Cuenta atrás para la Feria de Málaga 2023: "Hay muchas ganas de fiesta"

Málaga/El Real de la Feria de Málaga se prepara para su gran semana. Entre sus calles se escuchan sonidos de preparativos: las escobas barren las hojas que se han ido acumulando durante los últimos 365 días, los andamios se recolocan para empezar a pintar otro testero y especialmente, se escuchan las ganas de los que se encargan de que todo esté listo para el día 12. El alumbrado decora ya casi todas las calles y a la portada del Palacio de la Aduana le faltan apenas unos pocos días para estar completa. Los peñistas y trabajadores repiten que son “detalles” los que faltan. A menos de 12 días para el inicio de la Feria de Málaga 2023, en el Real se respira un ambiente tranquilo.

“El año pasado, después de dos años de no celebrarse la feria, nos encontramos en muy malas condiciones la fachada, había mucho matorral incluso por dentro. Pero éste, como ha sido de un año para otro, lo que tenemos son las paredes y la fachada con mejor conservación”, explica Miguel Galisteo, encargado de El Rincón Cubano.

“No es lo mismo de año en año que dos años sin haber podido hacer nada. De todas maneras, este año lo hemos montado bien, todo va según lo previsto, no ha habido ningún extraño”, comenta Roberto Quintero, trabajador de la caseta Gran Café del Mar.

Pero la tranquilidad que hay en el Cortijo de Torres se debe a la cantidad de horas que llevan trabajadas durante el último mes. Aunque todavía hay casetas cerradas, la gran parte de ellas abrió sus puertas hace tres semanas para comenzar a limpiar y preparar todo lo necesario.

Pero hay otras que requieren más tiempo y trabajo, como son las municipales. José Carlos Toscano el Ratón lleva 42 años “haciendo feria”. En junio comenzó, junto a sus compañeros, con las labores en el Real, preparando tanto las casetas, como el exterior municipal “que a veces no se ve”, indica José Carlos. Esto es la zona del parking, los transformadores de luces o los módulos de los sanitarios, entre otros.

Pintor y limpiador, está al cargo de las cinco casetas municipales. No solo eso, sino que durante la Feria se asegura de que los servicios operativos estén cubiertos: desde las instalaciones hasta la seguridad del recinto.

Como él, hay otro veterano que lleva 38 años trabajando en la Feria: Paco Carbonell, que todavía recuerda la época en la que se celebraba en Teatinos. Elogia los veinticinco años de Cortijo de Torres y afirma que es “un enamorado de la Feria”. Sus ojos lo demuestran al observar su calle, donde se sitúa Centro Cultural Patio Andaluz. “La feria está viva”, comenta con una sonrisa.

Sin embargo, hay algunas novedades este año que han desestabilizado los planes de los caseteros, entre ellas, la necesidad de una puerta extra de emergencia. Manuel Muñoz, de la Peña Los 30 Amigos, ha sido uno de los que ha tenido que abrir una puerta más en el lado, perdiendo uno de los rótulos que tenían pintados, pero afirma que han tenido suerte, porque su caseta hace esquina, mientras que otros han tenido que abrir ventanas y reconvertirlas en puertas.

Éste ha sido el caso de Centro Cultural Patio Andaluz, donde Paco explica que ha tenido que “recortar las ventanas para soldar y colocar las nuevas puertas”. Aun así, empezaron con tiempo suficiente para solucionar estas cuestiones. De esta forma, durante los próximos días terminarán la parte decorativa de la caseta y “la semana que viene pondremos los equipos de música y las neveras”.

Aunque estas casetas van adelantadas y ya se encuentran ultimando con un agosto iniciado, todavía las hay que no han abierto sus puertas. Paco confirma que esto “es normal”, puesto que “hay casetas que las llevan feriantes que vienen dos días antes de cualquier parte de España”.

Frente a esta nueva Feria que no supone la vuelta tan complicada que se vivió en 2022, sus caseteros la miran con optimismo. “La Feria del año pasado se cogió con muchas ganas, las perspectivas de esta es que venga más gente”, declara.

A pocos días de su apertura, el Real de la Feria de Málaga se prepara poco a poco con ganas y dedicación. El resto de la ciudad también comienza a vestirse de colores y lunares, y los malagueños terminan también los preparativos de sus trajes y vestidos.