Inés París sirve un cóctel con nuevos modelos de familia y mujeres maduras

Belén Rueda protagoniza 'La noche que mi madre mató a tu padre', presentada ayer a concurso.

Inés París, con Belén Rueda y el resto de sus actrices, ayer, en el Muelle Uno.
Inés París, con Belén Rueda y el resto de sus actrices, ayer, en el Muelle Uno.
Efe Málaga

24 de abril 2016 - 05:00

Los enredos derivados de los nuevos modelos de familia y lo que puede llegar a hacer una actriz madura por un trabajo son algunos de los ingredientes que forman el cóctel de La noche que mi madre mató a mi padre, la nueva comedia dirigida por Inés París, presentada ayer a concurso en la Sección Oficial del Festival de Cine Español de Málaga. Isabel, una actriz que ha cumplido los 40 (Belén Rueda), organiza una cena en su casa porque su marido, escritor de novela negra (Eduard Fernández), y su exmujer, directora de cine (María Pujalte), quieren convencer a un famoso actor argentino (Diego Peretti) de que la protagonice. En mitad de la cena aparece por sorpresa el ex de la anfitriona (Fele Martínez) acompañado de su nueva y joven novia (Patricia Montero), y todo se enreda hasta que todos pierden los papeles.

Para Inés París, que como buena guionista es una cazadora furtiva de historias, esta película nació cuando una amiga le contó que "había tenido la peor idea de su vida al invitar a su ex a cenar", según explicó ayer en la rueda de prensa. Desde el primer momento ideó la película para Belén Rueda, porque sabía "que le apetecía hacer comedia, y para un actor es un desafío probarse en el terreno de lo cómico", y también tenía en la cabeza a María Pujalte, "que domina algo tan difícil en la comedia como el sentido del ritmo". Pese al tono de comedia, cree que hay también "cargas de profundidad", porque "se habla de la relación entre ficción y realidad, sobre las mentiras, sobre todo lo que hemos querido construir con estas familias tan modernas y sobre la situación de las actrices y las mujeres".

Ese retrato de las nuevas familias es algo que a París le interesa mucho y que ya había tratado en películas anteriores, y ahora lo hace "con una visión irónica, con mucho humor negro y con cariño hacia los personajes". Para la directora, el género de la comedia está "muy desprestigiado", pese a que "no hay nada que hable mejor de lo que somos", y estos personajes "son de verdad, pero la situación en que se ven hace salir algo más allá de lo que son". Sobre sus referentes, París asegura que nunca escribe una película pensando en otras, y se inspira más en lo que observa y en la literatura, aunque aquí sí ha habido dos inspiraciones muy claras, Misterioso asesinato en Manhattan, de Woody Allen, y la obra teatral de Yasmina Reza. También considera "un referente maravilloso" a Billy Wilder, comedias clásicas como Arsénico por compasión o un autor como el norteamericano David Mamet, por saber escribir "una historia dentro de otra historia".

Para Belén Rueda, su personaje muestra que "cuando se llega al extremo de que el teléfono no suena, estaríamos dispuestos a hacer cualquier cosa", y los protagonistas "en un momento dado se empiezan a decir las rencillas que estaban guardadas en el corazón, y explotan con una violencia un poco exagerada".

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