Muchacha, ¿cómo llevas el pelo suelto?
Feria de Málaga | Crónica del martes
Un martes de Feria en el que, sorprendentemente, se pudo pasear por calle Larios sin llegar a tirarle a nadie el vaso de bebida y con un calor que no da tregua: Málaga sigue en pie
Málaga/Ya tenemos el outfit oficial (perdón por el extranjerismo de vestimenta) de la Feria de Málaga 2019. ¿Quién no ha visto pasear por el centro en estos seis días de Feria a algún grupo de amigos con esas modernas y horteras camisas tropicales que ahora lleva tanta gente? Las hay de todos los colores y estampados: frutas, flores, palmeras... Todos con la misma, para que nadie se pierda durante el safari.
Ayer por la tarde, a eso de las 15:00, pasando bajo la portada de las biznagas de calle Larios se ve a unos tipos vestidos de azul. Uno de ellos porta un mechero que precisamente no es para encender cigarrillos, cualquiera le pide uno. Están trabajando, velando por que la jornada transcurra con normalidad. Cachean a unos chavales y siguen su camino. Sorprendentemente, se puede pasear por calle Larios sin derramar ningún vaso, sin chocar con nadie llevando prisa. Ni con un enorme oso panda de más de dos metros que tiene que estar asfixiado de calor. Se han colado también Súper Mario, Mickey Mouse y hasta Jack Sparrow.
A media calle Larios, en el escenario que hay delante de la escultura Points of view, guitarras, violines, castañuelas y crótalos hacen sonar la música tradicional de esta tierra: el folclore de los verdiales. Las dos pandas de estilo Almogía: San Lorenzo Mártir y Azahar de Algaidas amenizan un martes de Feria acalorado. “Chiquilla, recógete el pelo porque vaya caló”, se escucha. De los currantes no descansa nadie, ni el chaval que vende Cartojal. ¿Cómo debe tener ese muchacho el brazo de tanto sostener la botellita? No lo he visto ni una sola vez sin el brazo en alto. Cuando llega uno a la plaza de la Constitución es difícil salir de allí.
Te engancha alguien detrás: “oye, tío, échanos una foto” o “venga hombre, tómate algo con nosotros”. Entre eso y que los zapatos se quedan literalmente pegados al suelo bañado en cerveza y vino moscatel no te puedes mover de allí. Si se logra un buen sitio, con sombrita y cerca de algún grifo de cerveza no se está tan mal escuchando al grupo Jarana. Perdón que me meta en esto, pero qué bien queda un saxo soprano y una trompeta en un grupo clásico de flamenco, lo hacen más fresco, más alegre, más feriante. En calle Granada siguen las charangas ofreciendo su mejor repertorio, algo repetitivo, eso sí, pero con una alegría y un frescor musical genial. Qué gusto tienen estos chicos tocando, sí señor.
Me acerco a la plaza del Obispo para ver a Mr. Proper y me llevo la decepción de que no han empezado todavía. Un escenario improvisado sobre la fuente, una copita en los bares de en frente y buena compañía para disfrutar de una amplia limpieza por los temas musicales del pop rock español de los 80. En Las Flores lo vuelve a petar la Free Soul Band. Voy por calle Nueva para volver a la redacción a escribir esta crónica y es inevitable no acercarse a verlos. El solo de saxo de una espléndida versión de What a wonderful world invita a escuchar aunque sea un ratillo, por mucha prisa que se tenga.
Mientras tanto, en el Real, también se vive la Feria de día. Hay trajes de flamenca de todos los tipos y colores, pero llama la atención el de dos mujeres que llevan un curioso y elegante traje verde que homenajea a la Guardia Civil, que, como ya se sabe, este año es la institución abanderada de la Feria.Un día más de fiesta, o uno menos, según se mire. Aún quedan cuatro días de Feria y Málaga sigue en pie. Seguiremos informando.
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