El retorno de la embajadora marroquí a España cierra casi un año de crisis
Conflicto España- Marruecos
España y Marruecos han protagonizado a lo largo de los años varios desencuentros casi todos relacionados con la soberanía del Sáhara Occidental
Argelia responde al giro español sobre el Sáhara y llama a su embajador
La embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich, regresó este domingo a Madrid tras casi un año de ausencia, desde que Rabat la llamara en mayo de 2021 a consultas tras conocerse que España había permitido que el líder del Frente Polisario, Brahim Gali, se tratara en un hospital de este país, aquejado de Covid-19.
El regreso de la embajadora de Marruecos se produce dos días después de que España anunciara que apoya la propuesta marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental, antigua colonia española, por considerarla como la base "más realista" para la resolución el conflicto.
Con ello, España realiza un giro total en su posición respecto al futuro de ese territorio, antigua colonia española, ya que hasta ahora defendía los acuerdos de la ONU para celebrar un referéndum en el Sahara que determine su futuro político.
España y Marruecos han protagonizado a lo largo de los años varios desencuentros casi todos relacionados con la soberanía del Sáhara Occidental, la inmigración irregular o las recurrentes reivindicaciones soberanistas de Marruecos sobre las ciudades españolas de Ceuta y Melilla, fronterizas con ese país.
Caso Ghali y la inmigración
El origen de última crisis se remonta al 22 de abril de 2021, cuando se desveló que Ghali estaba en España y que había entrado bajo identidad falsa, lo que fue justificado por el Ejecutivo español por motivos humanitarios y a su vez enojó a Marruecos, que lo calificó de deplorable y llamó al embajador de España en Rabat para que diera explicaciones.
En este clima, el 17 de mayo de 2021 Ceuta sufrió la peor crisis migratoria en años con la llegada de unos 10.000 inmigrantes procedentes de Marruecos en apenas 48 horas, incluidos unos 800 menores, ante la pasividad de las autoridades de ese país.
Ello provocó que España movilizara al Ejército al tiempo que advirtió a Marruecos de que defenderá la integridad territorial de sus fronteras "con todos los medios".
Esta entrada masiva de inmigrantes agravó la crisis diplomática entre ambos países, y un día después, el 18 de mayo, Marruecos llamó a consultas a su embajadora.
A pesar de ello ambos países trabajaron conjuntamente en los días siguientes para organizar el retorno de los inmigrantes a Marruecos.
En este clima, semanas después, el 10 de julio de 2021, la ministra de Asuntos Exteriores de España, Arancha González Laya, en una remodelación del Gobierno presidido por el socialista Pedro Sánchez, fue sustituida en el cargo por José Manuel Albares.
Cambio de posición sobre el Sáhara
Después de meses de trabajo conjunto entre Madrid y Rabat, el pasado viernes se conoció que Sánchez, en una carta enviada al rey de Marruecos, Mohamed VI, expresaba el apoyo del Gobierno español a la propuesta marroquí de autonomía presentada en 2007 para el Sahara Occidental.
La noticia la dio a conocer el gabinete real marroquí y después fue confirmada por el Gobierno español, y el propio Albares la calificó como "la base más seria, creíble y realista para la resolución de esta disputa" sobre la soberanía de la excolonia española.
Este giro total en la postura de España ha disparado la tensión con Argel, rival de Rabat en el norte de África y principal valedor del independentismo saharaui, que ayer anunció que llamaba a consultas a su embajador en Madrid.
Tras conocerse la nueva posición española sobre el Sáhara, el Ministerio de Exteriores de Argelia se mostró sorprendido por ese "repentino cambio" y decidió llamar a consultas a su embajador en Madrid.
El Gobierno español aclaró posteriormente que había informado previamente a Argelia sobre su nueva posición respecto al Sáhara, y subrayó que Argelia es "un socio muy fiable" y "estratégico" para España, en una relación "que está llamada a perdurar en el tiempo".
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