El Cortijo de Torres se viste para la Feria de Málaga

Los encargados de las casetas trabajan sin descanso desde hace una semana para tener todo listo

Siempre dicen que que después de tanto esfuerzo no repetirán el próximo año, pero la pasión y la tradición siempre los hacen regresar

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Fachada de la caseta Álora Gibralfaro / Rosa Gallego

A solo unas semanas para el comienzo de la Feria de Málaga 2024, el Real Cortijo de Torres empieza a vestirse para la ocasión. El espectáculo de fuegos artificiales del 16 de agosto, seguido de la Romería al Santuario de la Victoria el 17, marcará el inicio de ocho días de celebración. Una semana de fiesta que requiere un mes de preparación por parte de los caseteros. Los socios de los más de 100 locales comienzan a ponerlo todo a punto para que los ciudadanos y los visitantes puedan disfrutar de estas esperadas fechas en la localidad malagueña.

Ismael Parra, de la caseta Cortijo Real Torres, descansa en un banco junto a sus compañeros. "Llevamos unos cuatro días trabajando y aún nos queda una semana para tenerlo todo listo", comenta. Explica que, aunque queda unas semanas para la Feria, prefieren adelantarse: "Nosotros gestionamos la instalación de luz y electricidad con antelación para que el servicio que lo monta pueda hacerlo con calma". Esta caseta lleva ocho años sirviendo comida y bebidas a las familias y contribuyendo a hacer la fiesta aún más alegre.

"Venir a esta caseta es como estar en familia"

Juan Daniel Lola en la caseta Ciclista Costa / Rosa Gallego

De casetas familiar puede presumir la Ciclista Costa de Málaga. Sentado en su interior se encuentra Juan Daniel Lola, tesorero y socio desde el inicio. "Estamos empezando a preparar la música que vamos a poner y pensando los platos de comida que vamos a servir", cuenta y añade que espera que no haya ningún problema ni en la preparación ni en los días de Feria: "Aquí se puede estar tranquilo y venir con la familia a bailar. Esto es la esencia de la ciudad".

"El local es grande y requiere mucho trabajo, pero disfrutamos la tradición"

Pedro García y Antonio Villa en el interior de Álora Gibralfaro / Rosa Gallego

Pedro García y Antonio Villa, de la caseta Álora Gibralfaro en los números 58, 59 y 60, están en pleno trabajo, abriendo un par de bebidas frías. Esta caseta, ubicada al final de la zona de locales familiares, contará con un amplio espacio y un escenario para conciertos y grupos de baile durante la feria. "Ya tenemos todas las actuaciones en directo organizadas y el programa cerrado, solo falta ultimar algunos detalles", explica Pedro. Antonio añade que esta caseta tiene historia, ya que llevan participando desde los tiempos en que la feria se celebraba en Teatinos: "Somos muy felices, es una tradición para nosotros. Aunque terminamos muy cansados cada año, siempre volvemos a hacerlo".

"Estamos pintando para que esté lo más bonita posible para la feria"

Miguel Galister / Rosa Gallego

Al inicio de la zona de juventud y discotecas, Miguel Galister se encuentra al frente de Los Claveles Rincón Cubano. Este es su tercer año como responsable del local, gestionado por militantes del PartidoComunista. "Los afiliados solemos venir dos o tres días, pero al ser el jefe, estoy más involucrado", comenta. Aunque no ofrecerán comida, sí habrá mucha música y batucadas. Han estado trabajando en los preparativos durante una semana y esperan llegar al día de apertura con calma: "El año pasado fuimos muy justos, pero este año esperamos estar un poco más relajados".

"Preferimos venir más días, pero en las horas con menos calor"

Diego en la puerta de la Peña Santa Cristina / Rosa Gallego

Donde sí van a encontrar comida es la Peña Santa Cristina. "Tenemos una cocina impresionante con mucha comida casera muy buena", cuenta Diego, socio responsable de la organización. En su caso, llevan una semana con los preparativos: "Venimos por las tardes 18:00 a 21:00, porque todo el día no podemos estar por el calor". La capital se enfrenta temperaturas elevadas y los encargados de las casetas deben soportar el calor. Por eso, tras la portada aún en construcción, se encuentra la caseta Feriante. Allí, Isaías Pablo, camarero, sirve bebidas frías y menús para que los trabajadores descansen a la sombra y repongan fuerzas. "Estamos abiertos desde hace una semana y dos días, y el día 15 tenemos que cerrar", cuenta. Días de calor y trabajo se mezclan con la espera y la ilusión de vivir otro año más de celebración junto a los malagueños y visitantes.

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