Los motivos del adelanto electoral de Pedro Sánchez
El presidente asume la culpa del 28-M y se evita seis meses de desgaste personal
Dirigentes del PSOE entienden el resultado del domingo como una moción de censura contra el presidente del Gobierno
Dos motivos principales han movido a Pedro Sánchez a tomar una decisión tan audaz como temeraria, al adelantar las elecciones generales al 23 de julio. La causa motora es la culpa, asume "en primera persona" los resultados de las municipales y autonómicas, hasta el punto que en su primera intervención de la mañana ha reconocido que "muchos presidentes de gestiones impecables han dejado de serlo". La factoría de Moncloa nacionalizó las elecciones a los ayuntamientos, y la respuesta ante la debacle es ésta. Sin paliativos. A Antonio Muñoz, a Guillermo Fernández Vara, a Ximo Puig o a Gabriel Cruz le ha pasado factura las políticas del Gobierno de Sánchez y, sobre todo, la de sus alianzas con Bildu, ERC y Podemos.
Segundo motivo: Pedro Sánchez "no ha querido someterse a un desgaste de seis meses más", explica un dirigente del partido con buenos contactos en Moncloa. Ya ayer domingo se acusó a Sánchez desde el PP y Vox de enrocarse en el poder, de que se aprovecharía de los viajes en el Falcon, de ser un okupa de la Moncloa. Nada de eso, Sánchez se retratará en las urnas al inicio del semestre español de la Unión Europea. Un miembro de la Ejecutiva federal lo explica bien: "Esto ha sido una moción de censura contra el presidente, y ahora le da la palabra al pueblo español para que decida".
Ante esta "enmienda a la totalidad", Sánchez podía esperar a diciembre y ganar algo de tiempo, pero la dirección socialistas cree que sería peor, una vez que se ha puesto en marcha una nueva estrategia para tratar de deslegitimar al presidente del Gobierno. "Es puerta grande o enfermería", acude una de las fuentes a este símil taurino.
Cuando fue a votar este domingo, a Sánchez le volvieron a gritar eso de "que te vote Txapote", ese grito que surgió en el barrio sevillano de Pino Montano por primera vez en septiembre pasado. Hacía sólo dos días que este etarra había sido trasladado a una cárcel del País Vasco. Para Bildu, sin embargo, su juego con el PSOE ha sido muy positivo, ha sacado toda la rentabilidad en las tres provincias vascas y Navarra, son la segunda fuerza y han logrado la alcaldía de la ciudad menos independentista: Vitoria.
Otro motivo, pero no tan importante como los dos anteriores: es posible salvar al PSOE como partido. El resultado del 28 de mayo ha sido un desastre para los socialistas, pero el cómputo de las municipales arroja un 28,12% de votos. Si en las generales se mantuviera en ese rango, seguiría siendo la segunda formación. Si tuviese mucha suerte, ganaría las elecciones, pero en el PSOE pocos creen en una remontada.
No obstante, Ferraz sostiene que hay unas dos millones de personas que no han votado en las municipales y que sí lo harían ante unas generales donde habría que decidir, de modo claro, entre derecha e izquierda. Esto también es una suposición que no siempre se cumple, lo de la movilización del electorado de izquierda tiene a veces la consideración de leyenda urbana.
Hay que tener en cuenta que el PP obtuvo este domingo 750.000 votos más que el PSOE en las municipales, y que los socialistas sólo van a gobernar en Castilla-La Mancha y Asturias. Han perdido todas las grandes ciudades, incluidas Sevilla y Valencia, y regiones tan señeras como Extremadura, Baleares y la Comunidad Valenciana.
El PSOE entraría hoy mismo en crisis global, de no ser por este adelanto electoral. Todas las federaciones deberían de asumir cambios en sus direcciones, pero la convocatoria de las generales los aplaza. Qué sentido tiene buscar nuevos liderazgos en Andalucía o Valencia si hay elecciones en julio. Si el día 23, el PSOE perdiese el Gobierno, posiblemente se convocaría un congreso federal, del que colgaría el resto de congresos regionales.
Otras fuentes apuntan a que otro motivo es que Sánchez presiona, de este modo, a sus socios de izquierdas para que vayan juntos bajo las siglas de Sumar. La dispersión de partidos a la izquierda del PSOE ha sido un fracaso, pero también lo es el propio Podemos, que como formación se queda fuera de algunos parlamentos autonómicos. Este adelanto electoral supone, de facto, la ruptura de la coalición gubernamental, que si bien fue la que le aupó en la moción de censura de Mariano Rajoy, se ha revelado como muy negativa para los socialistas.
La premura del adelanto electoral, para el 23 de julio, permitirá al PP no tener que cerrar acuerdos con Vox en los ayuntamientos y en las comunidades, podrán esperar a después de esa fecha para concluirlos, en función del resultado de las generales.
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