Los indispensables de la Feria de Málaga: los trabajadores de Limasam limpian durante horas los restos de la fiesta
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Tras finalizar la Feria del Centro a las 18:00, los ocho barrenderos que durante las próximas horas limpiarán las calles del casco histórico llegan puntuales a la calle Martínez Maldonado y rápidamente se extienden por los alrededores para quitar los restos de una fiesta intensa.
A las 19:00 comienzan con lo más duro, la limpieza en dos vueltas del recorrido oficial del Centro y proximidades. No obstante, media hora antes el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y la concejala delegada de Servicios Operativos, Playas y Fiestas, Teresa Porras, han acudido a la portada de calle Larios para saludar y agradecer a los trabajadores de Limasam que efectúan durante cada día de Feria esta labor profunda.
El estado del centro tras la Feria del centro no es especialmente el mejor ni el que debería definir a los malagueños. Con una sonrisa lamentan la poca concienciación que tienen los asistentes de esta fiesta, aunque sí que reconocen que en estos últimos años ha habido un pequeño cambio en esta mentalidad.
"En los botellones siempre se deja mucha basura. Los mayores siempre son muy limpios, lo que pasa es que la juventud a veces va a lo suyo, pero con todo y con eso luego sueltan las bolsas y las echan en los cubos. Hay de todo", reconoce Paqui Ortega.
A las 19:00 la comitiva de barrenderos avanza tras la Policía, que abre paso también a las máquinas de limpieza que los siguen en la retaguardia. "Solemos acabar a las 23:00, según la basura, porque también hacemos más calles aparte del recorrido oficial", cuenta Victoria Fernández, también barrendera de Limasam.
"Terminamos molidas", admiten Paqui y Victoria. Las cuatro horas que, sin parar, avanzan por las calles del casco histórico limpiando con la escoba, las dejan rendidas. Al final, no llegan con fuerzas para disfrutar de la Feria.
A Antonio Jesús García y Salvador Rojas les ocurre lo mismo. Ellos les toca conducir las máquinas, pero el trabajo es igualmente intenso. "Cuando terminamos de aquí a las doce y pico ya es para volvernos a casa, y por la mañana a descansar", reconocen ambos compañeros.
Francisco Cabello lleva 22 años trabajando en Limasam, y el estado de la Feria no es algo que le espante a estas alturas. Sabe el duro trabajo que les espera en las próximas horas, "lo que pasa es que cuando acabamos está todo igual", lamenta.
"Málaga es muy sucia", responde Antonio Jesús a la pregunta sobre el estado de las calles al acabar la fiesta. "Ahora parece que hay menos suciedad", añade Salvador, que cree que ha habido un ligero cambio en la mentalidad ciudadana. "Lógicamente cuando viene más gente, hay más basura, pero depende del día", puntualiza su compañero Antonio Jesús.
Esta labor tan dura que conlleva tantas horas requiere el máximo respeto. Gracias a ellos, las calles de Málaga pueden amanecer cada día con su esplendor de siempre y permiten también que haya un nuevo día de Feria. Ya que ellos no lo pueden disfrutar, el aplauso debe ser inmenso.
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