La Policía estrena un código ético que pide a los agentes empatía y autocontrol
El texto, que será de cumplimiento voluntario, les pide que solo recurran a la fuerza en caso de necesidad y en la medida en que se requiera para conseguir un objetivo legítimo.
Madrid/La Policía estrenará próximamente un código ético en el que pide que los agentes traten a los ciudadanos en sus actuaciones con "empatía, imparcialidad, autocontrol y elegancia", al tiempo que les insta a identificarse siempre y a emplear un lenguaje "correcto, comprensible y respetuoso". El código ético será de cumplimiento "voluntario, libre y responsable" y no sustituye al régimen disciplinario de la Policía Nacional, por lo que su incumplimiento no supondrá sanciones.
Un documento impulsado por el director de la Policía, Ignacio Cosidó, que consta de 23 páginas, se estructura en cuatro capítulos con 26 artículos y tiene, entre otros objetivos, mejorar la relación ciudadano y policía y fomentar el reconocimiento, la autoestima y la asunción de responsabilidades de los agentes. Según se desprende del código, el policía siempre debe ser "accesible y fácilmente reconocible" excepto cuando su actuación lo requiera, debe ser "imparcial" y actuar con "independencia" del poder político y del sistema de justicia penal.
"La policía es fiel a los principios y valores de nuestra sociedad, actúa de forma imparcial, toma decisiones racionales, posee actitudes de liderazgo, es capaz de comunicar y solucionar con sentido común todo tipo de situaciones ajustándose al marco legal", dice el artículo 21 dedicado a los valores profesionales de la Policía. En este mismo apartado, el código establece que los agentes "deben cuidar la imagen que representan, el uniforme, su limpieza y orden", y advierte de que su comportamiento, "tanto si está de servicio como si no, no debe dar lugar a una imagen que desacredite al cuerpo". Rechazar todo acto de corrupción y actuar para evitarlos, así como denunciar todos aquellos de los que tuvieran conocimiento, es otra de las máximas incluidas en este manual.
De forma más concreta, el capítulo 4 fija los principios generales que deberán guiar la conducta de los agentes. Así, en sus actuaciones, dice el código, "tratarán con corrección a los ciudadanos" y deberán mostrar "mayor sensibilidad" con las necesidades de los colectivos más vulnerables como menores, mayores, mujeres o los que presenten algún tipo de minusvalía o desarraigo. "En sus contactos con los medios de comunicación los policías deberán remitirse a los gabinetes de prensa especializados. En circunstancias en las que haya que divulgar o explicar determinada información, solo podrán hacerlo las personas autorizadas y siguiendo las autoridades y siguiendo las instrucciones de las autoridades policiales", sostiene el texto.
También insta a los agentes a no infligir ni tolerar ningún acto de tortura, trato o pena inhumana o degradante y a evitar cualquier práctica abusiva o discriminatoria. Y les pide además que solo recurran a la fuerza en caso de "absoluta necesidad y únicamente en la medida en que se requiera para conseguir un objetivo legítimo". De tener que emplear esta medida coactiva, tendrá que hacerse de manera progresiva, es decir utilizando primero los métodos menos lesivos, resalta el código, en el que deja claro que el uso de las armas de fuego es "el último recurso". Concluye el código con un decálogo que resume los principios que deben guiar la actuación policial, basada fundamentalmente en la protección y el respeto al libre ejercicio de los derechos y libertades de todos los ciudadanos, así como la dignidad e integridad de las personas.
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