Verdades y mentiras

Crónica personal

Pilar Cernuda

15 de octubre 2017 - 23:47

Arden las redes sociales ofreciendo información sobre lo que va a ocurrir. No se salvan del bombardeo mendaz ni siquiera los que no pertenecen a ninguna red porque son asaltados con mensajes de texto para provocar intranquilidad generalizada, miedo y odio. Hay muchos intereses creados en esta ola desatada y mucho dinero que la financia.

No es España el único país que da más credibilidad a las noticias de redes que a los medios con profesionales que saben dónde indagar. El espectáculo de mentiras de estos días es demencial, y duele. Porque es inducido, no seamos necios pensando que nos llegan mensajes emitidos, en su inicio, por personas de buena fe.

Nadie sabe con certeza qué puede ocurrir. Ni siquiera Puigdemont sabía el domingo si iba a proclamar la independencia hoy a las 09:00. La única verdad es la duda en el ala secesionista y que en el ala constitucional se han analizado todas las posibles medidas con el estudio exhaustivo de la respuesta legal que se le puede dar. Legal.

Otro asunto que indigna es la acumulación de comentarios sobre las razones por las que no se mete en la cárcel de una vez a Puigdemont y Trapero. ¿Preguntan eso quienes dicen defender la legalidad? ¿Dónde está el respeto a la independencia de los jueces?

Si Puigdemont se empecina en la independencia, llegará al Senado el decreto para la aprobación del 155, que todo puede ocurrir incluido el nombramiento de un nuevo Gobierno para Cataluña. Como es también seguro que ese nuevo Govern convocaría elecciones, pero previamente tendrá que haber apaciguado las cosas en el plano político y social.

Porque esa es otra certeza: los independentistas llevarán a las calles una violencia nunca vista hasta ahora. Y, otra certeza más. Puigdemont sigue el modelo por el que Kosovo consiguió que varios países lo consideran independiente: acogiéndose a que era un país de violencia extrema.

stats