El 'botellódromo' del Real acusa la falta de espacio

A pesar de la ampliación, el recinto se sigue quedando pequeño

Conchi García / Málaga

16 de agosto 2011 - 01:00

Botellas y más botellas, mezcladas con vasos y una capa de plástico. Esa es la imagen que invadió, durante los tres días de Feria consumidos hasta ahora, el suelo del botellódromo, y buena parte de las calles aledañas a este espacio. A pesar de que el recinto habilitado por el Ayuntamiento casi duplicaba la superficie respecto al de la edición anterior, los 7.000 metros cuadrados con los que cuenta, no fueron suficientes para agrupar a la multitud reunida en él, que lo desbordó.

La del pasado sábado fue la primera noche de Feria en el Real, y algunos jóvenes comenzaron a llegar sobre las 23:00. Cargados con bolsas repletas de hielo, recipientes de plástico, botellas de refrescos, cerveza y alcohol, tomaron los aparcamientos del Palacio de Ferias para comenzar su fiesta. En teoría, éste es el único lugar en el que está permitido beber, fuera de allí los que lo hagan pueden recibir sanciones que pueden llegar hasta los 750 euros, según la ordenanza de la Feria de Málaga, que se estrena este año.

Al principio, la Policía Local trató que nadie se saliese del botellódromo, que estaba rodeado de vallas de seguridad; sin embargo, conforme la noche avanzaba y los asistentes empezaban a contarse por miles, los jóvenes avanzaban y el botellón se extendía por los alrededores. "Estamos siendo flexibles", declaró uno de los agentes que vigilaba la zona, ya que tal y como confesó era "complicado contener tanto volumen de personas". Eso sí, aseguró que sólo iban a permitir que ocupasen la zona que está inmediatamente al lado del recinto acotado.

Además, tampoco era difícil ver a pequeños grupos haciendo botellón esparcidos por otros puntos del Real. Pese a esta situación, alguno de los jóvenes declaraba que "esperaba más gente". Así, Tomás, señaló que "otras veces hemos sido más". Otros, como Cristóbal y Carlos decían notar que había más espacio que el año anterior.

La Policía Local controlaba en todo momento al gentío, para evitar que se produjese algún tipo de enfrentamiento. En cualquier caso, según los agentes, "la noche estaba tranquila", hasta el punto de que se habían registrado "más problemas en las casetas que en el botellón".

La otra cara del botellón, se hacía oír en forma de sirenas de ambulancias. Sólo hasta las 4:00 de la madrugada del primer sábado, la Cruz Roja había atendido a 20 feriantes, la mayoría de ellos por intoxicaciones etílicas y desvanecimientos, aunque también por cortes y peleas. Esto se sumó a las 40 asistencias que realizaron por la mañana. Pese a este balance, los sanitarios aseguraron que la noche "no era movida". A las 7:00 de la mañana del día siguiente, los servicios de limpieza retiraban las toneladas de residuos, muestra de la resaca de una noche de fiesta.

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