especializadas. Un arquitecto, en solitario, es difícil que tenga éxito en nuestro tiempo. Es más: no me parece lógico que los arquitectos no trabajen conjuntamente. En los fundamentos del Movimiento Moderno –con Walter Gropius, por ejemplo- ya se habla del trabajo en equipo. Los arquitectos estamos perdiendo poder y puestos de trabajo porque no nos estamos vinculando a otros sistemas, como la ingeniería. OTAISA pretendía unir la arquitectura y la ingeniería. Fuimos pioneros.
P.De OTAISA –por el concepto de estudio de arquitectura que supone- también me llama la atención el año en el que se funda: 1934. ¿Existía algo similar en España?
R.No había nada parecido. Por otra parte, OTAISA no se funda en 1934. En ese año lo que sucede es que Felipe y Rodrigo Medina Benjumea, Luis Gómez-Estern y Alfonso Toro Buiza fundaron una oficina –así se llamaba entonces- en Sevilla. En cualquier caso, aquello no fue algo corriente. Por aquel entonces los arquitectos trabajaban en solitario. No fue hasta el encargo de la Universidad Laboral de Sevilla, en torno a los años cincuenta, cuando los cuatro arquitectos del germen de OTAISA se decidieron a crear un organismo más evolucionado y complejo que un estudio de arquitectura. Su primer nombre fue OTA. OTAISA se funda en 1963. Fue una década en la que hubo un momento cultural muy importante en España. Se estaba despertando una nueva conciencia cultural. Los principios del Movimiento Moderno renacieron. Aquellos años sesenta los veo como un paralelismo en relación con los cuatro arquitectos que iniciaron –en 1934- el camino de la futura OTAISA.
P.Me han hablado de la biblioteca del estudio. Excepcional, dicen.
R.Había una biblioteca magnífica. Mi padre se ocupó de esa tarea, también Felipe Medina. Pero hubo una persona decisiva: Víctor Pérez Escolano. Él se ocupó, en los años sesenta, del departamento de información y de biblioteca. Llegamos a coleccionar una biblioteca muy al día. Y muy tradicional, por otra parte.
P.¿Se ha abandonado ese carácter intelectual de la arquitectura? ¿Se ha vuelto una profesión, entiéndame la palabra, más técnica?
R.(Piensa). Creo que no. Hay de todo. Lo que pasa es que se tiende más al espectáculo, a la arquitectura efímera. Más de impacto.
P.¿Qué es la modernidad en la arquitectura?
R.Yo no soy un teórico de la arquitectura. No me dedico a eso. Pero mi impresión es que los principios del Movimiento Moderno siguen vigentes. Se fomenta lo funcional, la austeridad, la limitación de la decoración, el anonimato. Esos principios de la arquitectura, junto con el trabajo en equipo y el servicio a la sociedad, están en vigor. El problema del Movimiento Moderno es que olvidó, a mi juicio, la tradición. Y no se podía implantar la arquitectura olvidando las tradiciones, la formación de ciudad, las identidades. No se podía renovar la arquitectura sin preservar el extraordinario patrimonio arquitectónico vinculado a los siglos, a la memoria. En el Movimiento Moderno olvidó que la arquitectura es algo evolutivo. Se ha hecho mucha arquitectura moderna repetitiva y especulativa.
P.Sospecho que en la arquitectura no sólo intervienen los materiales del proyecto. Hay que tener en cuenta otros factores. Si hablamos de Andalucía, a la hora de proyectar un edificio, pienso en la luz.
R.En OTAISA siempre hemos pensado que eso era importante en la arquitectura. Y muchas veces se ha olvidado.
P.¿En qué afecta esa luz de Andalucía a la arquitectura?
R.A parte de las connotaciones un tanto poéticas –donde soy incapaz de entrar-, es una luz que transmite mucho. En Andalucía hay una arquitectura volcada hacia el interior. Una arquitectura cuya tradición es de herencia oriental. Son los jardines. Las calles estrechas. Y los patios, que son muy importantes para captar la luz.
P.Usted ha dedicado buena parte de su vida profesional a la rehabilitación de edificios –Las Casas de la Judería, entre otros-. Se trata de un trabajo que sirve para recuperar y conservar nuestro patrimonio. Sin embargo, casi siempre es para el disfrute del foráneo. No del autóctono o residente.
R.Las Casas de la Judería [en Sevilla] abarca un sector importante, casas señoriales y populares. Ahí no se ha perdido la identidad o el valor de esa arquitectura tradicional. Será ahora mismo un hotel. Pero hemos preservado un patrimonio durante siglos. Y el uso es una cosa pasajera.
P.OTAISA sigue cumpliendo décadas. ¿Cuáles han sido sus mayores logros?
R.Es difícil la respuesta. Quizá uno de los edificios más importantes en los que yo he intervenido es el edificio de oficinas de la compañía sevillana de electricidad –ahora ENDESA-. También me gustaría mencionar un catálogo crítico-descriptivo de la arquitectura civil sevillana que hizo mi padre, junto con Francisco Collantes de Terán, en el año 1948. Pero no se editó hasta 1976. Ahí hay una recopilación de los edificios más populares de la arquitectura sevillana. Me he apoyado mucho en este libro para trabajos de rehabilitación.
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