Estepona dedica un espacio al escritor Diego de Torres y Villarroel
El Ayuntamiento instala una placa conmemorativa en la Iglesia de Los Remedios
El autor fue sacristán durante varios años en el municipio
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La ciudad de Estepona ha dedicado un espacio al escritor del siglo XVIII Diego de Torres y Villarroel, que fue sacristán en el municipio y destacó por sus críticas satíricas, con la colocación de una placa conmemorativa en la fachada de la céntrica Iglesia de Los Remedios, según ha informado este jueves el Ayuntamiento.
Así, desde el Consistorio han destacado que con la instalación de esta placa Estepona quiere recordar el paso de esta figura literaria por la ciudad, en la que fue sacristán durante varios años, dejando además escrita una autobiografía en la que detalla su vida como poeta, matemático o soldado, entre otros.
Este episodio de su vida en la ciudad fue recogido en su autobiografía ‘Vida de Torres Villarroel’. En ese mismo texto, muy novelado según los críticos, describe su niñez y juventud marcada por una vida de aventura en la que fue sucesivamente ermitaño, bailarín, alquimista, matemático, soldado, torero, estudiante de medicina, astrólogo y adivino.
Nacido en Salamanca en 1.694, Diego de Torres y Villarroel se convirtió en un personaje muy peculiar en su tiempo, ya que tras la publicación de su biografía se le atribuyeron poderes mágicos. Tras uno de sus primeros exilios a Portugal, emprendió un programa de lectura de libros de filosofía natural, magia y matemáticas, han recordado desde el Ayuntamiento.
Para ganarse la vida, montó un negocio editorial como escritor de almanaques y pronósticos anuales bajo el seudónimo de ‘El gran piscator de Salamanca’. Parte de la leyenda de Torres tiene que ver con sus profecías. En el Almanque de 1724 pronosticó la muerte del joven Rey Luis I, también vaticinó el Motín de Esquilache e incluso la Revolución Francesa.
Desde 1.734 iniciÓ una vida más tranquila, en la que se dedicó a su trabajo en la Universidad de Salamanca, a la escritura de libros y sonetos y a sus estancias en la Corte de Madrid. Tuvo un gran éxito de crítica al publicar ‘Los desahuciados del mundo y de la gloria (1736-1737), que fue reseñado elogiosamente en el Diario de Los Literatos’. En 1752 se publicó la primera edición completa impresa de su autobiografía, algo insólito entonces y que informa de su gran popularidad.
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