Ángel Carromero, ¿la nueva bandera del anticastrismo?

El PP madrileño ve en el político de Nuevas Generaciones del PP, que podría salir en régimen se semilibertad de la cárcel de Segovia, un nuevo bastión en la lucha contra Fidel Castro.

Carromero acusa a los servicios secretos cubanos de la muerte del opositor Oswaldo Payá
Carromero acusa a los servicios secretos cubanos de la muerte del opositor Oswaldo Payá
Sara Barderas/Dpa

05 de enero 2013 - 12:11

El caso de Ángel Carromero amaga con convertirse en bandera del anticastrismo de un ala del Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy. Todo indica que el joven político del PP saldrá pronto en régimen de semilibertad de la prisión de Segovia, en la que ingresó al llegar a España desde Cuba para cumplir el resto de la condena por la muerte de los disidentes Oswaldo Payá y Harold Cepero. Y para cuando lo haga, la ex presidenta de la Comunidad de Madrid y líder de la formación en Madrid, Esperanza Aguirre, ha calentado motores, advirtiendo de que Carromero hará "nuevas revelaciones" sobre el caso. El gobierno de Rajoy, entretanto, guarda silencio. Poco después de que el dirigente de Nuevas Generaciones, las juventudes del PP, llegara el sábado pasado a España, Aguirre acusó a Cuba de haberlo sometido a "tortura" y pidió una investigación internacional sobre la muerte de Payá, detrás de la que la familia del disidente fallecido sitúa al gobierno de Raúl Castro, hablando de un segundo vehículo que habría provocado el accidente en el murieron Payá y Cepero en julio.

Carromero, de 27 años, conducía el automóvil. En octubre fue condenado en Cuba a cuatro años de cárcel por homicidio imprudente por haber conducido a gran velocidad. Ahora espera que las autoridades penitenciarias españolas le concedan el tercer grado, que le permitirá cumplir el resto de la condena, hasta julio de 2016, durmiendo solo en prisión o incluso alejado de ella, vigilado telemáticamente. "Ángel Carromero no es un delincuente según la ley española", sostiene Aguirre. "Otra cosa es que hayamos tenido que aceptar una sentencia para que haya podido venir a España". Con el político en España, el silencio en el PP sobre el caso se ha acabado.

La formación -muy crítica con el régimen cubano, sobre todo cuando estaba en la oposición y el socialista José Luis Rodríguez Zapatero abogaba por un acercamiento con La Habana- se mantuvo callada desde que Carromero fue detenido y hasta que llegó a España. El gobierno de Rajoy así lo impuso mientras la Justicia cubana dirimía el caso y luego Madrid y La Habana negociaban con gran discreción el regreso del joven a España. Aguirre, que desde su poder en la Comunidad de Madrid se ha enfrentado a Rajoy en varias ocasiones, cumplió como todos, aunque dejó claro por qué callaba. "No quiero hablar ni decir nada que pueda ser utilizado en contra de Carromero", dijo.

Ahora, con Carromero ya en España, miembros del PP con Aguirre a la cabeza defienden que el gobierno de Rajoy y ellos mismos tuvieron que comulgar con ruedas de molino para lograr el regreso del joven. "Yo no reconozco justicia ninguna en la isla de Cuba, que es una tiranía", dice Aguirre. El vicesecretario de Organización del PP, Carlos Floriano, se alinea con esa idea. "Ésta es una solución que había que obtener por vía diplomática, no por vía ideológica. Por vía ideológica tendríamos un mártir en una cárcel cubana y por vía diplomática lo tenemos en España", dijo.

El PP ha sido siempre muy activo en sus críticas a Cuba. De hecho fue el gobierno de José María Aznar el que impulsó en la Unión Europea (UE) la llamada "posición común" frente a la isla, que condiciona una mejora en las relaciones con la isla a cambios en materia de democracia y derechos humanos. Durante todo el proceso de Carromero, sin embargo, el partido de Rajoy y el propio Ejecutivo evitaron cualquier tipo de crítica a Cuba.

Hace poco, la UE acordó iniciar trámites para negociar un acuerdo de cooperación con Cuba, un principio de normalización de las relaciones entre el bloque y la isla, según analistas. El Ejecutivo de Rajoy ha avalado esa apertura, pero no ha dado detalles al respecto y aunque la desvinculó de la suerte de Carromero, que aún se encontraba en Cuba, analistas apuntan la coincidencia temporal. Carromero "ha sido la mejor baza de La Habana para apaciguar la tradicional beligerancia del PP hacia el régimen cubano y lograr que la UE inicie las negociaciones para suscribir un acuerdo de cooperación con el régimen castrista", sostenía hace pocos días en un editorial el diario "El País", de izquierdas.

Desde el PP, estos días se ha subrayado que el traslado de Carromero a España se logró sin conceder contraprestaciones a La Habana. Llevar a Carromero a España fue un "éxito diplomático", se consiguió "sin dar nada a cambio, sin ceder en la posición ni de España ni de la UE con respecto al régimen castrista", dijo Floriano. El ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, explicará pronto en el Congreso de los Diputados el traslado de Carromero a España. Habrá que esperar a ver qué dice, pero parece improbable que vaya a avalar públicamente tesis como la que Esperanza Aguirre defiende desde que el dirigente de Nuevas Generaciones llegó a España. Y habrá que esperar también a las palabras de Carromero prometidas por Aguirre cuando salga de la cárcel.

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