Arrimadas, una jefa de la oposición para una "nueva política"
SU emoción, anoche, estaba más que justificada. Inés Arrimadas ha llevado a Ciudadanos (C's) a triplicar los 270.000 votos que logró en los comicios de 2012. Ese respaldo le dio fuerza para exigir a Mas su dimisión y unas nuevas elecciones en la que el independentismo no sea el protagonista.
A la sombra -casi siempre demasiado alargada- de Albert Rivera, esta joven de 34 años nacida en Jerez (Cádiz) y "catalana de elección" recogió anoche los frutos de una campaña en la que, con osadía, ha ocupado la primera fila del constitucionalismo en territorio hostil, elevando la voz para denunciar desde el primer momento que la aventura secesionista de Mas y la fundación de la candidatura de Junts pel Sí ha sido una estrategia del president "para ocultarse y esconder la corrupción y la mala gestión de sus años de gobierno".
Arrimadas, la cara del verdadero éxito en la noche del 27-S, nunca tuvo intención de ser una activista política, no al menos -en clara sintonía con su jefe- con el tono y el estilo con el que esta actividad se ha desarrollado y ejercido en España en los últimos años. Rivera certificó anoche la "muerte de la vieja política".
Con todo, ella, licenciada en Derecho y Administración de Empresas por la Universidad Pablo Olavide de Sevilla, "no era ajena a los partidos", aunque "nunca pude ni quise encajarme en rojos ni azules". Ha preferido hacerlo con los naranjas de Ciudadanos, formación con la que noche abrió una brecha en la muralla secesionista. Junto a Rivera, anoche celebró los 25 escaños que convierten a C's en la primera fuerza de la oposición en el Parlament gracias a los más de 725.000 votos recolectados en las urnas. "Os pido que también nos apoyéis en las generales para demostrar que los catalanes queremos seguir siendo españoles", fue su mensaje.
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