El secreto está en los...
No es cuestión de estilo, no es cuestión de gasto y aún menos de tendencias. Los complementos son su mejor amigo y conforman la clave para lograr el éxito en cualquier estilismo para la Feria
Des la inicial de su nombre. Su fama es indiscutible, y su importancia indescriptible. Si esto fuera un cuento, quizás el mejor inicio sería "érase una vez", si se tratara de una lección, podríamos hablar de "tema 1, 2, 3...10" pero lo cierto es que no se trata ni de una cosa ni de la otra.
Pese a ello, siempre hay que tenerlos presentes, e inclusive los hay que miden a las personas por la calidad de los suyos. Aunque, hasta el momento, pocas pistas se han dado acerca de estos misteriosos y a la vez importantes elementos. Y es que, su presencia, hace que sobren las palabras, pero su ausencia que fluyan los comentarios.
Su mejor amigo son los complementos, y el mejor tiempo para encontrárselos por la calle, puede ser la semana de Feria. Un día de repente, miras y dices: "¡Qué ideal!", o inclusive, los más esnobs dirán "¡qué chic!". Sin embargo, pocos saben explicar el por qué de ambas percepciones.
Quienes los conocen, y las estilistas y personals shoppers son sabias conocedoras, aseguran "tener la clave del éxito", y quiénes no, aún siguen errando en el intento de conseguir un buen estilismo.
Si los visitas en su hábitat natural, dícese de la Feria de mañana en el centro de la ciudad o en el Real, probablemente no los veas a simple vista, e inclusive las lenguas anabolenas afirman que se esconden por las noches. A éstas habría que apuntarles que más que esconderse por la noche, hay veces que ni aparecen.
Les encanta ser admirados, e inclusive, aunque ellos no lo reconozcan, comentados. Muchos son sofisticados, otros con aire romántico, e inclusive es posible encontrarlos atrevidos. Su personalidad es compleja y conocerlos lleva su tiempo. No hay mejor forma de describirlos, y en tiempos de crisis, cuando se trata de reciclar un viejo vestido, siempre están dispuestos a ayudar, forma parte de su talante generoso. Pero, hay que andarse con ojo, son a veces traicioneros y pueden estropearlo todo.
Peinetas, broches, collares, aplicaciones florales, pendientes, pulseras, zapatos, fajines, sombreros... en definitiva, DETALLES. ¡No me he dado cuenta, ya lo he dicho! Ahora que el secreto se ha desvelado, la moraleja al descubierto y el temario, al menos, algo nos suena. Hay que llevarlo a la práctica. Y es que, cuando de vestirse de flamenca se trata, el secreto está en los detalles.
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