Brays Efe: "Este mundo despiadado no confía en nosotros, piensa que somos una generación débil, prescindible"

El actor Brays Efe protagoniza 'El fantástico caso del golem', una comedia que desde el surrealismo toca temas como la relación intergeneracional

Villanueva de Cauche, el último pueblo feudal de Europa

'Desperté con un sueño': Lucas Ferro, un niño que sueña con ser actor en la vida y en la pantalla

Brays Efe en las escaleras del Teatro Cervantes de Málaga. / Javier Albiñana

Una web serie en la que interpretaba a una representante de actores en sus horas bajas, Paquita Salas, un personaje diferente, fresco y muy adictivo en un proyecto de los Javis de muy bajo presupuesto, puso ante los ojos de muchos el talento del actor Brays Efe. Eso le valió no sólo el reconocimiento del público, sino también la llegada de más oportunidades laborales. Casi siete años después participa en la 26 edición del Festival de Málaga como protagonista de El fantástico caso del golem, película dirigida por los cineastas Fernando Martínez y Juan González, Burnin' Percebes.

-Llega al Festival de Málaga como protagonista de 'El fantástico caso del golem'. ¿Cómo definiría esta película tan poco convencional?

-Es verdad que es una película difícil de definir, pero diría que es una comedia, que tiene elementos fantásticos y que bordea con lo surrealista, con el absurdo y, a la vez, tiene una intención de pasárselo bien. Es una película para que el espectador se lo pase bien y la propia película disfrute consigo misma.

-¿Qué le cautivó de este proyecto?

-Me pasaron el guión para ver si la quería hacer y cuando lo leí lo primero que me pareció es que es muy diferente. Y eso me atrajo mucho. Solo ese punto de partida tan surrealista, que es que el mejor amigo de mi personaje se rompa en trozos de cerámica y que la película parta de la investigación de por qué ha sucedido, cómo y qué explicación tiene, me parecía una oportunidad de explorar cosas que normalmente no te llegan en los guiones que te proponen porque suelen ser más naturalistas y realistas, que también están bien y me encantan, pero la oportunidad de hacer algo tan loco no la pude dejar pasar.

-Dice que fue algo muy loco, pero ¿en el rodaje estaba todo muy medido o han dejado parte a la improvisación?

-No creas, ha sido un rodaje bastante convencional porque se ha hecho en 16 milímetros y al grabarse en película pide hacer las cosas diferentes a como las haces en digital. Hemos tenido la oportunidad de tener más ensayos para que los movimientos estén bien y no haya que repetir muchas veces. Y esto de ensayar más me ha hecho tener una mayor seguridad y disfrutar mucho de algunas escenas. Ha sido un rodaje, por el mondo en el que han dirigido la película los Burnin' Percebes, en el que los movimientos, el punto de vista, la situación de la cámara son poco convencionales. Ha tenido muchos elementos diferentes a otros proyectos, tienen una forma muy suya de dirigir.

-En esta comedia se plantean también bastante temas serios, como la creación de vida a la carta, la sustitución del humano por la máquina...

-Sí, yo creo que la película es una comedia y absurda, pero es cierto que los elementos que aparecen en ella nos pueden ayudar a reflexionar sobre cosas de nuestra vida. Las máquinas que nos hacen compañías llevan mucho tiempo con nosotros y son como un escudo, a veces, que nos protege de la realidad. A veces nos sentimos a salvo detrás de nuestro móvil, viendo lo lejos que están las desgracias cuando las vemos por Twitter, estamos un poco anestesiados dentro de una realidad que no es del todo real. Estamos, en muchos casos, demasiado protegidos o queremos estarlo.

-¿También habla de la muerte?

-Sí, y lo hace desde un punto de vista muy diferente, yo creo. Le quita un poco el respeto que suele haber a ese tema y eso me parece muy sano y muy divertido.

-¿La relación entre padres e hijos está muy presente?

-Pues sí y creo que es muy metafórico que el padre de este personaje tenga una empresa que se dedica a matar. Es una representación de una generación, somos hijos de un capitalismo voraz, de unas súper empresas, todos consumimos, compramos, pertenecemos a este mundo despiadado que no confía en nosotros, que piensa que somos una generación débil, prescindible y que no debe tomar las riendas, prefieren que tomen las riendas las máquinas.

-¿Pero usted se siente parte de esa generación?

-Bueno, yo pertenezco a los millennials que se nos vendió la moto de la preparación, de estudiar carreras, de las oportunidades laborales y después nos hemos encontrado con una realidad diferente. Tenemos una población joven que se ha formado muchísimo a la que no se le abren esas oportunidades. No es lo que me ha pasado a mí, he sido afortunado en ese sentido, pero reconozco que a mi alrededor pasa.

-En Paquita Salas nos cautivó haciendo de representante de actrices venia a menos... ¿Qué le aportó ese personaje?

-Pues muchísimo, la verdad. Fue un proyecto que hice entre amigos, que cuando lo hice no tenía ninguna expectativa con él, ni yo ni nadie, no se sabía si lo iba a ver alguien o nadie, y todos estos años después sigue en boca de mucha gente, no hay semana que no vea en las redes que algo de Paquita es viral, y me siento muy afortunado de todo eso, del contacto del personaje con el público. A nivel laboral me dio muchísimas oportunidades, un aprendizaje tremendo, amigos y una experiencia maravillosa. Con Paquita las cuentas me salen a ganar claramente.

-¿Supuso ponerle en la galería?

-Indudablemente. La primera temporada de Paquita Salas hizo que me viera la profesión y la prensa. Fue la primera web serie nominada y ganadora de tres premios Feroz, para nosotros fue algo impensable. En aquel momento las plataformas estaban entrando, pero no son lo que son ahora. Y que esa serie entrara ahí me hizo feliz.

-¿Le resultó difícil meterse en la piel de Paquita?

-El rodaje tuvo cosas difíciles. Para empezar se hizo en ocho días, era un proyecto muy, muy de bajo presupuesto. Pero es muy divertido hacer de Paquita Salas, como la gente se puede imaginar. Todos los días el rodaje era una fiesta. En el Golem también ha sido todo muy parecido en este sentido. Hemos hecho muchas cosas diferentes, he tenido que rodar empapado de sangre, días enteros, algo incómodo pero divertido a la vez. En Paquita he estado 16 horas en tacones y medias, maquilladísimo y peinado y con ganas de seguir dándolo todo, y en esta me he visto empapado de sangre de arriba a abajo...

-¿Qué le pediría a la industria del cine?

-Estoy en un momento en el que no me puedo quejar, estoy en el Festival de Málaga con una película que he protagonizado, es una súper oportunidad, pero no soy una persona que puede elegir papeles todavía. Al cine le pediría que le de una buena oportunidad a El fantástico caso del golem, que la vean con los ojos abiertos y se den cuenta de que el cine es el punto de vista de unas personas contando una cosa y que ese punto de vista puede ser hiper dramático, hiperdenso, pero también hiper absurdo y cómico y contar algo igualmente. Estamos delante de una película muy diferente, muy especial y que está hecha por dos personas que de verdad quieren contar algo y doy gracias por poder formar parte de eso.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último

Pep Manich Grau | Director de experiencia de cliente de Iryo

“Iryo nació con la premisa de poner al cliente en el centro y por eso le escucha”