Detenido un conductor en estado ebrio por el accidente que acabó con una motorista muerta en Estepona
El presunto responsable intentó huir tras la colisión y fue retenido por unos vecinos hasta que lo arrestó un policía nacional fuera de servicio
La Guardia Civil de Tráfico le atribuye un supuesto delito de conducción bajo los síntomas del alcohol
Muere una motorista de 34 años en una colisión con una furgoneta en Estepona, es el quinto en tres semanas
Nueva víctima en las carreteras de Málaga: muere un motorista de 22 años que cayó por un terraplén en Parauta
Provocó, presuntamente, un accidente de tráfico en el que una motorista de 34 años perdió la vida. Intentó huir del lugar y, después, se negó a someterse a la prueba de alcohol y también al test de drogas. Pero los síntomas de haber bebido antes de ponerse al volante eran, según fuentes próximas a la investigación, más que evidentes. Esa fue la secuencia de una noche que acabó en tragedia. Ocurrió pasadas las 21:00 de este jueves en la A-7, sentido Algeciras. Un conductor había estrellado la furgoneta en la que viajaba contra una motocicleta. La víctima, de 34 años, murió prácticamente en el acto.
Ni detuvo la marcha, ni socorrió a la mujer. El presunto responsable del accidente, con notorios signos de embriaguez, trató de darse a la fuga. Un grupo de personas consiguieron retenerle hasta que llegó un agente de la Policía Nacional que se encontraba fuera de servicio. El presunto autor rehusó que la Guardia Civil le practicara el preceptivo test de alcoholemia.
La investigación permitió determinar que el siniestro había estado causado por la influencia de bebidas alcohólicas. "Se ausentó del lugar del accidente y luego se le detuvo al comprobar su implicación", han confirmado fuentes del Instituto Armado.
Varias personas llamaron al centro coordinador para indicar que había una persona herida tras chocar la moto que conducía con una furgoneta. Ocurrió en el kilómetro 1074 de la A-7, sentido Algeciras. Al lugar de los hechos, activados por el 112, acudieron efectivos del Centro de Emergencias Sanitarias (CES) 061, Guardia Civil de Tráfico y de la Policía Local. Los servicios sanitarios confirmaron al centro de emergencias que la mujer que había resultado herida falleció en el lugar del accidente.
Cinco motoristas fallecidos en las últimas tres semanas
Con este último siniestro, se eleva a cinco la cifra de motoristas que han fallecido en las carreteras malagueñas. El anterior ocurrió el fin de semana. La víctima era un motorista de 22 años que cayó por un terraplén cuando circulaba por la carretera A-397 en el término municipal de Parauta. Era, hasta entonces, la cuarta persona que perdía la vida en un accidente de moto.
El 112 atendió a las 13.30 horas un aviso de socorro por un motorista que se había salido de la vía. Según los testigos, el conductor se golpeó contra el guardarraíl y cayó por un terraplén resultando gravemente herido.
El Centro de Emergencias Sanitarias 061 desplazó hasta allí un helicóptero sanitario y a la Guardia Civil de Tráfico. Una vez en el lugar, los operativos no pudieron más que certificar el fallecimiento de un varón de 22 años.
Era la segunda víctima mortal en las últimas 24 horas. La anterior había sido un motorista que falleció después de sufrir un accidente cuando circulaba por la carretera A-366 en el término municipal de Ronda. Se trataba, hasta entonces, del tercer siniestro mortal ocurrido en las dos últimas semanas.
El 112 recibió varias llamadas de testigos que alertaban de la caída de un motorista entre los kilómetros 12 y 13 de la A-366, carretera que comunica Ronda con El Burgo. Según los testigos, la víctima había caído por un desnivel a un arroyo seco y había quedado inconsciente.
¿Qué pasa si el conductor se niega a hacer las pruebas?
Según establece la Dirección General de Tráfico (DGT), cualquier vehículo es susceptible de ser elegido para pasar un control de alcoholemia, tanto en vías urbanas como interurbanas. En esos casos se detendrá en una zona segura y los agentes le darán al conductor una serie de indicaciones.
Se trata de una prueba de carácter obligatorio. De negarse a realizarla se incurriría en un delito de desobediencia y el vehículo quedaría inmovilizado. Y además el conductor sería sancionado. Así, podría enfrentarse a penas de prisión.
Es un delito tipificado en el Código Penal, concretamente en el artículo 383, que establece penas que van desde los 6 meses de cárcel al año y "privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y cuatro años".
La normativa también recoge que negarse a someterse a otro tipo de test para detectar drogas es delito. Al igual que también es delito negarse a realizar una segunda prueba durante el control de la presencia de alcohol, la que normalmente se usa como comprobación de las tasas de alcoholemia.
La DGT comenzó a realizar controles de este tipo en el año 1981, mientras que los controles de drogas comenzaron a realizarse en las carreteras españolas a partir de 2010.
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