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Feria Taurina de Málaga | Cuatro toros y tres orejas

Media plaza en los tendidos en esta corrida 4ª de abono

Toreros: Rafaelillo, oreja y ovación tras aviso; Manuel Escribano, vuelta tras petición y oreja tras petición de la segunda; Javier Orozco, oreja con petición de la segunda y silencio tras aviso

Feria Taurina de Málaga | Arte, valor y reconocimiento

El tercer toro de Murteira Grave arrancándose al caballo con ambiente en los tendidos. / JOAQUÍN ARJONA | LANCES DE FUTURO

A priori, la corrida del sábado de feria traía tintes más toristas a La Malagueta. Lo que vimos en el ruedo fueron cuatro toros a destacar: segundo, con mucha calidad y bravura; tercero, con fondo e importancia; cuarto, con opciones y nobleza; y quinto, con embestida clara. Se cortaron tres orejas que pudieron ser más en un festejo de mucho interés y matices para entretener. 

Sorprendía en el paseíllo ver a un torero tan experimentado como Rafaelillo desmonterado, al igual que Javier Orozco, ambos presentándose en Málaga, aunque con situaciones completamente distintas. Si a Rafaelillo se le notó el oficio, el contraste con Orozco tampoco fue tan grande como el que cabría esperar. Por su parte, a Manuel Escribano le tocó en suerte el mejor lote, con opciones de Puerta Grande, pero no le acompañó la espada. 

Natural de Manuel Escribano con el segundo toro haciendo el avión. / JOAQUÍN ARJONA | LANCES DE FUTURO

La faena de Manuel Escribano al segundo de la tarde tuvo a su favor un gran toro, con fijeza, humillación, alegría y transmisión. Destacó en el primer tercio arrancándose a distancia al caballo y también en el segundo tercio, pegándose varias carreras. Lo había recibido el torero con una larga cambiada y verónicas hasta el centro y logró poner al público en pie con las banderillas. Todo apuntaba a una gran faena por ambos pitones dada las virtudes del animal, pero la estocada hizo guardia. Tras la petición de oreja, Escribano optó por la vuelta al ruedo. 

Recibió al quinto a porta gayola. El toro salió andando de chiqueros y se paró en las tablas, lo llamaron desde un burladero y desde allí se arrancó hacia Escribano que se había situado casi en el centro del ruedo. Resolvió con soltura, siendo especialidad de la casa, como el cuarto par de banderillas al quiebro por dentro pegado a las tablas. Mató de estocada trasera muy tendida. 

Derechazo de Javier Orozco al tercer toro. / JOAQUÍN ARJONA | LANCES DE FUTURO

Al rondeño Javier Orozco no le pesó el toro de su presentación y se puso firme y dispuesto con el tercero de la tarde en una faena que desarrolló por ambos pitones. Le llegaron a pedir las dos orejas, pero se conformó con una tras la estocada trasera. 

El sexto fue un toro más reservón, con pocas ganas de embestir que imposibilitó que se luciera el novillero. Muy atento a su faena y con ganas, Orozco no se vino abajo y consiguió ligar tandas que hicieron sonar la música. El que sí se rajó fue el toro que acabó huyendo a tablas. Pinchó con la espada. 

Con 28 años de alternativa, se presentó en La Malagueta Rafaelillo con una larga cambiada. Lidió en primer lugar un toro de Murteira Grave, ancho de sienes, colorado chorreado, con media embestida y sin humillar. Se notó la experiencia a la hora de tapar dificultades y aprovechar el pitón izquierdo. Acabó rajándose y lo mató de estocada caída. 

Muy aguerrido en el cuarto, Rafaelillo encorvó la figura y abrió el compás para hacer frente a un toro que duró y que obedeció en la muleta. Pinchó con la espada. 

Rafaelillo actuó luciendo un crespón por el reciente fallecimiento de su madre. Brindó el primer toro al cielo y Escribano le brindó a él su primer toro. El espectáculo, y la Feria, debe continuar, aunque a veces duela el corazón y los sentimientos estén a flor de piel.

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