Debate en tablas a cara de perro
Pedro Sánchez sale a doblegar a Feijóo, pero el cara a cara resulta bastante igualado
El encuentro ha sido el más ágil y el más tenso de los vividos hasta ahora entre dos candidatos a la presidencia del Gobierno
El debate cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo en Atresmedia, el único de esta campaña electoral, no ha dejado ningún muerto, ningún cadáver mediático sobre el plató, ha sido una larga discusión entre candidatos que en muchas ocasiones se ha entrecortado a base de rifirrafes y trompicones. Tensión entre ambos, a puntapiés, Sánchez más faltón, le falta lo que ve excesivo en Feijóo: sentido del humor.
Algo se ha avanzado respecto a esos otros cara a cara de la historia reciente donde rara vez se rompía el esquema de un doble monólogo. Ha sido un resultado de tablas, un debate igualado lo que en sí supone un éxito relativo para Alberto Núñez Feijóo. Si el PSOE confiaba en que el programa fuese un giro de timón a la campaña, éste no se ha producido.
Duro, sí, quizás el más tenso de la historia, pero sin un vencedor claro. A gusto del espectador. ¿Qué buscaban los partidos en un debate de estas características? El PP, sobre todo, no provocar miedo, no asustar al votante de centro por un posible pacto con Vox, dejar pasar la ola. El PSOE casi lo contrario, arrinconar a Feijóo en la esquina de la extrema derecha, dejarlo sobre la lona como un incapaz, y eso ha llevado a Pedro Sánchez a intentar acabar con él en una dura ofensiva que, en varias ocasiones, fue reprendida por los moderadores. "Señor Sánchez, le he llamado la atención en tres ocasiones", le advirtió Vicente Vallés, uno de los moderadores. Al presidente del Gobierno le faltó cintura, sentido del humor, cierta elegancia.
A cada acusación de Sánchez a Feijóo sobre el machismo de Vox, el candidato popular ha respondido con las consecuencias de la ley del sólo sí es sí. A cada acusación sobre sus pactos con el partido de Abascal, ha contestado con la alianza parlamentaria del Gobierno con ERC y Bildu. Pedro Sánchez llegó a pedirle que condenase el lema "que te vote Txapote", pero Feijóo tenía su propia respuesta, aunque ninguna de ellas ha supuesto una corrección pública del candidato del PP a Vox. Ninguna, se ha cuidado mucho de no dañar la mandíbula de cristal de Santiago Abascal. Eso sí, al final, en el llamado minuto de oro, aseguró que "los extremos no saben gobernar".
La "cantinela de Vox", según Feijóo, es asustar de un pacto entre populares y voxeros para que, al final, ocurra como en Andalucía, Galicia y Madrid, donde la victoria del PP fue suficiente para no necesitar de esa compañía. El candidato popular lo ha dejado claro en esta campaña, y también en el debate: pactará con Vox sólo si lo necesita, si son necesarios sus votos afirmativos.
Ana Pastor, la otra moderadora, se la ha colocado a Pedro Sánchez como cuentan que se las dejaban a Fernando VII. Hizo mención a la mujer asesinada en Valencia, y le preguntó a Feijóo que tenía que decirle a las mujeres que temen que pacte con Vox, un partido que niega la violencia machista. Feijóo contraatacó a Sánchez y a la propia Pastor al asegurar que "esos machistas que asesinan a las mujeres están en la calle por usted", en referencia a las consecuencias de la ley del sólo sí es sí.
Pedro Sánchez abundó a lo largo de todo el debate en los acuerdos del PP con Vox, pero la respuesta de Feijóo siempre fue la del ataque, recordarle su alianza parlamentaria con ERC y Bildu. "Si yo le he visto en el Senado ser cariñosos con ello", le dijo el candidato popular al presidente del Gobierno. Recordó que ahora se cumplen 26 años del aniversario del asesinato del concejal popular Miguel Ángel Blanco para asegurar que "yo jamás gobernaré ni pactaré con el brazo político de quienes organizaron y ejecutaron eso".
El contrabandista y el chantaje
El presidente del Gobierno casi rozó las polémicas vacaciones de Feijóo con el contrabandista y, posteriormente, narcotraficante Marcial Dorado, al solicitarle que hiciese público "todos sus viajes", así como los ingresos y sobresueldos. Fueron alusiones personales de mayor profundidad que se intercambiaron uno y otro. Feijóo también dejó caer que el cambio de posición de Sánchez sobre el Sahara estaba relacionado con un presunto espionaje de Marruecos a su teléfono móvil. "Usted no es un presidente libre, no sabemos lo que llevaba en el móvil", acusó el popular al socialista, que repitió en varias ocasiones: "Soy un político limpio".
Un debate cara a cara es la escenificación del bipartidismo, lo que no es un asunto menor en el panorama político español donde algo más de 11 partidos pueden obtener representación el 23 de julio. Se trata de una concesión mediática al PSOE y al PP, cuyos principales competidores, Sumar y Vox, se quedan fuera de la escena audiovisual, eso ya es una pequeña victoria de Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. En las anteriores elecciones generales, no hubo cara a cara, Ciudadanos, Vox y Unidas Podemos compartieron platós con los dos grandes, todos los sondeos apuntan a un regreso moderado al bipartidismo, y lo de Atresmedia lo oficializa.
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