La Feria del Centro de Málaga, a ritmo de verdiales y rumbas
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Málaga/La calle Larios durante la Feria de día resulta ser la vía en la que se concentra más arte de todo Málaga. Grupos de verdiales invaden los rincones de este punto de la ciudad y un escenario a medio camino acoge actuaciones de coros y agrupaciones de 13 a 18.
Dos pandas de verdiales se pasean por la calle Larios: la de San Lorenzo Mártir, al estilo Almogía, y la de San Isidro de Periana, al estilo Comares. En la primera llevan fajines atados en la cintura y en la segunda un lazo de color rojo en su lugar. Castañuelas con lazos de colores, biznaga en el pelo, camisas blancas y pantalón o falda negra, guitarras, violines y platillos.
En la primera panda madre e hija, de 6 años, bailan verdiales juntas, frente a frente, un "sigue el compás" de su madre le basta para empezar. La actuación de ambas hace que se ganen el corazón del público y un "olé" al unísono.
El coro Aguamarina prueba sonido en el escenario de la calle Larios. Un repicar de unas castañuelas y unos acordes de guitarra indican que comienza la actuación. El grupo de coristas compuesto por siete mujeres vestidas de gitana cada una de un color y estampado distinto: amarillo de encaje, vestido blanco de flores, falda negra de lunares y dos hombres, uno cantando y otro sentado a la guitarra. Comienza a entonar la primera sevillana Tus ojos verdes. Los curiosos que se agolpan frente al escenario se preparan cuando suena para empezar por la primera. Brazos en alto, cabeza alta y a bailar.
Unas sevillanas más y la corista anuncia: “Que todo el mundo cante y baile que estamos en la Feria de Málaga”. Antes de entonar el A quien Le importa que hace que la gente comience a contonearse al ritmo de el clásico y cantar pleno pulmón. La frase “Nunca cambiaré” hace que alguno la pronuncie más alta de la cuenta mientras algunos espectadores parece no haber hecho los deberes y se miran confundidos.
El siguiente coro Amigos del Compás anima la calle a ritmo de sevillanas y rumba que arrancan a más de uno a bailar. En este caso todas las coristas van uniformadas por un vestido de gitana blanco de lunares negros y los hombres camiseta azul, pantalón blanco y sombrero del mismo color. La gente canta y baila las sevillanas: Agua fresca, Las cartas y la Perla de Andalucía, mientras que graban las actuaciones con sus móviles y se abanican para apaciguar el calor.
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