Interior asegura que analizará las listas de Bildu "con lupa"

Rubalcaba se refiere a la formación como una "coalición legal", pero afirma que estará atento para que "no den gato por liebre".

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05 de abril 2011 - 10:20

Madrid/El vicepresidente primero del Gobierno y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se ha referido a la nueva marca de la izquierda abertzale, Bildu, como una "coalición de dos partidos legales" en referencia a EA y Alternatiba, pero ha advertido de que se mirarán sus listas "con lupa" para evitar que se integren en ellas a miembros de la ilegalizada Batasuna.

"Es una coalición de dos partidos legales en principio, pero vamos a mirar las listas con lupa, porque hay una Ley de Partidos que dice lo que dice y que vamos a cumplir. Estaremos atentos para que no nos den gato por liebre, pero son dos partidos legales y como tal hay que mirarlos", ha dicho en una entrevista a la Cadena Ser recogida por Europa Press.

Rubalcaba ha insistido en que lo que tiene que hacer la izquierda abertzale ilegalizada es "completar su ruptura con ETA". "Negar que existen movimientos es negar la evidencia, pero tenemos que estar seguros de que no nos la juegan, que hay voluntad de separarse de la violencia, pero según los tribunales aún no se ha completado", ha explicado el ministro, quien ha defendido que "ese camino se inició en la tregua".

Elude responder si hubo contactos tras la T-4

En ese sentido, ha vuelto a destacar la importancia que, a su juicio, tuvo el proceso de negociación de 2006 para el final de ETA indicando que cuando se escriba el final de la banda, la tregua se recordará como "el principio del fin".

Según su opinión, "la T4 supuso que la credibilidad que suscitaba ETA en los sectores del pueblo vasco que creían que la banda quería negociar se fue por la alcantarilla". "ETA sólo quería imponer su solución, que el Gobierno no aceptó y por eso se rompió la tregua", ha matizado Rubalcaba que, sin embargo, ha eludido contestar si el Ejecutivo realizó nuevos contactos con los terroristas tras aquel atentado mortal. "El presidente Zapatero ya ha hablado de eso y no voy a seguir sobre si hubo contactos", ha zanjado.

"La tregua del 2006 fue buena para el Estado"

Además, ha añadido que fue tras la T-4 cuando "comenzó la separación entre Batasuna y ETA". "Tengo en la cabeza una foto de los responsables de Batasuna entrando en un ascensor el día del atentado y a juzgar por sus caras ahí empezó todo. Esa ruptura aún no se ha producido del todo, según los jueces, pero la tregua fue buena para el Estado, ETA salió debilitada políticamente", ha dicho.

Ha pedido "contención" al PP y, en concreto, sobre la polémica suscitada tras la difusión de las actas de ETA: "cuando Aznar se sienta con ETA, la verdad es lo que dice Aznar, pero cuando es con Zapatero la verdad la dice ETA", ha reprochado. "Yo sé quienes se sentaron (en la tregua del 98) y pido respeto para esa gente y pido al PP que tenga la misma vara de medir y que deje de utilizar el terrorismo", ha zanjado.

También ha sido preguntado acerca del caso chivatazo y ha vuelto a negar "rotundamente" que diese instrucciones para frustrar una operación contra la red de extorsión de ETA en plena tregua con los terroristas. "Eso el señor Rajoy lo sabe porque se lo digo en el Congreso todas las semanas", ha apostillado.

"No me chupo el dedo"

"El PP me ha preguntado 34 veces por esto en el Congreso, entiendo su interés, pero llevo mucho en política para saber que hay algo más, no me chupo el dedo y lo que hay es una buena gestión antiterrorista que tienen que empañar y no lo voy a tolerar", ha denunciado.

Ha criticado además el "uso hipócrita" que el PP le da al pacto antiterrorista, aunque ha manifestado su voluntad de mantener esta alianza con los populares y el resto de partidos: "por mi va a seguir, hago esfuerzos inusitados porque es importante, estamos ante el principio del fin, queda poco y lo tenemos que tratar de acabar juntos y por eso trago y trago".

El ministro se ha referido a la críticas y, en concreto, ha sido preguntado acerca de la acusación de que el Gobierno está más cerca de los asesinados que de las víctimas. "Me viene de todo a la cabeza, primero mi gente, la que ha muerto, pero también el odio que se siembra que es tremendo", ha lamentado al tiempo que ha acusado de ello a "un sector de la comunicación española".

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